Berlín, la escultura que debiera dar la bienvenida a la entrada de la nueva cancillería alemana en la capital teutona, parece predestinada a recibir a los visitantes. Por voluntad de Gerhard Schröder, presente en la inauguración del Chillida Leku, la obra permanecerá varios meses en Hernani, dando pistas sobre el personal espacio que uno está a punto de descubrir.
|
|