SOCIEDAD
25 ANIVERSARIO DE LA MUERTE DE ELVIS , por RAY CONNOLLY
ELVIS, EL 'REY' QUE NO HA MUERTO (y III)

EL CANTANTE PESABA 130 KILOS CUANDO FALLECIÓ TRAS ATIBORRARSE DE DROGAS
Su mujer se fugó con su profesor de karate y él se limitó a matarse poco a poco con kilos de dulces y barbitúricos

El biógrafo Ray Connolly dibuja la última etapa del cantante con toda dureza. Elvis fue abandonado por su mujer, harta de soportar tanta infidelidad, y se dejó llevar por la droga, el sexo y la locura. En el colmo de su genialidad, y ayudado por las anfetaminas, se presentó un día en la Casa Blanca para que Nixon le nombrara agente federal especial para luchar contra la droga. El 16 de agosto de 1977, murió en casa tras tomar 14 estupefacientes distintos.Sus fieles aún creen que sigue vivo.

Elvis Presley en una actuación del 20 de junio de 1977, cuando pesaba 130 kilos y tenía problemas de respiración. Murió dos meses más tarde.

Cuando localizaron su paradero, no se lo podían creer. Elvis estaba en Washington D.C., sentado en la Casa Blanca con el presidente de los EEUU, tras haber entregado en la puerta de acceso una nota manuscrita dirigida al presidente Richard Nixon, solicitando «ser nombrado agente federal especial». «Quiero ayudar a mi país», escribió, y combatir «la cultura de las drogas y el movimiento hippy».

Vestido con unas enormes gafas negras, chaqueta con capa, camisa blanca, túnica púrpura y un enorme cinturón de oro también visitó el Bureau de Narcóticos y Drogas Peligrosas del FBI, esperando ser recibido por J. Edgar Hoover para obtener una placa de agente honorario. Lo asombroso fue que no le detuvieran ahí mismo por estar claramente bajo el efecto de las drogas.

En vez de eso, recibió una invitación de la Casa Blanca para reunirse con Nixon. Le dijo al presidente lo mucho que amaba los Estados Unidos y opinó que los Beatles eran una influencia subversiva. Los pensamientos privados de Nixon nunca fueron revelados pero la reunión terminó cuando el presidente, con una mirada divertida, le pidió a su asistente que encontrara a Elvis algún tipo de placa. En aquel momento, el 'rey' dejó el protocolo a un lado y le dio un abrazo de oso al político. Antes de irse, le entregó a Nixon un Colt decorado con joyas.

Para completar lo que tuvo que ser un día perfecto para Elvis, llamó a una funcionaria del Gobierno en Washington a quien conoció en Las Vegas y se fueron a la cama. Para gozo de Elvis, resultó ser virgen.

A todos los efectos, su matrimonio con Priscilla había terminado hacía tiempo. Ella tenía 26 años y vio cómo Elvis descendía hacia la depresión, las drogas, los ataques de violencia y el exceso.

Priscilla dijo que en los más de dos años transcurridos desde el nacimiento de Lisa Marie, Elvis sólo le hizo el amor una vez y no hacía ningún esfuerzo por ocultar a sus chicas de Las Vegas.

La esposa de Presley, tras mantener una fugaz relación en 1969 con un profesor de baile, en 1971 se enamoró de Mike Stone, el profesor de kárate de Elvis. El matrimonio estaba acabado.Ella cogió algunas cosas y llevándose a Lisa Marie, se marchó.

Puede que él ya no quisiera dormir con ella, pero preferir a otro hombre en vez de al mayor símbolo sexual del mundo, hirió su orgullo. Al abandonarle, le humilló públicamente.

Tras decidir que Mike Stone, el amante de Priscilla, iba a arruinar su vida, determinó eliminarle. Ofreció su fusil de asalto M16 a su personal de seguridad, la misma arma que utilizaba para disparar contra los televisores de los hoteles, y les rogó que hicieran el encargo.

Parece sorprendente pero se negaron. Uno de ellos sugirió el nombre de un asesino profesional que cobraba 10.000 dólares.Elvis renunció.

Puede que a principios de los 70 Elvis fuera muy infeliz, pero sus conciertos eran un exitazo. De entre la mediocridad surgió el tremendo You were allways in my mind. El concierto Aloha from Hawai, emitido vía satélite, fue visto por 500 millones de personas.

Ahora, yendo de una ciudad a otra en una interminable avalancha de trabajo y drogas, su cuerpo comenzó a mostrar los efectos.En 1973, empezó a tener problemas respiratorios y le ingresaron en una clínica de Memphis. Aquéllos que le conocían sabían que el problema era su adicción a las drogas con receta, incluso llegaba a inyectárselas.

Uno de los aspectos más deprimentes de su vida fue la facilidad con la que encontraba a médicos y farmacéuticos en Los Angeles y en Las Vegas dispuestos a recetarle lo que quisiera; entre ellos, el más famoso fue el doctor Nick Nichopoulos.

Obviamente, Elvis se convenció a sí mismo de que como las drogas eran con receta y no tomaba heroína, él no era un drogadicto.Siempre llevaba consigo un vademécum de farmacia. Sabía lo que quería. El coronel, cada vez más irritado por la conducta de su cliente, tenía cada vez menos control sobre él.

En 1973, Barbra Streisand propuso hacer una versión de A star is born, su primera elección para el papel del cantante de rock fracasado fue Elvis. Se dice que el coronel torpedeó la negociación, aunque ya se ponía en duda la propia capacidad de Elvis.

Mientras tanto, el representante seguía rechazando misteriosamente todas las ofertas de los promotores para que Elvis actuara fuera de los EEUU.

Es probable que en 1975 ya fuera demasiado tarde. Se le veía mal sobre el escenario, se le olvidaban las letras de sus temas clásicos, soltaba largos monólogos entre canciones y súbitamente anunció su retirada por enfermedad.

Lo único que le quedaba era su generosidad, sólo que ahora parecía más bien un caso de locura. En una semana se gastó 140.000 dólares en 14 Cadillacs para regalar a sus acólitos, incluyendo uno para una señora negra que se encontraba por casualidad en la tienda de coches; 900.000 dólares en un reactor comercial y 30.000 más para decorar el apartamento de otra nueva amiga.

Para mantener este ritmo de gasto, realizó un concierto de Año Nuevo en Michigan por el cual obtuvo 800.000 dólares, su mayor caché hasta la fecha por una actuación.

Con su ropa estrafalaria, se convirtió en una especie de Empire State cantante. Le adoraban por lo que fue. El mismo sabía que era una especie de monstruo de feria. Quizás lo más cruel de todo es que ya no amaba su voz y se negaba a grabarla.

¿Por que siguió adelante? En un palabra: dinero. A pesar de los cientos de millones de dólares que había generado, carecía de ahorros, nunca invirtió nada en acciones, fondos o bonos. En 1973, estaba tan desesperado por la falta de liquidez que vendió sus derechos de autor desde los tiempos de la RCA en bloque para no tener que hipotecar Graceland. Para mantener su tren de vida necesitaba medio millón de dólares al mes.

Lo que nunca supo es que el coronel también necesitaba el dinero.Al igual que Elvis, se hizo un adicto a los fármacos y al juego.Tal y como dijo sonriente el director de un hotel donde Elvis actuó durante años, el coronel era un cliente por valor de un millón de dólares anuales.

En 1977, Elvis y su manager se entrelazaron en una macabra danza que sólo podía tener un final. Años de abusos habían destrozado su cuerpo, hinchándose hasta convertirse en una burla, en la legendaria Singing cheeseburger (Hamburguesa de queso cantora).Se estaba volviendo loco.

Consideremos los hechos. Este hombre, que sufrió de insomnio durante toda su vida, deambularía por los hoteles cuando estaba de gira, como un murciélago en pijama intentando aferrarse a alguien.

Este mito se colocó un distintivo de la policía en su Mercedes, se puso un uniforme de policía, y con una linterna y una porra, se dedicó a recorrer las carreteras de Tennessee y detener a otros conductores que en su opinión circulaban demasiado rápido.Acto seguido, y muy serio, les daba una clase de seguridad vial.

Este hombre lucía con orgullo su placa de agente honorario antidrogas a pesar de que sus íntimos sabían que era un adicto empedernido.

Hacía tiempo que las drogas afectaban a su vida sexual. Linda Thompson, la mujer que más cuidó de él tras su separación de Priscilla en 1971, comentó que hacían el amor «quizás una vez al año».

Con 42 años, ahora salía con Ginger Alden, de 21, una belleza local de Memphis. Elvis fue alternando esta relación con una larga sucesión de amigas, incluyendo a la actriz Cybille Sheperd.Faltaba poco para el acto final de la tragedia.

Haciendo gala de su resistencia, se pasaba dos semanas de gira y dos de descanso en Graceland, oculto tras las ventanas forradas con papel de aluminio, convirtiendo el día en noche, consultando sus libros religiosos y tomando sus drogas.

LA MAFIA DE MEMPHIS
Tres empleados narraron sus excesos en un libro

Hasta entonces, su adicción, conducta, chicas y excentricidades se habían mantenido ocultas a sus admiradores gracias a la Mafia de Memphis, cuya devoción y lealtad durante 21 años fue asombrosa.Ahora, un año después de que Vernon, en un ridículo recorte de gastos despidiera a tres de ellos con sólo una semana de finiquito, preparaban un libro en el que lo contaban todo.

Con la verdad a punto de aflorar, Elvis se sintió traicionado.Aquel libro le obsesionaba. A medida que su depresión se hacía más profunda, aumentaban las drogas, al igual que su peso, mientras buscaba consuelo en las montañas de dulces. Su padre o su manager le tenían que haber ingresado de inmediato en un centro de desintoxicación, pero no lo hicieron.

Por razones que resultan incomprensibles salvo la extrema avaricia o la necesidad de pagar otra deuda de juego en Las Vegas, el coronel Parker aceptó un caché de 750.000 dólares para dos especiales de televisión que se grabaron en junio en Nebraska y en Dakota del Sur.

Cuando se emitieron, mostraron un patético espectáculo: un hombre perdido, pálido, ausente, sudoroso y obeso que intentaba actuar con gracia y dignidad. A pesar de todo lo que se había hecho a sí mismo, Elvis Presley tenía su orgullo, y que su público le viera en semejante estado tuvo que resultar algo odioso para él.

Aquel verano, durante buena parte de las siguientes seis semanas, Elvis se encerró en su casa. Su hija, Lisa Marie, fue a pasar las vacaciones con él, pero Elvis sólo veía a sus colaboradores más estrechos, a su médico de Memphis y a su chica Ginger.

Estaba previsto que su próxima gira se iniciase el 16 de agosto en Portland, Maine. Con el inminente lanzamiento del libro ¿Qué le sucedió a Elvis?, sacando a la luz su adicción a las drogas, Elvis intentó poner buena cara y afirmó que esta sería «la mejor gira de todas».

A las 22.30 horas, aquel 15 de agosto, Elvis salió de Graceland vestido con una camiseta de la DEA (la Agencia Anti Drogas) y dos pistolas al cinto para ir a visitar a su dentista. Cuando volvió a casa, llamó al doctor Nichopoulos (dr. Nick) para pedirle unos sedantes que un empleado compró en una farmacia de 24 horas.

Dos horas más tarde, en plena madrugada, Elvis seguía despierto, jugó un poco al tenis, pero se aburrió, por lo que se sentó al piano. La última canción que cantó en su vida fue el blues Eyes crying in the rain de Willie Nelson.

Volvió a su habitación y se tomó el primero de tres combinaciones de somníferos, barbitúricos y placebos recetado por el médico.Un poco después, al no surtir efecto el primero, se tomó una segunda dosis, y finalmente la tercera.

Todavía incapaz de dormir, le dijo a Ginger que se iba a leer al baño. Ella se durmió.

Ginger se despertó hacia las 13.30 horas. Al no encontrar a Elvis, se vistió y salió a buscarle. Estaba muerto, tendido boca abajo sobre el suelo del baño. Se había mordido la lengua, casi partiéndosela en dos. Tenía 42 años.

Sus asistentes intentaron devolverle la vida al cadáver. Ginger no permitió que Lisa Marie entrara en el baño y Vernon, que sufría cáncer, comenzó a sollozar.

El doctor Nick llegó al mismo tiempo que la ambulancia. «Respira Presley, respira», le gritaba mientras intentaba resucitarle camino del Hospital Memphis Baptist Memorial.

El anuncio del fin de Elvis se hizo público a las 15.30 horas.La muerte se atribuyó a un paro cardiaco. Elvis pesaba casi 130 kilos, una enorme carga para su corazón, pero considerando la gran cantidad de drogas que tomaba, ¿qué provocó el paro?

Cuando el forense llegó a Graceland, se percató, primero con asombro y luego con sospecha, de que salvo dos hipodérmicas sin usar, no había ni un paquete de aspirinas en toda la casa.

Al igual que con el presidente Kennedy, las personas de cierta generación recuerdan dónde estaban el día que murió Elvis. John Lennon resumió su desprecio hacia toda la camarilla que rodeaba a Elvis con la frase: «Los cortesanos mataron al 'rey'».

A las pocas horas de saltar la noticia, las tiendas de discos se quedaron sin LP de Elvis. Al día siguiente, con sus patillas recién teñidas y un último corte de pelo de su peluquero-gurú, el cuerpo de Elvis fue llevado a Graceland en un ataúd de bronce para ser expuesto en público.

Entre los asistentes hubo pocos famosos, salvo Sammy Davis Junior, Ann-Margret y James Brown, el cantante de soul, que solicitó y obtuvo unos momentos a solas con el cuerpo. Mientras tanto, el coronel, el único que no asistió al funeral vestido de luto (camisa azul de manga corta y gorra de baseball) presionó a Vernon, incluso antes de que Elvis fuera enterrado, para que firmara un nuevo contrato. Explicando que ahora irían al 50%, igual que hizo con Elvis. Vernon hundido en el dolor, lo firmó. RCA puso sus fábricas en acción; se reeditaron millones de LP.

El 18 de agosto, tras un funeral en Graceland con una hilera de 16 limusinas blancas, 40 furgonetas cargadas con coronas de flores y 150 policías y guardias nacionales manteniendo a raya a una multitud de 50.000 personas, el ataúd fue llevado a un cementerio local.

Tiempo después y ante el temor de que robaran el cuerpo de Elvis, el féretro fue trasladado a su actual ubicación en Graceland. La autopsia reveló que había consumido 14 estupefacientes.

HE VISTO A ELVIS
Muchos 'fans' no creen que el 'rey' haya muerto

Los fans se negaban a reconocer que estaba muerto. Así comenzaron en los EEUU los primeros «avistamientos» de Elvis en un supermercado. Después surgieron imitadores por todo el mundo. Al poco tiempo, Memphis se convirtió en un lugar de peregrinación. Todo aquél que tuvo el mínimo contacto con él, incluso su peluquero-gurú, publicó libros sobre Elvis.

El negocio le tuvo que ir bastante bien al coronel. Pero en 1979, a los 22 meses de la muerte de Elvis, Vernon Presley falleció y los tribunales de Memphis se interesaron por el caso de Lisa Marie Presley «como menor de edad y única heredera de Elvis».Por fin comenzó a surgir la verdad en torno al falso coronel Tom Parker.

Intrigado por la enorme comisión del 50% que se llevaba el coronel, un juez de Memphis ordenó una investigación y el resultado fue asombroso. El coronel fue acusado de actuar siempre en beneficio propio. Su comisión del 50% fue declarada excesiva e injusta.Para muchas personas del mundillo del espectáculo su 25% de comisión inicial ya les habría resultado exorbitante.

Pero lo más desconcertante fue cómo el coronel vendió los royalties de todas las grabaciones de Elvis anteriores a 1973, y remontándose a los tiempos de la RCA. Seis millones de dólares fueron al coronel y sólo 4,5 millones a Elvis. Por entonces Elvis pagaba un 50% de impuestos por lo que el trabajo de toda su vida y 700 de las grabaciones más valiosas del mundo sólo le reportaron a Presley algo menos de dos millones y medio de dólares.

Pero ahora ya se había levantado la veda contra el coronel Parker y sus sospechosas operaciones financieras. En 1981, el escritor Albert Goldman, en una demoledora biografía descubrió el motivo por el que Elvis nunca salió de gira fuera de los EEUU.

El coronel Parker era un holandés llamado Andreas Cornelis van Kuijk, un grumete que a los 17 años entró ilegalmente en los EEUU y luego se reinventó a sí mismo. Al estar indocumentado, jamás tuvo pasaporte, eso explica que nunca abandonara EEUU, ni para ver a Elvis durante su servicio militar en Alemania, ni tampoco para una gira mundial. Temía que Elvis descubriera que podía arreglárselas perfectamente sin él.

Ahora por fin, su contrato de representación fue invalidado por los tribunales de Memphis. Priscilla, como madre de la única heredera de Elvis, se encontró al mando del imperio Elvis.

La chica de 14 años que Elvis moldeó en su mujer perfecta, y hasta la mayoría de edad de Lisa Marie, a pesar de no ser siquiera mencionada en el testamento de Elvis, se convirtió en la administradora única del legado Presley. En 1982, ante el continuado interés hacia el marido que ella abandonó, Priscilla abrió Graceland al público. La respuesta de los fans fue inmediata.

Hoy en día, Graceland tiene 350 empleados, su propia capilla matrimonial, sellos Elvis del servicio postal y su propia oficina de correos. Es la casa más visitada de los Estados Unidos tras la Casa Blanca.

Los ingresos de Elvis, según la revista Forbes, se calculan en unos 24 millones de libras anuales, la mayoría de ello va a su hija, Lisa Marie Presley, la actual dueña de Graceland y presidenta de Elvis Presley Enterprises.

¿Qué era tan especial de este hombre? Entre otros muchos puntos, sin duda destaca uno, la voz. Por esa razón todavía es alguien querido.

 

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