La potencia expresiva de los volúmenes
sencillos se manifiesta con rotundidad y elegancia en este edificio
de esquina en el que utilizó una patente propia de ladrillo ligero
cerámico. El carácter metafísico de los elementos masivos se subraya
con un hombre que se apoya en el muro para beber, realizado por Carlos
Ferreira. Un hallazgo formal en el tratamiento de la esquina recoge
la exacta funcionalidad de las oficinas.
1951,
Centro de Investigaciones Biológicas de los Patronatos Cajal y Ferrán
del C.S.I.C., calle de Velázquez esquina con la de Joaquín Costa,
Madrid.