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ELECCIONES
2003 | |
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| El tripartito desaloja a CiU por
JOSÉ LUIS MARTÍN El resultado de las urnas en Cataluña
deja una doble lectura. Por un lado, el fin del 'pujolismo' no supuso el desplome
de CiU, ni mucho menos. Artur
Mas venció por cuatro escaños al socialista Pasqual
Maragall en las autonómicas. Sin embargo, ERC apareció ya desde
la noche del 26-O como el verdadero triunfador: logró un fuerte ascenso
y prácticamente dobló sus resultados. De hecho, los dos grandes
partidos cedieron terreno frente a la formación que lidera Carod-Rovira,
pero también subieron en votos y escaños el PP e ICV. Con
el 100% de los votos escrutados, Convergència i Unió logra
46 escaños (30,93% de los votos); el Partit dels Socialistes de Catalunya
se queda en 42 diputados (31,17%); Esquerra Republicana de Catalunya sube hasta
los 23 escaños (16,47%); el Partido Popular logra tres más y se
queda en 15 diputados (11,87%); por último, Iniciativa per Cataluña-Verds
llega a los 9 representantes (7,30%). Ante el panorama que dejó la
aritmética electoral, surgieron dos vías factibles: un gobierno
catalanista formado por CiU y Esquerra o un frente de izquierdas con un tripartito
que se venía cantando meses antes de convocarse las elecciones. La
principal duda para Carod-Rovira llegó de un resultado electoral que no
cuadraba con las previsiones de casi nadie: la enésima victoria de CiU.
Este triunfo pírrico sólo sirve a los 'convergentes' para abandonar
el poder después de 23 años ininterrumpidos dando un golpe cierto
a los socialistas, que no pudieron negociar con la fuerza de la razón que
otorga ganar unos comicios.
Tras coquetear con ambas partes, la formación
independentista se decantó por la 'lógica política' y anunció
su apoyo a Maragall para formar un gobierno que, sin duda, pondrá sobre
la mesa el debate sobre el Estatuto de autonomía. Los socialistas
ya anunciaron que apoyarían una reforma, -con el beneplácito de
José Luis Rodríguez Zapatero en los estertores de la campaña-.
Carod-Rovira se erige, además, en un 'primer ministro' de facto con poderes
para Esquerra que van más allá del ámbito de sus consellerías.
A
la victoria dulce, casi empalagosa, de Artur Mas, se suma la del PP, una formación
que mejora sus resultados con el ex ministro Josep
Piqué como cabeza de cartel, pero en la práctica queda como
cuarta fuerza en Cataluña y con un peso mínimo, marginal: ninguna
análisis serio ofrecía a los 'populares' la posibilidad de entrar
en el gobierno de la Generalitat.
La izquierda verde de Joan
Saura al frente, triplicó su representación parlamentaria respecto
a 1999 y sale beneficiada al alcanzar el gobierno con el tripartito, aunque su
peso en la negociación ha sido nulo. |