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Carlo Maria Martini
Arzobispo emérito de Milán | Italia, 1927

por Olalla Cernuda

Carlo Maria Martini es el candidato indiscutible de quienes quieren recuperar el espíritu del Concilio Vaticano II y cerrar de una vez para siempre el larguísimo papado de Juan Pablo II. Dice la rumorología popular romana que si el Papa se eligiese por sufragio universal, Martini ganaría de calle. A sus 76 años, este jesuíta retirado se dedica a los estudios bíblicos en Jerusalen.

Martini nació en Turín el 15 de febrero de 1927, e ingresó en la Compañía de Jesús cuando contaba 17 años de edad. Con los jesuítas completó sus estudios en Milán, para después decantarse por teología en la Universidad de Chieri, donde fue ordenado sacerdote cuando sólo tenía 25 años de edad.

En 1978 Pablo VI le invitó al vaticano para sustituir en el campo de estudios bíblicos a un tal Karol Wojtyla, que tras se rnombrado papa decidió a su vez que martini debía ser nombrado arzobispo de Milán, en 1980, aunque hace unos años renunció a su diócesis para continuar con sus estudios en Jerusalen. Juan Pablo II le nombró cardenal en febrero de 1983.

Martini fue, durante muchos años, el 'papable' por excelencia. Elegante, aristocrático, jesuita, bien preparado...es una de las personalidades eclesiales que concita más admiración entre la gente de dentro y fuera de la Iglesia. Excelente candidato para reequilibrar a la Iglesia. Está en las antípodas de Juan Pablo II; apuesta por una Iglesia eminentemente evangélica y por un nuevo concilio ecuménico.

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