Un 3% de gallegos
emigra a otros países. Y un 25% lo hace a otras comunidades españolas.
En Madrid hay una auténtica colonia de gallegos que sigue atentamente lo
que pasa en su tierra. Todos coinciden en echar de menos su lugar natal. La morriña
es uno de los sentimientos que más les caracteriza. Nostalgia o melancolía
podrían ser sinónimos.
Desde siempre, los gallegos han estado
acostumbrados a hacer las maletas para buscarse la vida. Hace unos años
—no tantos— coincidieron en viajar a Argentina y Uruguay.
Más de dos millones emigraron durante el siglo XX. En Buenos Aires o Montevideo
se escuchaban habitualmente expresiones como ¡carallo! Desde entonces, a
los españoles, por extensión, se nos llama gallegos. Ahora
algunos hijos y nietos quieren volver a la tierra que vio nacer a sus antepasados.
En el portal www.fillos.org
contactan para compartir experiencias e informaciones. Récord de visitas
tienen los requisitos para obtener la nacionalidad española. A los que
definitivamente vengan, la morriña también les acompañará.
|