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El modelo territorial
La transferencia de competencias

«Café para todos»

POR SONIA APARICIO

El 23 de octubre de 1977, Tarradellas regresa del exilio. (Foto: EFE)
«La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas». El artículo 2 de la Carta Magna de 1978 adelantaba ya entonces un nuevo mapa para la organización territorial de España, intentando dar respuesta a las aspiraciones nacionalistas acalladas durante cuatro décadas de dictadura.

Catalanes y vascos habían dado ya sus primeros pasos con la II República, amparados por la Constitución de 1931. Cataluña es la primera en aprobar su Estatuto de autonomía (1932); después le llegaría el turno al País Vasco (1936). Pero al estallar la Guerra Civil, el proceso queda bloqueado hasta 1977, cuando se celebran las primeras elecciones tras la muerte de Franco (el Estatuto gallego, aprobado en referéndum el 28 de junio de 1936, fue aprobado en el exilio).

Buscando el consenso de todas las fuerzas políticas, los padres de la Constitución de 1978 no pudieron permanecer indiferentes ante los sentimientos y reivindicaciones nacionalistas. La Carta Magna no sólo reconoce la existencia de nacionalidades y regiones, sino que dedica un total de 16 artículos (del 143 al 158) a definir la organización territorial del Estado. Reconoce también, implícitamente, la existencia de unas comunidades 'históricas' y concede un estatus especial al País Vasco y Navarra al amparar y respetar «los derechos históricos de los territorios forales».

1977. Tarradellas vuelve del exilio. Restablecimiento provisional de la Generalitat.

1978. Preautonomía vasca. Se aprueba la Constitución.

1979. Luz verde a los estatutos catalán y vasco. Preautonomía para Galicia.

1980. Referéndum en Andalucía por la 'vía rápida'.

1981. Estatuto gallego. Se reconducen los procesos pendientes por la 'vía lenta'

Los primeros pasos se habían dado ya antes de la Constitución, con la concesión de las llamadas 'preautonomías' por decreto-ley (Cantabria, Madrid y La Rioja fueron las tres únicas que no gozaron de este régimen). Cataluña fue la primera en despegar (el 29 de septiembre de 1977 se restableció provisionalmente la Generalitat), seguida del País Vasco. Y ante la evidencia de que el puzzle autonómico se iba a construir a dos velocidades y con piezas de primera y de segunda categoría, se populariza la expresión «café para todos», del entonces ministro de UCD para las Regiones, Manuel Clavero, que llegó a dimitir de su cargo en 1980 porque el Gobierno negaba a Andalucía el mismo trato dado a las comunidades 'históricas'.

Los defensores del «café para todos» no pudieron evitar que la Constitución estableciera dos formas de acceso a la autonomía —la 'vía rápida' y la 'vía lenta'—. Cataluña, País Vasco y Galicia se acogieron a la disposición transitoria segunda, que permitía el acceso inmediato a la autonomía (por el artículo 151), con todas las competencias, a los territorios que en el pasado habían aprobado un Estatuto en referéndum y tuvieran ya un régimen autonómico provisional. Andalucía pudo acogerse también a esta vía después del referéndum de 1980. Navarra, Canarias y Valencia siguieron procesos específicos que les permitieron alcanzar una 'autonomía de primera'. Pero los pactos autonómicos de 1981 reconducen el proceso para aplicar al resto de comunidades el artículo 143, con un nivel competencial inferior en un periodo inicial de cinco años y una transferencia sucesiva de competencias en los años siguientes.

El mapa actual de las 17 autonomías se perfiló entre 1979 y 1983. El 18 de diciembre de 1979, el Congreso aprueba los estatutos de País Vasco y Cataluña; en 1981, los de Galicia, Andalucía, Asturias y Cantabria; en 1982, los de La Rioja, Murcia, Valencia, Aragón, Castilla-La Mancha, Canarias y la ley de Amejoramiento del Fuero de Navarra; finalmente, en 1983, los de Extremadura, Baleares, Madrid y Castilla y León. Los estatutos de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se aprobarían en 1995.

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Coordinación: Sonia Aparicio. Ilustración: Luis Parejo. © 2005 Mundinteractivos, S.A. Política de privacidad