n
BUSQUEDAS
 
Noticias Edición impresa Tu correo Suplementos Servicios Multimedia Charlas Tienda Clasificados  
# 175 Viernes 17 de mayo de 2002
.
MÚSICA / TRIP HOP


Hay futuro en Portishead

Juan Manuel Freire

El paradigma de bristol vuelve a la actividad tras un largo retiro. En su primera entrevista en cinco años adelantan algunas pistas sobre su próximo CD.

EL HOMBRE TRANQUILO. Geoff Barrow (a la derecha en la foto), el mismo que viste y calza, despertó literalmente de su fase de relajación en Australia para dedicarnos un puñado de palabras perspicaces. Demasiado éxito y demasiada prensa habían dejado sin aire al último avalista de Dummy (1994), pero, quizás por la insistencia de nuestros asaltos, que alcanzaron a su sello, su manager, sus amigos y hasta sus tenderos (es cierto, no hay cuento), el dirigente de Portishead se prestó amablemente a regalarnos algo de su valioso tiempo, mostrándose más íntegro que desintegrado, y rehuyendo las ínfulas como un gato el agua. De la conversación, de casi una hora, extrajimos muchas jugosas declaraciones para Loops, pero otras tantas se quedaron en el tintero. Lo que viene a continuación es una selección del material inédito, la única entrevista que Geoff ha realizado desde la promoción de Portishead (97), y la única que cederá —eso dijo su manager— hasta finales de año, cuando salga el tercer CD de estudio de Portishead.

PREGUNTA: ¿Cuándo supiste por primera vez que te dedicarías a la música?

RESPUESTA: Desde que tenía seis años, más o menos. Poseía la vocación, pero nunca creí que me ganaría la vida con ello. Padezco dislexia, y la dislexia te emborrona mucho las cosas, te hace la vida imposible: leer, escribir o componer se vuelve realmente complicado. Por otro lado, sabía que iba a ser una persona fuerte.

P: Según se dice, empezaste haciendo versiones de AC/DC en un grupo de heavy metal epopéyico.

R: ¿Quién te lo ha contado? (risotadas). Sí, es cierto. Me lo pasaba en grande. De todos modos, había días de ensayo en los que cogía el micro, lo enchufaba al amplificador y me ponía a escupir cosas en plan b-boy, así que algo de sentido común sí que tenía.

P: Cuéntame cómo fue tu progreso en el hip hop. ¿Hubo alguna zona intermedia en la que te interesaras por el rock progresivo o el pop adulto?

R: No, no, qué dices (risas). No pasó mucho tiempo hasta que me decidí a comprar un teclado que disparaba sonidos, sonidos realmente estúpidos, como láseres y ladridos de perro. Ésa fue mi primera experiencia en la construcción de ritmos a partir de ruidos. Me obsesioné de tal manera con la producción que me mudé a Bristol para colocarme en algún estudio.

P: Trabajaste como técnico en la grabación de Blue Lines de Massive Attack. ¿Crees que esta experiencia fue definitiva para tu formación?

R: Sí. Massive Attack siempre ha sido uno de mis puntos de referencia y siempre lo será. Es uno de los grandes grupos de hip hop ingleses, lo mismo que Smith & Mighty. Creo que la música de Portishead nace de mezclar esa tradición de hip hop inglés con el drama y la atmosféra de las bandas sonoras clásicas. Aunque soy una persona abierta a la novedad, no creo que haya mejores bandas sonoras que las compuestas hace 30, 40 y 50 años, y los primeros trabajos de Lalo Schifrin y Ennio Morricone me han condicionado mucho.

P: En Portishead están el hip hop inglés y los scores clásicos, pero también el elemento de la canción. Porque Beth Gibbons (a la izquierda en la foto) es hija pródiga de Janis Joplin, ¿no es cierto?

R: Pues sí, le obsesiona. Creo que Beth nos dio con su emoción interpretativa un aglutinante para toda nuestra experimentación. Ella fue la última en unirse al proyecto y, sin embargo, puede decirse que es culpable del 80 por ciento de nuestra capacidad emotiva.

P: ¿Sigues enganchado al hip hop y las bandas sonoras o tienes alguna nueva filia que señalar?

R: Por supuesto, el hip hop de vieja escuela y las bandas sonoras son mi vida. Últimamente también escucho mucho a Jimi Hendrix. Mucha gente pensará que es una figura obsoleta pero, lo siento, no puedo estar menos de acuerdo. Lo que hacía con los pedales, con el feedback, era pura electrónica. No escuchas un sonido tradicional de guitarra. Lo enriquece con efectos y lo transporta a una dimensión totalmente nueva.

P: Hip hop de vieja escuela, bandas sonoras, Hendrix... Me gusta ver que sigues impermeable al vaivén de las modas.

R: Mira, voy a decirte a quién no soporto, y eso que no suelo rajar sobre la gente. Odio a Moby, tío. No puedo aguantarlo, no he escuchado música más penosa en toda mi vida... Es un músico que, en realidad, esconde a un hombre de negocios. Se apunta a las modas con una facilidad terrible y uno no puede ser personal cuando sigue tanto las modas. Cuando lanzamos nuestro segundo elepé, muchos se decepcionaron porque sonaba a Portishead, no a drum’n’bass. ¿Por qué teníamos que hacer drum’n’bass? ¿No tenían ya a Roni Size? Según esta regla, nuestro próximo disco debería sonar a nu skool breakz o two-step, pero no creo que lo haga.

P: ¿Y a qué sonará? ¿Cómo será?

R: Ahora mismo estoy de vacaciones, pero en breve vamos a meternos en el estudio para empezar a probar cosas. No tengo ni idea de qué rumbo va a tomar el proyecto. Somos Adrian, Beth y yo, los mismos de siempre, y tampoco hemos cambiado tanto, así que imagino que será parecido a los dos discos anteriores. Pero tampoco quiero adelantar acontecimientos. Nos lo vamos a tomar con tiempo y puede pasar cualquier cosa.





LA LUNA es un suplemento de
.
Noticias Edición impresa Tu correo Suplementos Servicios Multimedia Charlas Tienda Clasificados