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# 177 Viernes 31 de mayo de 2002
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LUNATICOS


Johnny Rotten

Genio y figura: sobre estas líneas, Johnny Lydon (Rotten, en sus días de gloria punk), enrojecido por el sol de california, durante la rueda de prensa que dio hace un par de semanas en londres para presentar la ofensiva/amenaza Sex Pistols en el 25 aniver
María Bellido

25 años después de su primer escupitajo de alcance, los Sex Pistols vuelven para fastidiarle el jubileo a su reina. Lo ha prometido el aburgue-sado voceras del grupo, Johnny Rotten en una, cómo no, insultante rueda de prensa

EL SALIVAZO FINAL. ¿Nada es para siempre? Han pasado 25 años (se cumplieron hace cuatro días, el 27 de mayo) desde que los Sex Pistols pusieran en boca de una generación vacía y sin ganas de celebraciones reales la expresión «No future» con su clásico God Save The Queen, pero el lema sigue vigente. Sobre todo ahora, cuando el Reino Unido se prepara para celebrar el Día del Jubileo (el inminente 3 de junio) y los 50 autobuses y 50 taxis pintados de oro ya comienzan a circular por las congestionadas arterias londinenses. El momento propicio para que un redivivo Johnny Rotten, todavía con ganas de marcha, invoque ese genuino espíritu del punk que amenace con aguarle la fiesta a su querida Queen Elizabeth en el año de su cincuentenario como graciosa majestad de los británicos.

Ocurrió hace un par de semanas, en el barrio obrero de Kensal Town, al norte de Londres, donde se encuentra el Cobden Club. Allí tuvo lugar la furiosa rueda de prensa en la que el que fuera cantante, bocazas y, más o menos, líder de una de las bandas más polémicas de la Historia de la rock (Sex Pistols, claro) volvió a sentar insultante cátedra. A sus 46 abriles, sin el atractivo y estilo antimoda que le caracterizara en 1976, Johnny no parece haber abandonado la arrogancia y mala educación, saltándose a la torera el protocolo cuando eructa a los micrófonos y humilla a todo periodista que le sale al paso. Esta es la actitud con la que pretende devolver al Anticristo una vez más al Reino Unido: «Tenía que regresar para recordaros qué significa eso de ser británico», nos espeta alguien al que no se le ha visto asomar el pelopincho por las islas en mucho tiempo: ahora vive en los EEUU. La inmensa fortuna que ha amasado con la especulación inmobiliaria le ha procurado una magnífica mansión gótica en Los Ángeles (amén de casas en Malibu Beach, Londres y Berlín), un formidable Volvo, su propio estudio de grabación y jornadas de shopping y esquí junto a su feliz esposa, una alemana llamada Nora que le saca 14 años.

Pero aun convertido en un burgués de mediana edad, John Joseph Lydon (su verdadero apellido, que un día cambiara por aquel apodo que lo identificaba por su penosa dentadura —rotten significa «podrido» en inglés—) está de vuelta con un descaro que sigue intimidando. Esta vez, sin embargo, su comportamiento se adivina más fachada que otra cosa; más conservador e incluso pro realeza. Quién hubiera creído en su admiración por la difunta Reina Madre o en el fetichismo que le provoca Su Majestad.... «Siempre me he querido meter en sus braguitas —admite—. Al fín y al cabo, soy una pistola sexual…». Su discurso resulta más serio cuando dice que «(Los Windsor) son nuestra monarquía y deberíamos dejarles en paz… ¿Por qué seguís pagando por una puta casa real en la que no creéis?». Y a continuación, poniendo pose y tono de primer ministro, escupe: «Blair, con su ridículo socialismo, ha jodido la casa real. ¿Cómo se le ha votado, si los tories no fueron tan malos?». He aquí el rebelde Johnny Lydon 2002, que presenta el programa Rotten TV en la televisión por cable estadounidense (donde entrevista a políticos respetables) y conduce un talk show en vivo a través de internet, que califica de burgueses a los medios y de corrupta a la industria discográfica. Menos mal que también confiesa querer llevarse su gran tajada del boom estival del aniversario y volver a las listas de ventas.

A POR EL PASTEL. Lydon acaba de materializar un remix technoide junto a su amigo el ex Leftfield Neal Barnes del que hace un cuarto de siglo fuera la alternativa del himno inglés, God Save The Queen. Su revisión es, además de cutre, absurda, aunque él no disimula su orgullo. El single tenía prevista su salida el 27 de mayo, exactamente 25 años después de la publicación del original y a sólo una semana del Día del Jubileo. Tampoco faltará el consabido best of, una caja de tres CDs con rarezas de estudio y demos del grupo.

Así las cosas, Lydon/Rotten hincha el pecho al asumir su papel de superviviente. «Llevo un cuarto de siglo en el mundo de la música. He inventado casi todo lo que escucháis ahora en “formato imitación”. Sex Pistols son el verdadero punk, el resto es punk-rock», dice. Y aprovecha para ridiculizar la actual estética de marras, en especial la cresta que luce David Beckham. Claro que con la elocuencia y el sarcasmo que gasta —por no hablar de sus contradicciones— resulta difícil tomarle en serio. Queda la duda de si el inepto de Sid Vicious hubiera llegado a ser la verdadera alma punk en estas fechas, aunque es fácil decirlo cuando dejó atrás un cadáver joven en pleno estrellato. Será mejor olvidarse de pasados y ver cómo los Pistols que quedan (el guitarrista Steve Jones, el baterista Paul Cook y el bajista Glen Matlock, amén del cantante), reunidos para la ocasión, salen del paso en el escenario del Crystal Palace, el 27 de julio. Será sólo un concierto (no hay visos de repetir la Gira del Lucro Indecente de 1996), a unos 52 euros del ala, esperemos que irrepetible.





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