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# 212 Viernes 7 de marzo de 2003
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PRESUNTOS IMPLICADOS

por Pedro Calleja, ilustración de Sean Mackaoui
En plena campaña contra la pornografía infantil, la policía británica ha detenido a 3D (Massive Attack) y Pete Townshend (The Who), acusados de posesión de fotos delictivas. Los dos músicos, que se han declarado inocentes y ya están en libertad sin cargos, son los últimos de una larga lista de ídolos puestos en tela de juicio por sus presuntas debilidades. Antes que ellos, R. Kelly, Gary Glitter, Michael Jackson o Elvis Presley protagonizaron sonados escándalos sexuales relacionados con menores.

ALARMA: PARANOIA. El rock es un invento de Satanás, el pop reblandece el cerebro, el soul alborota las hormonas y el rap incita a la agresión. Todo eso ya lo sabíamos. Lo que ignorábamos era que el trip hop podría convertirse en la música preferida de los pedófilos. Eso es, al menos, lo que tratan de vendernos los diarios sensacionalistas ingleses, que han recogido con gran despliegue de titulares la noticia de la detención del cabecilla de Massive Attack por ser un supuesto adicto a la pornografía infantil. ¿Los hechos? Robert Del Naja, más conocido como 3D, único miembro fundador de la banda de Bristol que queda al pie del cañón, fue víctima de un registro policial en su propio domicilio hace un par de semanas. Según el juez encargado de la instrucción, los agentes encontraron allí material audiovisual sospechoso, así como una pequeña cantidad de droga catalogada «de clase A» (grupo al que pertenecen la cocaína, la heroína, el LSD y el éxtasis).

El material audiovisual estaba compuesto, al parecer, por fotos sexualmente explícitas de menores de 18 años, presuntamente copiadas de páginas web especializadas en este tipo de imágenes y descargadas en el disco duro de su ordenador personal. 3D, que se encuentra en estos momentos en libertad condicional, ha declarado no ser un frecuentador habitual de zonas prohibidas en internet: «Nunca he mirado pornografía infantil —dijo en la rueda de prensa celebrada después de publicarse la noticia—. Por lo que a mí respecta, es un tema que me preocupa. Por eso estoy cooperando con la policía y pido a todo el mundo que no se me juzgue de forma prematura». Da la casualidad de que 3D es uno de los máximos promotores del No a la guerra en Reino Unido. El escándalo de su supuesta implicación con la pornografía infantil ha coincidido con el clímax de mayor auge activista en contra del gobierno de Blair.

El nombre de 3D se suma al de otras estrellas de la música británica que se han convertido, en los últimos meses, en objetivo de los medios de comunicación. El 13 de enero, Pete Townshend, guitarrista de The Who, fue también acusado de poseer una colección privada de imágenes sexuales en las que aparecían menores de edad en actitudes muy poco apropiadas. En declaraciones recogidas por la página web de Ananova, Townshend afirmó ser víctima de un error: «Es cierto que en mi ordenador hay fotos relacionadas con la pornografía infantil, pero se trata de material de estudio sobre el tema. Colaboro con una asociación en su contra, por eso tengo que relacionarme con ella. La policía sabía que estaba metido en esto. Yo mismo se lo advertí para evitar problemas. Espero que todo se aclare lo antes posible».

Algo similar le sucedió en 1999 al rockero de base Gary Glitter, que acabó cumpliendo cuatro meses de cárcel y aún sufre las consecuencias de su presunto desliz (recientemente se vió obligado a salir por patas de Camboya, amenazado por las autoridades locales). Son ejemplos del ambiente inquisitorial que impera ahora mismo en Reino Unido, un país en el que siguen siendo frecuentes los delitos contra menores, pero en el que, paradójicamente (y a diferencia del resto de Europa), todavía no está permitido el consumo de cine X.



SOSPECHOSOS HABITUALES. La historia reciente del rock norteamericano también está repleta de acusaciones, chantajes, abogados, morbo, chaperos, groupies y lolitas. El rapero multimillonario en ventas R. Kelly, autor de I Believe I Can Fly, la canción favorita del triunfito Toni Santos, encabeza el pelotón de supuestos monstruos menoreros. Su mala fama data de mediados de los 90. Desde entonces, acumula media docena de denuncias por practicar sexo con adolescentes en la edad del pavo. El primer gran escándalo relacionado con sus orientaciones erotómanas está fechado en agosto de 1994. En dicho año, según se supo después, decidió casarse en secreto con su protegida, la fallecida Aaliyah, quien todavía no había cumplido los 16. Cinco meses más tarde, un juez declaró nulo el matrimonio.

A pesar de negar los hechos en diversas entrevistas, R. Kelly no tuvo más remedio que dar la cara cuando la prensa publicó copias de los documentos legales. También en 1996 y 2000, sus abogados se enfrentaron a trabajo extra por culpa de dos ex amantes airadas. Ambas acabaron conformándose con sendas compensaciones económicas. Por si no fuese suficiente con esto, hace poco más de un año, el diario Chicago Sun-Times puso a disposición de la policía un vídeo que había llegado a su redacción de forma anónima. Contenía una grabación de 27 minutos en la que, presuntamente, R. Kelly practicaba sexo con una niña de 14 años, hija de uno de sus colaboradores más estrechos. Copias de esta cinta llegaron a venderse en Nueva York a precios que oscilaban entre 10 dólares (en VHS) y 15 dólares (en DVD). En el mes de junio del 2002, un juez de Illinois decidió aceptarla como prueba y acusar formalmente al rapero por 21 cargos distintos relacionados con el abuso de una menor y la grabación de pornografía infantil. El juicio aún no se ha celebrado.

En medio de este huracán, R. Kelly tuvo que pagar 12.000 dólares a otro juez de Miami para que lo dejase en libertad condicional, después de que unos policías encontrasen en su casa 12 fotos digitales de jovencitas desnudas. Afortunadamente para él, las ventas de sus discos no se han resentido. A sus 33 años, felizmente casado y con tres hijos, R. Kelly se enfrenta a sus acusadores con un calculado descaro: «Hay gente que trata de acabar conmigo —declaró en enero de este año a una célebre revista de cultura afroamericana—. No soy un ángel, pero tampoco un monstruo. Confío en la Justicia porque no tengo nada que ocultar».

Otro gran villano actual con ciertas apetencias íntimas censurables es Michael Jackson. Ya en 1993, el fantasma de la pederastia entró en su vida de la mano de un niño de 13 años que lo acusó de abusador sexual. El artista pagó una desorbitada suma de dinero a la familia de la supuesta víctima a cambio de silencio. Lo que no pudo es quitarse de encima la mancha. Desde entonces, su imagen se ha deteriorado y sus discos han dejado de venderse. En las últimas semanas, la situación ha empeorado aún más por culpa del asunto del balcón (la imagen dio la vuelta al mundo: Jacko sosteniendo en el vacío a uno de sus hijos mientras saludaba a sus fans alemanes) y, sobre todo, por un documental televisivo de producción inglesa en el que afirma que le gusta «acostarse con niños». A pesar de estar claramente manipulado por su director, Martin Bashir, el reportaje se ha vendido a muchas cadenas (aquí lo han emitido las autonómicas). Los abogados de Michael están tratando de eliminarlo del mercado lo antes posible.



UN POCO DE HISTORIA. Antes de que Jacko y R. Kelly se convirtieran en genuinos hombres del saco, muchas otras estrellas del rock habían mojado el otro lado de la cama. Una de las más destacadas fue Jerry Lee Lewis, que escandalizó a la sociedad de finales de los 50 casándose con su prima Myra Brown, de 13 años, sin haberse separado de su anterior mujer. Muchos consideran este hecho circunstancial como la razón principal de su posterior decadencia como artista. Otro pionero del rock’n’roll, Chuck Berry, pasó 18 meses en la cárcel por recoger, en 1961, a una autoestopista menor de edad en su coche. Mucho más tarde, en 1990, las autoridades volvieron a ficharle por colocar cámaras de vídeo en los servicios femeninos de uno de sus clubes.

Puestos a ser concienzudos con el asunto del menoreo, ni siquiera Elvis Presley está libre de culpa. No hay que olvidar que el Rey empezó a salir con Priscilla siendo ésta una niña de 14 años, en 1959. Ambos vivieron juntos varios años en Graceland antes de casarse en 1967. Para ello contaban con el permiso de los padres de la chica y, lo que es más importante, con el del coronel Tom Parker, su excéntrico mánager. Curio- samente, a ningún periodista le interesó hurgar en el caso con inten- ciones amarillistas. Eran otros tiempos. Actores como Charlie Chaplin y Douglas Fairbanks también habían tenido relaciones con adolescentes, sin que ni el público ni sus compañeros de profesión les diesen la espalda.

El Hollywood de los últimos tiempos no se parece nada al de la Edad de Oro. Ahora los errores se pagan caro. Que se lo digan a Paul Reubens, en su día más conocido como Pee Wee Herman, actor de programas infantiles. En el cénit de su carrera, cuatro años después de protagonizar la ópera prima de Tim Burton, Pee Wee’s Big Adventure (1985), le pillaron masturbán- dose en una sala X. Los jefes de su cadena televisiva le despidieron. Ningún productor cinematográfico volvió a contratarle, a excepción de Burton, que le dejó encarnar al padre del Pingüino en Batman vuelve (1992). Una década entera le ha costado a Reubens lavar su imagen. Sin ir más lejos, con un estupendo papel secundario en Blow (2001). Por desgracia, el pasado 15 de noviembre, agentes del FBI irrumpieron en su casa y le arrestaron por posesión de pornografía infantil. ¿Su delito? Coleccionar fotos antiguas de adolescentes, de las que salen en los libros de arte. 20.000 dólares le ha costado su libertad provisional. El juicio se celebrará en breve.

En un ámbito más sórdido y, también, más petarda, cabe recordar el caso de Gloria Trevi, el ídolo pop mexicano que se trajo Chicho Ibáñez Serrador a la última etapa del 1, 2, 3… Responda otra vez. La Trevi lleva más de tres años encerrada en una cárcel brasileña, acusada de colaborar con su manager y amante, Sergio Andrade, en el secuestro y abuso sexual de decenas de fans menores de edad. Asediada por la prensa del corazón, la Trevi, apoyada por su madre, protagoniza las exclusivas más aberrantes con tal de salir en la tele. Por ejemplo, concebir un hijo entre rejas de padre absolutamente desconocido.



DOBLE MORAL. Y ya que estamos hablando de fotografía, ¿alguien recuerda al fotógrafo inglés David Hamilton? Su estética relamida y hortera fue muy popular en los 70. Sus modelos, jovencitas entre 12 y 17 años, envueltas en gasas y flus, causaban furor. Para muchos artistas de vanguardia su obra sigue siendo hoy un punto de referencia. Sofia Coppola no hubiese filmado Las vírgenes suicidas como lo hizo sin tener en mente el look Hamilton. Lo curioso del caso es que sus imágenes ya no pueden exhibirse. Pocos museos y galerías se atreven a colgarlas. Tampoco los filmes que dirigió a finales de los 70 (Bilitis, Tiernas primas) se programan en festivales o filmotecas. Podrían herir la sensibilidad de demasiadas personas. Increíble, pero cierto.

Los niños y adolescentes se han convertido en uno de los mayores tabúes sociales de los últimos 15 años. Cualquier producto que tenga algo que ver con ellos es analizado, estudiado y, con demasiada frecuencia, censurado. La campaña publicitaria de Calvin Klein en la que se veía a niños en calzoncillos saltando sobre un sofá duró cinco horas en la calle 42 de Nueva York: el alcalde se encargó personalmente de retirarla. En las películas porno producidas con capital americano no pueden salir actrices peinadas con trenzas o coletas. Hasta los dibujos animados clásicos están siendo retocados por el bien de las generaciones futuras (Speedy González ya no fuma ni bebe; Tom y Jerry no se arrojan cartuchos de dinamita encendidos a la cara). En estos momentos, cualquier persona que conserve fotos de algún familiar menor de edad en pelotas o en bañador puede ser acusada de incitar a la pederastia.


MARCADOS POR EL ESCÁNDALO.


La sombra de la pornografía ha planeado sobre infinidad de celebridades del «showbiz».

  • Paul Reubens, actor más conocido como Pee Wee Herman, fue arrestado el pasado 15 de noviembre por posesion de pornografía infantil. Su carrera estaba resucitando tras su papel en Blow.




  • Chuck Berry, el autor de Sweet Little Sixteen, fue condenado en 1961 por fugarse con una menor. Tras una carrera en coche que recorrió varios estados, le capturaron y pasó 18 meses en la cárcel.




  • El rocker sureño Jerry Lee Lewis vio su carrera truncada en 1958, justo al casarse con su prima Myra, de tan sólo 15 años de edad, asunto aireado convenientemente por la prensa. Fue el fin de su buena estrella.




  • Elvis Presley se hizo novio de Priscilla cuando ella sólo tenía 14 años. Vivieron juntos en Graceland con permiso de sus padres y la convirtió en su esposa al alcanzar la mayoría de edad.




  • A Gary Glitter, el mítico pionero del glam rock, le pillaron recientemente en Camboya, en compañía de varios niñitos. Tuvo que salir por piernas del país acuciado por las autoridades locales.



  • Michael Jackson fue demandado en 1993 por tocamientos indebidos por los padres de varios de sus más próximos amiguos. El escándalo acabó convenientemente tapado a base de dinero.




  • El rapero R. Kelly la cantante Aaliyah se casaron en secreto: ella tan sólo tenía 16 años. La boda se anuló en cuanto se hizo pública. En 2002, el rapero fue acusado de abusos a una menor.




  • Gloria Trevi, la llamada Madonna mexicana, está actualmente en cautiverio en Brasil y pendiente de extradición a su país, por reclutar junto a su manager chicos y chicas menores para la prostitución.




LA LUNA es un suplemento de
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