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 DIRECTORIO   Viernes 18 de julio de 2003 , número 231
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MÚSICA
Shaun Ryder, el noble arte de sobrevivir
Por Javier Blánquez

SU LEYENDA COMO CALAVERA supera en muchos cuerpos a la de otros animales de la noche como Ricardo Bofill, pero parece que la estrella de Shaun Ryder comienza a apagarse. El hombre que probó todas y cada unas de las sustancias tóxicas que circulaban por Manchester a finales de los 80 –o casi: se supo de su adicción a la heroína, al crack y de su desmedida pasión por el éxtasis–, el ex líder de Happy Mondays y Black Grape, el crápula original que acuñó el lema 24 hour party people (fiesteros las 24 horas del día), ya no es el que era. Y eso que acaba de volver con un disco, Amateur Night in The Big Top, que continúa manteniendo viva la llama lisérgica de su música. «Pero yo ya no salgo de fiesta, sólo voy a clubes para trabajar, para poner discos, cuando actúo», confiesa Shaun desde su granja a una hora de Manchester. «Ya pasó, eso se hace cuando eres joven, cuando tienes 19, 20, 21 (sigue así hasta 29), cuando el cuerpo aguanta. Yo me lo pasé muy bien, pero ya no, ahora vivo en el campo».

Para quien disfrutó como un enano con el pop borroso y funk de Happy Mondays, el regreso de Ryder sabrá a poco: los temas son largos y tienden a la sobreproducción, pero por momentos le toman el pulso bien a la actualidad, a esta nueva chulería callejera que este año representan Audio Bullys y el año pasado The Streets. Shaun canta arrastrando las palabras sobre fondos bizarros y, según cuenta, «he querido que mi música fuera una experiencia mental y física, pero diferente a Happy Mondays y a Black Grape». Al parecer, los rumores que circulaban sobre la reunificación de la banda que dio pie a la escena de Madchester van a quedarse en nada. «Sólo veo a Bez (el freak que tocaba las maracas y bailaba en los Mondays), porque es mi vecino. Hicimos una gira y al acabar me fui a Australia a descansar, porque a mi edad las giras me dejan baldado, y allí quiero seguir viviendo durante mucho tiempo. En realidad, este disco lo hice porque mi primo me animó».

Está claro que su vida es otra y nueva. Mientras hablamos por teléfono, llora una criatura. «Sí, tengo un hijo, nació hace 12 meses». ¿Y qué futuro imaginas para él? A ti las drogas te han dado lo mejor y lo peor de tu vida, ¿cómo aconsejarías a la juventud? «Cuando eres joven no escuchas consejos ni atiendes a razones –zanja expeditivo–. Yo no voy a promover las drogas, pero tampoco cambiaría nada de mi vida, porque sería cambiar mi juventud. Yo creo que cada uno debe optar por sí mismo, pero siempre teniendo cuidado». ¿Y sobre el filme 24 Hour Party People, que le retrataba como un sádico loco y caprichoso, tiene alguna opinión al respecto? «Es una mierda. Aquello no fueron los hechos. Puedo disculparlo porque era una película de entretenimiento, pero el guión se cambió y acabó hablando de ficción y no de realidad. Yo no anduve metido en líos de gánsteres, por ejemplo. Agradezco que me tuvieran en cuenta, pero no era la verdad». Pues que rueden la segunda parte ya.



Amateur Night In The Big Top ya a la venta



 
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