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 DIRECTORIO   Viernes 24 de octubre de 2003 , número 240
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FRIENDSTER
Amigos por catálogo
JUAN SARDÁ FROUTCHMANN
   

Y YO VOY Y ME LO CREO. «Una noche quedé por Internet con un desconocido. Me dijo que estaba buenísimo y que tenía 30 años. Cuando apareció por casa resultó que había cumplido 50 y pesaba 200 kilos. Echarlo fue todo un drama, incluso temí que la cosa acabara con la policía de por medio», explica Guillermo, 25 años. ¿Te suena? Afrontémoslo. El chat ha causado furor como forma de relacionarse, pero eso no lo ha librado de su principal defecto: la mentira. Todos estamos acostumbrados a dialogar con una rubia de ?,80 que en realidad es un chaval de ?5 años o una estrella del pop que vigila párkings. Hasta hoy. Los tiempos de la impostura o, como mínimo, las verdades a medias pueden estar tocando a su fin: bienvenidos al mundo de Friendster.

Este nuevo modelo de comunicación por la red, basado en la confianza e inspirado en el chat, no sólo tiene revolucionado al planeta cool, también al sector de las telecomunicaciones. Las cifras cantan. Desde su creación en marzo de este mismo año, Friendster ha superado el millón de usuarios en todo el mundo y crece a un ritmo de un 20% semanal, según la propia compañía. La presencia contrastada entre sus contertulios de figurones como Björk, Henry Rollins, las riott girls al completo, Yeah Yeah Yeahs o Daniel, de Ladytron (todo un activista) ha acabado por desatar la histeria en Estados Unidos y en parte del resto del mundo. ¿Por qué Friendster es diferente?

MERCADO DE ESCLAVOS. «La diferencia con el chat tradicional es que sabes con quién estás hablando – explica Jesús, artista multidisciplinar madrileño–. Cuando entras en Friendster tienes que colgar una foto y rellenar una ficha bastante completa. Además, para comenzar a funcionar es necesario que conozcas a alguien en el mundo real que te introduzca en su lista de amigos, que pasan a ser tus contactos. A medida que confraternizas con estos nuevos contactos enviándoles mensajes, vas ampliando tus posibilidades. Tiene una estructura en red que te permite que puedas seguir avanzando casi eternamente». Para Jesús, que está en órbita desde verano, «Friendster es divertido y algo morboso. Lo mejor es ver las fotos y que con la ficha sabes por dónde van los tiros del carácter de la gente».

«Lo que ha pasado con Friendster es alucinante. Un día no existía y, al fin de semana siguiente, resulta que toda la ciudad estaba metida», explica Stephanie Pappas, ejecutiva de un sello de Nueva York, ciudad en la que Friendster ha arrasado. Para Stephanie, la gracia del asunto está en que «antes de quedar con un desconocido puedes pedir la opinión a sus anteriores citas y arriesgas menos». Además, el programa ha resultado ser muy útil para dos finalidades: «Se liga mucho y también es una forma muy popular de montar las fiestas. Hay DJs y relaciones públicas que tienen más de 400 o 500 nombres en su lista de amigos y así afinan el tiro con las invitaciones». Aunque el éxito en la Gran Manzana haya sido espectacular, algunos ven peligros: «Es cierto que en Friendster te encuentras a la misma gente que cada noche pulula por los clubes. Pero ya proliferan falsas fichas como las de un supuesto Moby o un tal Adolf Hitler que dañan su credibilidad», explica Tricia Romano en The Village Voice.

En realidad, Friendster nació con la vocación de ser una herramienta de comunicación para la comunidad indie, parcela que se ha visto desbordada por su espectacular crecimiento. Sin embargo, según su presidente y fundador, Jonathan Abrams, nada debe cambiar: «La web está dedicada a amantes de la cultura, no queremos otro público para ganar más dinero. La llevamos cinco fanáticos de la informática y la innovación. Lo que nos mueve es el afán de poner en contacto a personas interesantes». Buenos propósitos que no impiden que en Silicon Valley, donde está la sede de esta empresa pionera, muchos se froten las manos y ya hayan proliferado sucedáneos como Everyone’s Connected, Ryze, Ecademy, LinkedIn (estos dos últimos dedicados al mundo de los negocios) o myspace.com, que ya se rumorea como recambio underground a la popularización de Friendster.

COMO LA PÓLVORA. Si quieres triunfar en el universo Friendster, lo más importante es ir con mucho cuidado en la confección de tu ficha de presentación. En las fotos predominan los estilismos modernos, que son la mejor forma de exhibirse. Las afinidades son la otra vía para añadir contactos y hacer nuevas amistades. Sin embargo, nada es perfecto. Como comenta Adrián, usuario de la página desde hace un par de meses: «Es mucho mejor que el chat de toda la vida porque puedes ver la cara de los usuarios, pero eso no quita para que te engañen, porque todo el mundo acaba colgando fotografías en las que casi parecen modelos. Además, muchos se inventan los gustos para hacerse los interesantes. Dicen ser expertos en autores o grupos que sólo conocen de oídas».

En España, Friendster acaba de aterrizar de la mano de los más atentos a todo hype que se tercie. Felipe, ex Fresones Rebeldes y actual Cola Jet Set, lo explica: «Acabo de apuntarme hace muy poquitos días. Me llamó una amiga para comentármelo y, por lo que he visto, me parece una idea estupenda». Para Felipe, el principal peligro es que Friendster acabe como Spanish Pop, la lista de correo promovida por Meteosat que triunfó allá por 2000 y que pasó «del esplendor a la miseria por culpa de personas que utilizaban seudónimos y se dedicaban a machacar a los demás y difundir falsos rumores». Según Adrián, «en Barcelona cada día es más popular entre los que siempre quieren ir a la última. Lo más probable es que ahora explote. Y luego...». Ya veremos.



BIENVENIDOS AL CLUB

Casi todos recordamos la teoría de los seis grados de separación. La contaban en una película de Fred Schepisi con Will Smith que tiene el mismo nombre. Se trata de que con cualquier persona del mundo a uno sólo le separan, como máximo, seis escalas de distancia. Friendster parte de esta base. El procedimiento es sencillo. En www.friendster.com te apuntas y cuelgas una foto tuya. También debes rellenar una ficha en la que se te pregunta por tus gustos musicales o literarios o se te solicita una breve descripción de ti mismo. Para comenzar a relacionarte con otros friendsters lo mejor es conocer a alguien que pueda pasarte sus contactos. Piensa en una tela de araña: a partir de un solo amigo, puedes acceder a 18 contactos, que, a su vez, pueden darte acceso a otros tantos. Por ejemplo, puedes tener cinco amigos y estar conectado a 27.000 personas. Si no conoces a nadie, se trata de probar suerte enviando mensajes a las incorporaciones diarias a ver si alguno pica. Hasta que ninguno te considere su amigo, éstos serán tus únicos contactos.

 
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