Carmen Avendaño

 Carmen Avendaño


"Galicia no es sinónimo de narcotráfico. Son dos familias"


Fue a Madrid a decirle al juez Liaño que reconsidere su reciente sentencia de libertad para dos importantes capos del narcotráfico. Es presidenta de Érguete, madres gallegas contra la droga. Ha logrado unir la fuerza de la gente contra el mal asesino: ahora sabe más que el mejor investigador. Su propuesta es la persecu- ción fiscal y la incautación de bienes de los narcos.

Tiene los caballos de una barcaza de arrastre, estatura media gallega, el aspecto dinámico de tantos años en la lucha social y política, la lengua franca y la cabeza veloz y clara. Le duele la boca de decir que Galicia no es Sicilia. Rompió el miedo y el silencio, y ha ordenado a su alrededor las fuerzas del pueblo contra un mal asesino de los tiempos: el narcotráfico; más muertos inocentes que el peor terrorismo. Concejala, diputada provincial, presidenta de Érguete, madre contra la droga, empresaria y ama de casa: "Calienta la fabada y fríe una castañeta" o "llegamos a un acuerdo, habrá agua". A pie de móvil, siempre localizable. No se protege, recibe amenazas, la golpean donde más le duele: sobre el destino de dos hijos toxicómanos y el resto de su numerosa familia. No es víctima, no quiere serlo. Es una guerrera. Y en el muelle: "Soy la de la droga", así se presenta, a las tejedoras de redes, madres también. Sus confidencias son una bomba de precisión altísima. ¿Quién teme a Carmen Avendaño?

Pregunta.-¿Los jueces son estrellas?
Respuesta.-No debieran serlo.

P.-¿Qué fue a decirle a Liaño?
R.-Cómo había reaccionado Galicia a su decreto de libertad de estos dos personajes (Jueguen y Carballo), el problema social que supone.

P.-¿La liberación se debe al enfrentamiento Liaño-Garzón?
R.-Mi conclusión es que es una rabieta, una represalia contra el juez Garzón.

P.-A Liaño la prisión incondicinal le parece "una medida enérgica", ¿será piedad o habrá otros intereses?
R.-No me atrevo a hablar de intereses. Liaño no está de acuerdo con la sentencia de Garzón, considera que el delito no es tan grave (1.300 kilos de cocaína) y que estos personajes tienen un fuerte arraigo social, que es mentira.

P.-La Plataforma Galega contra o Narcotráfico pide que se investigue al juez.
R.-Yo no soy tan drástica. Pudo equivocarse, la medida es corregible con la ley. Yo creo que desconoce la fuerte sensibilidad social de Galicia sobre este asunto.

P.-Usted ocupa dos cargos por el PSOE y preconiza un movimiento apolítico.
R.-Éste es un asunto social, no se puede hacer campaña. Las medidas contra el narcotráfico no pueden ser propagandísticas, han de ser asumidas por todos los representantes del pueblo.

P.-Si tanto se sabe de la organización del narcotráfico, ¿a quién interesa mantenerlo?
R.-Según los últimos estudios, un tercio del capital que se mueve en el mundo proviene del narcotráfico. Este dinero negro afloró al mercado en un momento de recesión, sirvió para consolidar estados, miremos a Norteamérica. Las drogas entonces no eran un problema: eran una forma de hacer capital.

P.-Los bancos, ¿con tal de ver dinero, tragan?
R.-Sistemáticamente. Pero ya se han adoptado medidas eficaces que obligan al narcotráfico de aquí a utilizar redes internacionales.

P.-Avendaño, ¿por qué Galicia, por caníbal?
R.-Galicia no es sinónimo de narcotráfico. Son dos familias, con estructura de clan, y sus secuaces. No es la población gallega. ¿Y por qué en Galicia? Porque estamos en línea recta con los productores americanos. Pero también entra por Canarias, por Andalucía... Y nadie investiga el blanqueo de dinero en el Mediterráneo, orquestado por la jet que protege el señor Gil.

P.-Admitirá que la ley del silencio tuvo su momento.
R.-De protección al contrabando de tabaco, que sí era socialmente muy asumido, como antes lo fue el extraperlo de cobre, de café, de azúcar. Lo preocupante es que aquello tenía importantes lazos dentro de las fuerzas del Estado. Y la gente no lo creía, y cuando lo vio, y vio que el tabaco entraba mezclado con hachís y heroína, fue un terrible revulsivo: de ahí la fuerte conciencia colectiva.

P.-Galicia sí padece un contrabandismo endémico.
R.-Sí, motivado por muchas carencias. Hemos vivido de cara al Tercer Mundo, a la dictadura de Salazar, muy marginados. Aquí se desmanteló la industria, entonces el que iba a Portugal a por el cobre... Ay, ese éche un listo de medo. La penicilina la encargábamos a los barcos que la traían barata de América.

P.-¿Quién predijo el traslado de las operaciones a las Rías Altas e incluso a Asturias?
R.-Las últimas incautaciones, en Asturias y Portugal, forman parte de un barco matriz que traía 40.000 kilos de cocaína. Hizo el gran desembarco en muchísimos barcos que cubrieron desde Portugal hasta Francia. Sólo fueron incautados 11.000 kilos. Empieza a cambiar la estrategia: lo que se pierde encarece un poco el resto, pero el beneficio es el mismo. Cogieron a Manolito Charlín, que vivía en Portugal desde el 91: todos lo sabíamos. Algún día hablaré.

P.-Avendaño, ¿usted por qué se juega tanto en esto?
R.-No soy una víctima, estoy segura de que no me van a matar. No me planteo si me juego o lo que me juego: me parece gravísimo que miles de personas jóvenes mueran para que se enriquezcan unos cuantos. Trabajaba en los servicios sociales del barrio de Lavadores y tomé una decisión, no fue por mis hijos.

P.-¿Le amenazan, le atacan?
R.-(Silencio) Me tocan donde tengo la parte sensible y me hacen heridas tremendas. No te voy a decir cómo (se le enrojece el rostro, y ella aprieta, por contener).

P.-¿Se protege?
R.-No, en absoluto. Sólo podría protegerme callando.

P.-¿Cuál es su experiencia de madre frente a la droga?
R.-Durísima, como la de otras miles en este país. Mi hijo Jaime lleva doce años en la cárcel, que no es ningún sitio para curarse, supone la destrucción del individuo. Y mi hijo Abel ha tenido situaciones buenas y malas, pero cuando mejor estaba fueron a por él, para tocarme la herida que tanto me duele. Pero yo no pierdo la esperanza.

P.-¿Le quedan ansias de venganza?
R.-No soy ningún angelito, pero soy incapaz de odiar, ni siquiera soy justiciera: abogo por penas equilibradas.

P.-¿Cuál es su propuesta?
R.-La investigación económica. Aplicar la ley de Fondos e incautar los bienes.

P.-Para mejor luchar hay que conocer al enemigo, ¿ha probado los estupefacientes?
R.-Una vez fumé un porro que debía de llevar una dosis para diez, me dio un colocón... fue más bien libidinoso. Supongo que la droga al principio da mucho placer, pero yo conozco sus consecuencias.


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