Mario Conde ante el

Mario Conde ante el


... Abraham, como ideada por templarios o carbonarios, es sencilla y misteriosa, con techos altísimos y contraluces góticos. Comimos junto a Mario cordero asado y bebimos un buen vino. Lo encuentro delgado y tenso; él lo achaca a que ha dejado de fumar y a que duerme poco; yo creo que espera con mucha tensión el juicio de Nuremberg financiero. Se sienta por segunda vez en el banquillo el hombre para el que la banca fue un juego de azar al estilo de Las Vegas. Mario piensa que enfrente de él está el Estado.


Pregunta.-¿Con qué espíritu espera el juicio del 1 de diciembre?
Respuesta.-Les dije a mis hijos y a mi mujer: "Hemos pasado un calvario de cuatro años, ¿qué nos queda?, o un año, o siete años". Al general Armada le condenaron a 400 años y a los cinco quedó libre. En el peor de los casos, yo con 55 años, quedaré libre y empezaré a dar guerra. ¿Cuántas veces estuvo en la cárcel Mirabeau? Para condenarme van a tener que mentir en la sentencia.

P.-¿Cree usted en la independencia del poder judicial?
R.-Una señora que está casada con un juez le pregunta: "¿Por qué Pepe es del Supremo y tú no?", "Porque a Pepe lo ha nombrado el CGPJ", "Pues a ver si te nombran a ti, gilipollas. ¿Quién es el CGPJ?", "Unos señores que han sido nombrados por los partidos", "Pues haz caso a lo que te diga el partido". A los tíos del Supremo, los ha sentado ahí el poder político.

P.-¿De todo el dinero que tenía, cuánto le queda?
R.-Yo compré 7.000 millones de pesetas en acciones de Banesto. Pedí un crédito al Hispano. Le di en garantía las acciones, incluso las que yo había comprado con el dinero de Antibióticos. Luego forzaron la Bolsa, pusieron las acciones a 800 pesetas y me las quitaron.

P.-¿Cuánto perdió?
R.-15.000 millones.

P.-¿Cuanto le queda?
R.-Lo que pone la declaración de Hacienda. En 1990 mi mujer y yo hicimos una separación de patrimonio. El esquema de la separación de bienes fue simple, yo me quedo con las acciones de Banesto y tú con todo lo demás, como en el rosario de mi madre. Lo demás es la casa de Madrid, la finca de Sevilla y la de Toledo. Gracias a ese pacto hemos podido evitar el desastre.

P.-¿El dinero de fuera se lo pueden quitar?
R.-Está Suiza como para esconder dinero. Pregúntaselo a Navalón.

P.-¿Se van a llevar preso con usted a Jack Hachuel?
R.-Él no tiene problemas. Es verdad lo que dice: cobró por intermediación. Los que van a quedar como unos golfos son los americanos.

P.-Puede usted decir como Job, Dios me lo dio, Dios me lo quitó.
R.- No. A mí no me dio Dios ni un duro; me lo gané trabajando como un hijo de puta.

P.-¿Se va a poner la toga para no sentarse en el banquillo?
R.-Voy a declarar desde el banquillo.

P.-¿Por qué?
R.-Me lo aconsejan así. Si en un momento determinado considero que puedo subir a actuar como abogado, lo pediré.

P.-¿Cuanto durará el juicio?
R.-Será muy largo y muy interesante.

P.-¿Qué quieren hacer con usted?
R.-Ellos habían diseñado así la jugada: Argentia Trust, seis años, ¡p'a dentro!; desde la cárcel, al juicio, le volvemos a condenar. Lo tenemos separado de la circulación en los próximos siete años. Han estado a punto de conseguirlo. Pero las cosas pueden dar la vuelta.

P.-¿Qué pasó en Argentia Trust?
R.-Habían decidido meterme en la cárcel antes del juicio. Cuando apareció en la sala Ventura Pérez Mariño, le dije a mi abogado: "Ese tío es del PSOE".

P.-Ya se había ido del PSOE.
R.-Una cosa es ser del PSOE y otra de Felipe.

P.-¿Cree que estaba juzgado de antemano?
R.-Ha contado el propio Gordillo las presiones a las que se vio sometido este fiscal para que no inculpara a Navalón, el cobrador, y sí al pagador. Iban a por mí.

P.-¿Prevaricaron entonces?
R.-Ah, esa es una conclusión que saca usted.

P.-Pues si yo fuera usted, después de lo de Argentia Trust, me escaparía a Brasil.
R.-Todo lo contrario. Argentia Trust ha tenido para ellos un coste enorme. Porque la sentencia es falsa en el relato de los hechos y una chabacanada en el lenguaje. No es el texto de una sentencia sino de un mitin. Además, es errónea en su fundamento. Ventura Pérez Mariño pensó que Conde nunca iba a poder probar nada. Pero yo pedí una comisión rogatoria al fiscal general del Estado, diciéndole: "Óigame yo soy más inocente que la Charito, hágame el favor de pedir una comisión rogatoria para demostrar adónde fue el dinero, un fiscal suizo dice que si quieren saber quién cobró que se lo pregunten"; ¿qué se les escapó del eje?, un juez se les fue de la película, un tal Coronado que tuvo los santos huevos de decir: "Aquí se ha denunciado esto"; como toda España sabe que han cobrado Navalón y Selva y cuando mi mujer hace la denuncia el juez ve que todo está claro ¿Y qué hacen ellos? Lo de siempre, meterle una querella criminal a Coronado. Entran en su casa, le roban documentos, le insultan desde las páginas del periódico.

P.-Insisto, ¿no le asusta el próximo juicio?
R.-Si yo gano el caso Argentia Trust, el giro sería espectacular. Los jueces que vayan a hacer la sentencia del caso Banesto tendrían que poner: "Conde se lo llevó"; pero tendrían que demostrar en qué cuenta suya está el dinero.


"No. A mí no me dio Dios ni un duro. Me lo gané trabajando como un hijo de puta."


P.-Usted se siente una especie de Antonio Pérez de la posmodernidad.
R.-Necesitaban un malo y me eligieron. Felipe quiere contarse una historia. Quiere decirle al país que aquí hubo un gobernante maravilloso que demostró que la izquierda era tranquila y hubo un tío muy malo, muy malo que se hizo con el poder de un banco y utilizó a otro que es tan malo como la tos, un tal Pedro J. Ramírez; entre los dos le hicieron la vida imposible a ese gobernante. Esa historia no se la voy a dejar escribir porque es falsa. Habla de Antonio Pérez, la diferencia es que las historias ahora van más rápidas.

P.-Pero aquel traicionó, de verdad, al Rey.
R.-Yo no he conspirado contra el Rey.

P.-En todas las conjuras y tramas está la mano larga de Mario Conde.
R.-Ese estilo lo inauguraron los socialistas. Hubo un momento en el que esas prácticas de control de los ciudadanos eran normales. Yo recuerdo que Julián Sancristóbal me dijo, paseando por el patio de presos, que Narcís Serra, en una ocasión, le habló de que él, en persona, había llegado a controlar al Rey. Me dijo que Serra tenía un vídeo del Rey. No sé si ahora lo diría o no lo diría; entonces lo dijo, tal vez porque la cárcel es como un confesonario y tienes tendencia, primero, a decir que nunca has hecho nada, y segundo, a contar interioridades.

P.-Usted era amigo del Rey y del Conde de Barcelona. ¿No era un acercamiento peligroso? ¿Ha tapado usted asuntos reales?
R.-Mi relación con el Conde de Barcelona sí fue íntima; nos teníamos un profundísimo afecto. Era un hombre al que yo quería muchísimo. Mi relación con el Rey es más corta. Necesitaban montarme una historia penal, Felipe y el sistema. Pero la gente del sistema no es gilipollas y al profundizar en el sumario se dieron cuenta de que iba a ser muy difícil encontrarme nada. Extendieron la idea de que yo soy el señor que ha organizado todo el bollo en el país y ha chantajeado al Rey. Según ellos, conspiro para obtener a cambio exoneración de mi responsabilidad en el orden penal.

P.-También se le acusa a usted de practicar el espionaje.
R.-Yo no manejaba el poder del Estado.

P.-Era un poder autónomo.
R.-Es falso. Aquí, como en el caso Argentia Trust tengo que probar mi inocencia antes de que otros prueben mi culpabilidad. La intervención de Banesto fue una bola que tiene que ir creciendo y en eso siguen.

P.-O sea que usted cree que la intervención fue política.
R.-Absolutamente, política.

P.-¿No fue el gran agujero?
R.-Aprovecharon determinadas circunstancias financieras, pero la intervención fue política y para justificarla, montaron una campaña mediática en medios indisolublemente unidos a ese periodo de la historia de España; luego se fue a una querella criminal, instrumentada absolutamente desde el poder, previa elección del juez y el fiscal adecuados; con el consentimiento o no del magistrado y el fiscal les embarcaron en la operación de llevar a Mario Conde a la cárcel. Como los hechos no les apoyan han tenido que cambiar la estrategia que se resume así: Mario Conde no es simplemente un mal banquero o un mangante, es algo más serio, es un conspirador. Iniciaron la teoría del chantaje al Gobierno. Los supuestos chantajeados, el señor Belloch y el señor González ya declararon que no hubo tal. ¿Cómo coño van a explicar que se le hace chantaje a un señor en la sede de la Presidencia del Gobierno y a un ministro de Justicia que lleva en su propio coche, después de darle los teléfonos, al supuesto chantajista?. El punto de máxima paranoia se alcanza con el chantaje al Rey.

P.-¿No hubo tal chantaje?
R.-Se reúne el Consejo de Ministros y da la orden al fiscal general del Estado, a la sazón Carlos Granados de que ejerza acciones penales contra mí; Felipe dio un paso más, en el mitin de Granollers, diciendo que el chantaje al Rey era la prueba de la conspiración. Unió la suerte del Rey a la del Gobierno ¿Qué ocurrió? No hubo ningún chantaje al Rey, sino todo lo contrario. Hubo presiones de Belloch y González para que me procesaran. También presionaron al señor Almansa para que se aplicasen acciones contra mí. Todo esto es insólitamente grave porque demuestra como se están utilizando las instituciones del Estado para convertirme en el malo. Piensan, como no lo podemos meter en la cárcel vamos a utilizar no sólo la mentira, sino, además, vamos a edificar una trama y un aparato judicial para lanzarlo contra él. Van diciendo que yo soy el culpable de que hayan perdido las elecciones y que es necesario que el causante del mal sea proclamado malvado.

P.-En el 93 no hablaba usted así de Felipe González.
R.-Hasta el año 94 yo tengo un discurso leve respecto a Felipe González. Incluso en el texto de El sistema le aíslo del tinglado. A partir del 94 empiezo a descubrir en su comportamiento determinadas acciones que me hacen cambiar. En mayo me dijo que no veía ninguna circunstancia penal en mi caso y, sin embargo, ya estaba preparando mi celda. La sorpresa última fue descubrir que presionó a Fernando Almansa para que me metieran en la cárcel.


"Necesitaban un malo y me eligieron a mí yo nunca he conspirado contra el Rey"


P.-¿Es cierto que en el caso Argentia Trust ha tapado los nombres de Gobelas y otros?
R.-Yo no estoy tapando nada. ¿Por qué no di nombres del PSOE? ¡Joder, porque no los conocía! Dije que había pagado a Navalón y a Selva. Ellos construyeron una sentencia falsa. ¿Qué dicen en la sentencia estos cabrones? Usted ha pagado a Argentia Trust por indicación del señor Navalón, ha transferido el dinero a una entidad opaca, ¿qué significa opaca? Que nosotros no podremos saber nunca quién está detrás, ha puesto el dinero en un sitio adonde no podemos llegar y por eso le encerramos.

P.-Hubo una época en la que se reunía con todos ellos para ser una alternativa.
R.-Cuando descubrí que el poder político está capturado por el sistema, traté de tener poder financiero y mediático. Al tenerlos, tienes poder político. Entonces ellos llegaron a la conclusión de que iba a por el poder político. No iba por ahí, pero si yo dejo el banco, sin dejar de controlarlo y el banco controla un aparato mediático y yo ejerzo, además, el poder político, entonces, cierro el círculo. Le doy la vuelta al sistema. Lo dinamito. Ellos se dieron cuenta del peligro. Yo había descubierto algo muy importante: los medios de comunicación tienen efecto-impacto en la cuenta de resultados de los bancos. No sólo por la publicidad, sino por la cantidad de mensajes que puedes mandar. Así me convertí en un problema político para la derecha, para la supuesta izquierda, es decir, para González, y su aparato de poder.

P.-¿Quién perdió en la intervención de Banesto?
R.-Los accionistas.

P.-¿Quién ganó?
R.-La banca. Se quitaron un competidor. Botín ha hecho un negocio espectacular con Banesto. Las filas del PP se tranquilizaron al saber que yo no iba a pasar a la política y Felipe González mandó su mensaje: aquí mando yo, tengo la capacidad y los huevos de ordenar la intervención. Pero ahora se ven las cosas con más claridad y tienen que tapar la realidad.

P.-Pero usted está libre.
R.-De momento. Ahora podría estar en la cárcel por el montaje de Argentia Trust y hasta por un delito de alta traición.


Camino al banquillo

Las comparaciones no siempre son odiosas



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