Rossy de Palma

Rossy de Palma


En poco más de 18 meses se ha separado de su novio (no un novio cualquiera, un novio de nueve, casi diez años), ha visto morir a más de un amigo, ha trabajado en una obra de Francisco Nieva, va a estrenar el 30 de este mes una coproducción hispano francesa, La mujer del cosmonauta, y ha decidido tener un hijo. Está embarazada de cinco meses.

No son acontecimientos equiparables, claro, pero vistos así, uno detrás de otro dan idea de mucho ajetreo, barullo, malísimos ratos, anuncios de macarrones, anuncios de grifos, antiguo novio olvidado, nuevo novio secreto (mulato, parisino y guapo, a Rossy no se le conocen chicos feos) y principio de final feliz. "Pues sí, como para volverse un vegetal, pero aquí estoy".

Aquí está. Sus compañeros de trabajo dicen que es una chica buena, buenísima. No había más que oír a Pilar Bardem, por ejemplo, después de Pelo de tormenta, la obra de Nieva. Que si hay que ver cómo aprende, que menuda lucha interna para adaptarse al papel... Pero los que no somos sus compañeros tenemos, de primeras, un poco de miedo indefinido. El peluquero ha venido a peinarla, pero basta que Rossy bufe un poquito, si quieres te peino y si no quieres no te peino, tú verás, reina, como prefieras, lo importante es que tú te sientas bien. El fotógrafo, que lo que tú digas, Rossy. "Es que yo pensaba que la foto iba a ser así como casual". Pues eso, casual. O no. Lo que tú digas. Y en general, esta chica tiene mucho carácter ¿no? A mí me han contado que una vez... Y a mí... Pues el otro día a uno de la tele... Y en el festival de San Sebastián cuando le pedían un autógrafo... Yo que tú no le preguntaría por el niño, a ver si...


"Pensaba: ¿Cómo voy a condenar a un niño a tenerme de madre?"


¿Qué hay que hacer para llevarse bien con ella aunque sea un rato? "Pues no empeñarse demasiado, porque no lo aguanto y menos ahora que no me aguanto ni a mí misma. Estoy harta de verme, estoy asilvestrada y estoy intransigente. Insatisfacción permanente". Así de harta, asilvestrada, intransigente, descreída y embarazada, también está contenta. Le gusta el peinado, le gusta el peluquero, le gusta la foto y le gusta mucho enseñar su embarazo. De frente, de perfil, de un lado, de otro, fuera el abrigo. "Si no lo he hecho antes ha sido porque pensaba `¿cómo voy a condenar a un niño a tenerme de madre para siempre?'. Hasta que te das cuenta de que ser buena persona es una tarea de toda la vida y te aceptas. Siempre tenía la sensación de estar perdiéndome algo en la otra parte del mundo. Ahora sé que estoy donde tengo que estar. Tener un hijo no es fácil. La cabeza siempre te dice, no, ahora no, que no es el momento, un poco más adelante. Pero si tienes que esperar a que todo esté a favor, vas lista. Hay que escuchar al cuerpo. Al fin y al cabo no es nada extraordinario".

El cuerpo le pedía a Rossy de Palma dos cosas. "Incompatibles. Yo siempre lloro, no por lo que hago, sino por lo que estoy dejando de hacer. Las opciones eran o irme por el mundo de aventuras yo sola o tener el niño. Ahora tendré que esperar, no es momento de coger una mochila, bastante mochila tengo ya. Tranquiliza tener un vínculo que está por encima de todas las cosas. Pura naturaleza. Hay alguien que ocupa el primer lugar en mi lista de prioridades y no soy yo. Un cambio agradable y una agradable sensación de utilidad. También tengo miedo. De que haya algún problema, de que algo no vaya bien. No sé, algo que se está gestando está y no está, a la vez. Cambia tu cuerpo y cambia tu cabeza".

Su cabeza ha cambiado, por culpa de las hormonas, gracias al embarazo o porque sí en que: "Creo que he aprendido a tratar con el mundo. Y eso me ha costado exactamente los años que tengo, 33. Intentar armonizar la relación con los demás es una pérdida absoluta de tiempo. Como la mierda de una casa, que nunca se termina de limpiar. Mi lucha ahora es como tiene que ser, conmigo misma. Al mundo, que le den dos duros. Al fin y al cabo, utilizas a los demás para demostrarte algo a ti misma. Y si te ahorras la travesía de los demás y vas directamente al ajo, mejor. Te enfrentas a lo que eres, aceptas que no has podido llegar a las metas que te habías impuesto, que eres una ignorante en cosas en las que te gustaría ser sabia. Si tienes lo de dentro bien desarrollado se está muy bien sola, tan bien que corres el peligro de quedarte ahí colgada y la soledad es un vicio. Hay muchas cosas que leer y mucho que aprender. Yo no lo hice en su momento, pero ahora, sí, a mi manera".


"Sólo soy la puerta por la que mi hijo llegará al mundo"


No lo hizo porque dejó el instituto a medias. Aburrimiento. "Sí, por eso intento ahora solucionar lagunas. Me aburría de las cosas que me contaban, de cómo me las contaban, tantas horas ahí sentada, y que luego encima te pusieran una nota, me fui por ahí a hacer otras cosas". Muchas cosas, ya se sabe. Música, con Peor Imposible. Trabajos varios. Cine. Desfiles con Alvarado, con Sybilla, con Jean Paul Gaultier, fotos para el Vanity Fair, campaña de publicidad para Gap... ¿Tiene un representante hiperactivo? "No hija. Yo no tengo representante. Las cosas van saliendo. Alguien te recuerda, te ha visto, le han hablado, a ti te dicen que... Este mundo es muy pequeño y, de repente, estás en el sitio oportuno. Y al final, en vez de estrella te sientes estrellada. No entiendo lo que es el éxito. Yo hago algo por el placer de hacerlo, y después, ya está. Admiro a la gente que defiende su trabajo, que lo promociona, que se esfuerza porque lo vean, pero no va conmigo. Se parece a enseñar las fotos de un viaje. Bueno, sí. Pero lo divertido es el viaje".

¿Propósitos educativos? ¿Propósitos profesionales? ¿Buenos propósitos en general? "No, no me gusta adelantarme a lo que estoy viviendo. Ni un momento. Con el niño no hago planes. Voy a intentar mantener la boca cerrada el mayor tiempo posible. Las madres se creen, inconscientemente, con derechos y con poder. Eso es peligroso. Desde muy pequeño cada uno tiene su forma de ser y hay que respetarla. Intentaré no contagiarle mis miedos, mis propios límites, no veas cómo me cunde porque en eso soy una experta, en construirme muros a mi alrededor y luego me cuesta un mundo echarlos abajo. Sólo soy la puerta por la que él va a llegar al mundo".


Ponerse a parir

Victoria Abril



Rossy de Palma / Victoria Abril / Gentes / Gandhi / El peregrinaje a la tumba de Lady Di / Cartas a un príncipe de treinta años / Una gorda de 43 kilos / El club del vino / Doce ideas para hacerle rey / Entrevista: José Saramago / Iberos / Las buenas formas / Sociedad: Revuelta contra la ablación / Comer y beber: Mediterránea de verdad / Recetas: La cuesta de enero / La buena vida: las médulas / En pocas palabras: Pablo Carbonell / Horóscopo / La mirada de Francisco Umbral / Tablón/ Almanaque /


TOP LA REVISTA  VOLVER