Casanova

Casanova

El cine ha tomado a Casanova como fuente de inspiración en numerosas ocasiones. Interpretado por Ivan Mosjoukine en 1927


Si la máscara y el disfraz, sencillo o sofisticado, costoso o económico, añaden cada año aún más belleza, romanticismo y encanto a Venecia, este año hay razones para que el carnaval sea todavía más especial. Desde el cartel que lo preside, hasta los recorridos, espectáculos musicales y bailes de disfraces, todo está inspirado en Casanova, como celebración del 200 aniversario de su muerte.

A pesar de que Giovanni Giacomo Girolamo Casanova nació de una relación extraconyugal de su madre, la actriz Giovanna Farussi y el noble Michele Grimani, fue reconocido como propio por el esposo de ella, el también actor Gaetano Casanova. Casanova, que tras una intensa y agitada vida murió en Bohemia a los 73 años de edad, fue un intelectual ecléctico que incursionó tanto en la poesía, en la comedia, en la música, como en la medicina, filosofía y prácticas esotéricas. Y a pesar de ello, la imagen de Casanova que perdura, aquella que sirvió de base para novelas, películas y se convirtió en adjetivo, es la de espía, aventurero y libertino, sobre todo... libertino.

Desde el propio alcalde, Massimo Cacciari, hasta el último ciudadano no prejuicioso ni puritano, nadie en Venecia parece tener reparo en reivindicar como hijo de la ciudad a ese libertino universal. Y, en periodo de carnaval, su figura adquiere una particular importancia.


Anónimos. Originalmente, el carnaval de Venecia era la oportunidad que todos esperaban para poder realizar, gracias al anonimato proporcionado por la máscara y el disfraz, todo aquello que los condicionamientos sociales impedían a cara descubierta. Las diferencias sociales desaparecían, los amores prohibidos se realizaban, todo, todo era posible durante dos semanas al año. El Consejo de los Diez cuidaba que no se sobrepasaran ciertos límites, especialmente que las mujeres no mostrasen sus desnudeces "exageradamente". Luego, cada uno volvía a asumir su papel, al mundo de las apariencias, al reino de una moral con grandes dosis de hipocresía. De acuerdo a esos códigos, Giacomo Casanova era visto como alguien en estado permanente de carnaval. Para conquistar a una mujer que deseaba, fundamentalmente miembros de la nobleza, era capaz de urdir los más rocambolescos planes. Más de una vez conoció en su propia carne la ira de un esposo ofendido.


Utilizaba a sus numerosas amantes como informadoras y estaba al tanto de importantes asuntos diplomáticos secretos


Hoy el carnaval no tiene el mismo sentido. Ha unido costumbres festivas precristianas, del medioevo, el teatro de la calle y hasta el circo. Especialmente a partir de 1981, recupera el ambiente y las vestimentas del siglo XVIII. Varios talleres importantes -Mondonovo y Tragicómica en máscaras, Atelier Nicolao y Atelier del Costume en disfraces- fabrican durante todo el año los creativos y lujosos disfraces y máscaras -en los que a menudo abunda la seda y el oro- que habrán de alquilarse o venderse en carnaval.

Este sábado a las 16 horas, con la procesión de máscaras y artistas de calle, comienza en la plaza de San Marcos esta fiesta que se prolonga hasta el día 24. Venecia se convierte nuevamente en destino de miles de turistas.

Comitivas de músicos, saltimbanquis, artistas de todo tipo y disfrazados en general salen de diversos puntos de la ciudad; varios son los recorridos simultáneos que tienen lugar en la ciudad. Quien quiera aprovechar plenamente los días de carnaval, tiene que optar por seguir durante el día un recorrido determinado -ya que se realizan simultáneamente- optando por el tema que más le motive.

Si lo que más quiere ver y sentir es música, este año le convendrá apuntarse a las actividades que tienen su epicentro en Campo Santa Margherita. Éste es uno de los lugares clave de las actividades de estos días, donde se espera la presencia de numerosos artistas italianos, entre los cuales no faltará el reciente premio Nobel de Literatura, Dario Fo.

Allí y en zonas adyacentes, en San Barnaba, San Pantalon..., habrá durante todo el día, todos los días, música para todos los gustos, rock, new age, reggae y todo lo que a uno se le ocurra. Todo esto acompañado, por supuesto, por una multitud de personajes variopintos, donde puede encontrarse desde un tragasables, un malabarista, un payaso, hasta un forzudo sobre cuyos hombros y cabeza se montan varias personas.

En este recorrido, como en los otros, se pueden encontrar huellas de Casanova, como el Palazzo Soranzo, en el número 2169-2171 de San Polo, donde cuando tenía 21 años tocó el violín durante los tres días de fiesta que duró el matrimonio de una de las parejas nobles venecianas. El rastro del célebre aventurero se encontrará también en el recorrido que parte de los alrededores de la estación ferroviaria de Santa Lucia. Según recuerda en sus Memorias Giacomo Casanova, cerca de allí, al lado del puente de los Tres Arcos y junto a su hermano Francesco y otros amigos, detuvo en una ocasión a un individuo, haciéndose pasar por guardia. La víctima de la jugarreta fue trasladada por el grupo capitaneado por Casanova hasta la isla de San Giorgio -a poca distancia de la plaza de San Marcos- con el fin de dificultar su vuelta y tener así tiempo suficiente el gran seductor para pasar la noche con la esposa del ausente.


Asaltaconventos. En ese mismo paseo se encuentra la zona de los Santos Apóstoles, donde Casanova se citaba con una de sus amantes más veneradas, la jovencísima Caterina Capretta. Para evitar que se siguiera viendo con el joven aventurero, el padre de la muchacha la recluyó en un convento en la isla de Murano, pero el libertino la visitaba allí de noche furtivamente y de manera regular. El insaciable aventurero terminaría haciendo caer bajo sus encantos a una monja, a la que en sus Memorias sólo citará bajo las siglas M.M. y con la cual se comunicaba dejándole cartas en un rincón del altar de la iglesia de San Canciano, lugar de visita obliga de los admiradores de Casanova.

Según reivindica con orgullo Casanova en su libro autobiográfico, montó un triángulo con esas dos mujeres, como haría muchas veces a lo largo de su vida. Gracias a que M.M. se convirtió también en amante del embajador de Francia, el abate De Bernis, Casanova estaba al tanto de muchas cuestiones diplomáticas secretas. Utilizar a sus amantes como informadoras de las actividades de sus esposos o amantes oficiales, le proporcionaba a Casanova elementos fundamentales para organizar las tramas más insólitas.


Este año el juego del carnaval es seguir las huellas marcadas por Casanova en toda Venecia


En otro de los recorridos famosos del carnaval, el que parte del corazón mismo de Venecia, de la mítica plaza de San Marcos, nos encontramos con otro lugar donde dejó su marca Casanova. El aventurero veneciano estuvo detenido allí mismo, en las celdas del Palacio Ducal, situado frente al Canal Grande, que fue escenario de la vida política de Venecia y que constituye hoy día el edificio civil más grande de la ciudad.

De allí, de ese gigantesco palacio del siglo XIV que hoy alberga un riquísimo patrimonio artístico, huyó Casanova en una operación rocambolesca, que en su momento y por años se comentó en todos los salones de Europa.

Casanova nació en la zona de San Samuel y la última vivienda que alquiló, poco antes de partir al exilio, fue en el número 1783 de Barbaria delle Tole, que aún permanece en pie.


Tras sus pasos. Varias agencias de viaje organizan paquetes especiales de avión, hotel, entrada a alguno de los conciertos, regatas con disfraz en góndola, cena viendo los maravillosos fuegos artificales, bailes o visitas guiadas siguiendo los pasos de Casanova.

Durante este carnaval, el viernes 20, tendrá lugar el Gran Baile de las máscaras y se elegirá en él a Monsieur Casanova 1998. Igualmente en el palacio Ca'Zanardi y recordando la película de Fellini sobre el aventurero, se celebrarán las "tardes de la chocolatada" y bailes con cena como el Baile de Casanova y sus bellas mujeres y otros realizados siempre en su honor. En el Palazzo Albrizzi tienen lugar también dos bailes -30.000 pesetas la entrada y disfraz obligatorio- dedicados, por supuesto, a Casanova. Otros bailes y cenas especiales tienen lugar también en palacios privados, construidos precisamente en el mismo siglo XVIII y a los que acudía el personaje legendario, fuese por la puerta principal o por la ventana de la alcoba de alguna de sus amantes.


Las comparaciones no siempre son odiosas



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