Ecología / Muerte entre las flores


Ecología / Muerte entre las flores

El ataque del "taladro del geranio" sobre una planta supone su inevitable muerte. En la foto se ven los daños en una inflorescencia.

Estamos en las fechas. Los expertos aseguran que a partir de estos días en los que aumentan las temperaturas, se producirá una eclosión de Cazyreus marshalli en gran parte de nuestro territorio, una mariposa desconocida hasta hace poco en España y que es una grave amenaza para los geranios. Tan extraña resulta, que hasta carece de nombre común, si bien el de taladro del geranio parece el más adecuado.

Este licénido pone los huevos en los geranios, ya que las orugas se alimentan de esta planta. Muestran predilección por el género Pelargonium, donde se incluyen dos de las plantas españolas más populares: el geranio y la gitanilla -geranio colgante-, especies ornamentales que generan en España un negocio anual de 3.000 millones de pesetas. Originaria del cono sur de África, fue detectada en 1989 por primera vez en Baleares por dos entomólogos alemanes, aunque se cree que podría haber llegado cinco años antes. Dado que la especie no realiza grandes desplazamientos migratorios, y carece de un vuelo tan elevado como para ser transportada por los vientos, se cree que llegó a nuestro país a bordo de geranios importados. En 1993 su presencia se confirma en Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, La Rioja, Zaragoza y Teruel. Al año siguiente aparece en Madrid y Extremadura. En 1995 se la detecta en Guadalajara y Navarra y en 1997 en Huesca, Granada, Huelva y Guipúzcoa.

Según señala José María Cobos, coordinador de la lucha contra plagas del Ministerio de Agricultura, "esta última cita es interesante, ya que se pensaba que la especie podía tener una barrera en la cornisa cantábrica". No parece haber sido así, aunque los técnicos consideran que el lugar donde fue localizada tiene una climatología suave. Es muy probable que en zonas de clima continental la presencia de la plaga se limite a las grandes ciudades debido a sus condiciones menos rigurosas.

El problema que supone el taladro del geranio no es diferente al de cualquier otro episodio de la siempre tan peligrosa fauna importada. Traída por el hombre, la especie carece de enemigos, por lo que en un primer momento prospera de manera espectacular. Diciéndolo de manera sencilla, es como si cogiera desprevenido al ecosistema donde se asienta.

Los expertos están seguros de que sólo es cuestión de tiempo que los parasitoides de los licénidos españoles se adapten a este nuevo huésped, al tiempo que señalan que las últimas investigaciones confirman la efectividad de ciertos insecticidas.

Ajeno a esta lucha, el taladro del geranio sigue su irremediable conquista de Europa. Localizada en Italia, Portugal, sur de Francia, Holanda y Bélgica, la última cita es del pasado enero: tras saltar el canal de La Mancha, ha sido vista en Inglaterra.


Reportaje fotográfico



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