David Duchovny


 David Duchovny


CONFIESO QUE cuando entró en la habitación las manos me temblaron. Luego él haría de la entrevista un juego.

No fue un temblor de fan rendida ante la estrella, era más bien todo lo opuesto: sólo los fans tiemblan bajo su estrella. No, era algo distinto. Verán, una está ahí sentada, trasegada por los agentes de la compañía cinematográfica, de cuarto en cuarto, antesalas contiguas en un laberinto de suites en el hotelazo frente a Hyde Park, esperando turno con el famosísimo, que a estas alturas de la tarde, plomiza la tarde en Londres, está derrengado, al punto de regatear los minutos de entrevista; y una, pesadísima, pujando por idénticos minutos, intuyendo el prototipo americano, impersonal, un témpano, oyéndole ya la frase hecha, igual da qué le preguntes: una estrella encima de falsa belleza, estatura media de nariz grande y ojos como guisantes. Y en éstas, aparece un tipo que te mira de frente y te dice: `hola yo soy David ¿y tú?', un tipo tocable, un fenómeno extraño, y encima, madre mía, encima es guapo; y real, vestido en tonos ocres y marrones, camisa y corbata en un juego de coquetería supina. Total, que la lengua se te desata. Curioso efecto.

Emite Duchovny (pronúnciese dukovni, como un apócope de duque y ovni) un atractivo incestuoso. Sí, incestuoso, porque quién va a pretender interesar a semejante estrella; en cambio él, a cada dos preguntas te devuelve una, y te mete en su piel, y te obliga a responder a medias como haría un profesor o un hermano mayor.

La razón puede ser ésa del profesor: hace apenas diez años que Duchovny (Nueva York, 1960) cambió las aulas por la pantalla (licenciado en Literatura por la Universidad de Princeton, fue ayudante de cátedra en Yale); o su fascinación por la magia: ¿me estará hipnotizando?, o simplemente la apariencia normal aprendida en cinco años de agente Mudler: el chico bueno del FBI que sabe de más. O tal vez sea la humanidad de un actor que antes quiso ser poeta. Este curso publicará su primer libro de poemas.

Pregunta.-¿Usted se considera una persona normal?

Respuesta.-Aaah... no. No, nunca he pensado de forma completamente normal, siempre me he sentido un poco extraño ¿y tú?

"No me importa que en Internet se diga que fui estrella porno: es un halago. Nunca he hecho cine porno pero me gustaría hacerlo"
P.-Aaah... le preguntaba porque tal vez sea esa apariencia tan normal la clave del éxito de su serie paranormal.

R.-Ya, es cierto; estoy tratando asuntos ridículos, cosas que sólo son creíbles para los niños, entonces o hago que este tipo parezca muy real o nadie va a darme crédito. No vale la imagen del científico excéntrico, tengo que conseguir parecer un tipo muy normal porque en realidad el tipo está loco. Lo mismo me sucede a mí: ¿a que parezco muy normal?

P.-Anda diciendo por ahí que Expediente X es una serie estúpida, ¿quiere decir que la gente va a tragarse una película también estúpida?

R.-Bueno, no es mi tipo de película preferida, trata los mismos asuntos que la serie, alienígenas y así, por eso digo que son cosas estúpidas. Pero creo que es una buena película de evasión: cuenta una historia, tiene personajes reales, no es simplemente un alarde de tecnología y dinero, no, y es tan extraño que una producción de 60 millones de dólares cuente una historia... Estoy orgulloso.

P.-Volviendo a su pretendida normalidad, hay algo en su carrera bastante sospechoso: un profesor de Literatura se convierte de la noche al día en estrella de TV. Es raro, ¿no?

R.-La vida es rara ¿no? (tiene Duchovny una risa dulce, que suena franca). Yo no me levanté un día y dije que quería ser profesor de Literatura. Lo que yo hacía y quería hacer era escribir, y entonces estaba en una cátedra de la universidad ayudando a dar clases, cuando me interesó la escritura de guiones y así empecé a actuar. Ésa es un poco mi forma de ir por la vida, yo no decido un día: me he cansado de enseñar, ahora voy a ser actor.

P.-Además de sucederle otras muchas cosas, en diez años se ha convertido en la persona más cuestionada en las redes de Internet: lleva usted páginas como Besos a D.D., Sociedad de amantes de D.D., Club de testosterona D.D.... ¿Le asusta?

R.-No, nunca uso Internet.

P.-Pues debe de ser para volverse loco.

R.-No me vuelvo loco porque no le presto atención, es agradable que la gente se interese por mí pero, ¿sabes una cosa?: hoy me aman y mañana, no. Y yo, como no los conozco, no puedo poner mi emoción en ello. Me preocupa lo que piense la gente a la que conozco y quiero, pero sería demasiado agotador intentar relacionarse con millones de personas. Me parece suficientemente difícil tener tres amigos.

P.-Se cuentan muchas cosas de usted en Internet, por ejemplo: ¿le molesta que digan que empezó siendo una estrella porno?

R.-¿Una estrella porno?, ¿lo enseñan o simplemente lo dicen?

P.-Hay fotos.

R.-¿Enseñan a un tipo con mi cara en una película porno?

P.-No, enseñan desnudos.

R.-Ah, o.k. ¿Y qué tal estoy?, ¿estoy bien?

P.-Oh, sí.

R.-Me parece un halago, que me hayan visto desnudo y consideren que yo pueda hacer una peli porno. Les doy las gracias. Sabes, me molestaría si fuera verdad y quisiera guardar un secreto. Yo tengo secretos, a todo el mundo le gusta guardar secretos, ¿tú no tienes secretos? Sólo las verdades duelen.

P.-O sea que le importa un bledo.

R.-No, no me importa: nunca he hecho porno, pero me gustaría hacerlo.

P.-Vaya, es una buena noticia. Tampoco le importa que le llamen símbolo sexual, ¿verdad?

R.-Es mejor que si te llaman maricón. No me parece maravilloso, pero tampoco me disgusta. Hombre, me disgustaría que lo dijera mi madre, por ejemplo, me sonaría extraño: pero eso no va a ocurrir.

P.-Según su tesis doctoral (Magia y tecnología en la narrativa y la poesía estadounidenses contemporáneas) su interés por lo mágico empezó en la universidad, ¿o a caso viene de más antiguo?

R.-No lo sé, creo que siempre me gustaron los magos pero no sé ningún truco ni parecido. Creo que a todo el mundo le gustaría creer en la magia, por eso la serie es tan popular: a la gente le gusta ver a alguien que cree que estas cosas enloquecidas son reales. ¿Si yo creo que son reales? No, pero a la gente le gusta imaginar que sí.

P.-¿Ha encontrado algún indicio anterior sobre esta tendencia a lo mágico?

R.-No, ningún indicio; y además no te lo contaría. P.-¿Y sobre su vocación de actor? Me refiero a su infancia.

R.-Tampoco, no sé de dónde viene: eso es magia, un día no era actor y al día siguiente lo fui.

P.-¿Fue un niño normal?, nunca habla de su infancia.

R.-Ya (ríe, y su risa suena cargada de ganas). Pasaba el tiempo haciendo deporte: jugaba a baloncesto, tenis, béisbol, nadaba... Eso es en realidad lo que hubiera querido ser para siempre: deportista.

P.-¿Qué se lo impidió?

R.-No era suficientemente bueno.

P.-Vaya. ¿De dónde viene su apellido?

R.-De Rusia, pero tú di que de España, ¿cómo se pronuncia mi nombre en español?

P.-Duchofni.

R.-No me gusta nada, qué tal Duzovni.

P.-Dígalo en ruso.

R.-Dujofnia; de cualquier forma es mejor que Duchofni, Duchofni suena a chaf, chaf, a chumper, que significa perdedor.

P.-Duchovny no es Mulder y está harto de este tipo de preguntas pero, ¿usted cree en algo superior?

R.-Sí, creo en el espíritu, creo que somos algo más que este cuerpo que se puede tocar y medir con instrumentos científicos: creo que hay alma.

P.-¿La falta de sentido religioso tiene que ver con la confusión general, la paranoia cultural que sufrimos, asesinatos masivos, conductas extrañas...?

R.-Puede ser. El mundo ha sido siempre un lugar confuso y difícil pero Dios solía hacerlo más comprensible. Cuando los pueblos creen en Dios tienden a asentarse. Un mundo sin Dios puede ser mucho más temible. Bueno, Dios también puede ser temible, pero siempre será mucho más confuso vivir sin razón alguna para estar aquí.

P.-¿La televisión se ha convertido en lo que antes era la religión, el opio que asentaba a los pueblos?

R.-No lo sé. Desde luego es un opio, que seda a la gente. Pero no me parece comparable a la religión, que es algo mucho más profundo.

"Dios solía hacer el mundo más comprensible, es confuso vivir sin razón alguna para estar aquí"

P.-¿Usted tiene alguna confesión?

R.-¿Que quieres confesarme?

P.-No, no, no, que tengo entendido que es usted protestante (vaya apuro).

R.-Mi madre es luterana y mi padre judío. Yo no soy ni protestante ni católico, estoy por encima de todo eso. Pero insisto, ¿quieres que me confiese? Métete detrás de esa cortina.

P.-No, no (lástima de tiempo), no se moleste.

R.-¿Tú eres católica?

P.-Yo hablaba de su sentido religioso.

R.-Sí, tengo sentido religioso, pero no identifico a ningún dios ni conciencia reconocible.

P.-¿Sabe una cosa?, creo que Expediente X produce un efecto extraño en la mente de los espectadores. Hay gente que no ve televisión y en cambio no se pierde un capítulo de los suyos.

R.-Sí, lo sé, es extraño, ¿verdad? Creo que es porque es la única serie que trata creencias que existen en cualquier pueblo y cultura. Bueno, es una serie americana, sobre el FBI, que no es nada global, sino algo muy muy americano: los intocables. Pero lo que Mulder y Scully investigan es magia, brujería, demonios, duendes, alienígenas... Todas las culturas del mundo tienen historias fascinantes sobre estos asuntos. Es algo muy universal, y por eso hay mucha gente que no ve televisión y que sin embargo se siente próxima a la serie.

P.-¿Es todo ficción o usted cree que de verdad los gobiernos ocultan asuntos relevantes sobre nuestro pasado y futuro, sobre el poder de los virus, las mutaciones genéticas?

R.-Los gobiernos ocultan muchísimas cosas, estoy seguro, porque así es como trabajan, es su poder. Pero no creo que nos oculten alienígenas.

P.-Bueno, ahora van a revivir a los mamuts.

R.-¿Mamut?

P.-Mamut.

R.-Oh, méimut (y se burla de mi pronunciación): mamut, mamut, ja. ¿Quién va a hacer eso?

P.-Lo leí ayer en un periódico.

R.-Es fascinante, es como recuperar el tiempo Jurásico.

P.-¿Usted confía en la democracia, vota habitualmente?

R.-La democracia me parece la mejor idea, pero en la mayor democracia del mundo, que es Estados Unidos, sólo vota el 40%, y el resto renuncia a esta fabulosa oportunidad de tomar parte en el gobierno de su país. Debe ser algo de la naturaleza humana, es extraño.

P.-Será que el 60 por ciento no cree en el sistema.

R.-No, yo creo que quienes no votan sí creen en la democracia. Somos un país muy democrático, pero que no vota: es muy extraño. Merece la pena votar.

P.-Duchovny, he leído por ahí su curiosa teoría sobre la felicidad: cuanto menos quieras más feliz puedes ser, ¿eso qué es, un credo de la new age?

R.-No, no sé si es new age, pero tiene mucho sentido: porque querer es doloroso. Si yo quiero esa manzana y no puedo tenerla, sufro; pero si no la quiero, siempre voy a encontrarme bien. Nos pasamos la vida queriendo y queriendo.

P.-Se supone que Expediente X es una serie new age, ¿qué es la new age, una pseudofilosofía o una carencia de filosofía?

R.-Es una forma vaga de pensamiento que roba pequeños apéndices de muchas y diferentes filosofías. No es una carencia de pensamiento, es una falta de coherencia o de unidad filosófica: es una forma de pensar hecha a base de parches.

P.-Duchovny, traté de leer sus poemas en Internet pero la página no estaba disponible.

R.-¿Están mis poemas en Internet?

P.-Eso parece.

R.-¿Y dónde los han encontrado, si nunca los he publicado?

P.-Puede que alguien los copiara en aquellas lecturas que hizo en Los Ángeles hace años.

R.-Eso fue hace diez años, nadie se interesaba por mí. No, seguro que son poemas que ellos escriben sobre mí.

P.-¿Por qué no publica lo que escribe?

R.-Lo haré, estoy trabajando en un libro, estoy recopilando poemas escritos, puede que lo tenga listo para este año.

P.-Si lo intentara con la novela sería un grandísimo best-seller.

R.-No, ya lo he intentado, pero no soy suficientemente bueno. Escribí una novela que está muy bien en el fondo de un cajón.

P.-Oiga Duchovny, este agente Mulder ¿no será un existencialista, verdad: de dónde vengo, adónde voy...?

R.-No, no, el existencialista sólo cree en lo humano. Mulder es más bien un panteísta que... (Por la puerta apareció el agente y él, como vino se fue).


Entrevista

Las comparaciones no siempre son odiosas, por Carlos Boyero

Verdades ocultas



Entrevista: David Duchovny / Hollywood en la piscina / Liberados por el cante / Entrevista: Alexandra Cousteau / El muerto, un mar con mucha vida / La familia unida... contra el colesterol / Gary Cooper / Almanaque / La mirada de Francisco Umbral / Gentes del verano / Cuaderno de vacaciones de Ana Rosa Quintana / El tablón / Mesa y Mantel / Restaurante / Vino / Recetas / Ruta / Hotel / Horóscopo / Adivinación / Conéctate / Si yo fuera presidente / 50 Inventos (IV) /

TOP LA REVISTA VOLVER