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El cantante andaluz recuerda el verano más loco de su vida, bien rodeado

"Es una foto muy representativa de mí. Es del verano de 1984 que lo recuerdo como el mejor de mi vida. Lo pasé en un chiringuito que tenía junto a unos amigos en la playa de El Puerto de Santa María. Se llamaba El Picaflor y fue un verano de locura. A ver, siete amigos con 23 años, en un bar, compartiendo una casa. Cuando cerrábamos a las dos de la mañana repartíamos el dinero del día y nos íbamos de cachondeo, a gastarlo.

Allí todos hacíamos de todo, de camareros, ayudábamos a descargar de los camiones las cajas de las cervezas y las coca-colas. Incluido los clientes. Era gente muy joven que empezaba tomándose una cerveza a mediodía y acababa a las tres de la mañana con el bañador aún puesto. También animábamos y claro yo cantaba. Rodeado de chicas, porque las mujeres son más propias para eso. Todos los amigos cantábamos o alguno hacía gracias, juegos de manos.

Además, el chiringuito me sirvió de trampolín. Allí iba mucha gente de Madrid y de Bilbao que luego me llamó para ofrecerme cosas. En octubre de ese año tuve mi primer contrato en una discoteca de Madrid y me abrí camino. Al año siguiente grabé mi primer disco.

¿La mayor locura? Pues cuando terminó el verano organizamos una fiesta en la que agotamos las existencias y quemamos el chiringuito, de paja y de madera.Como despedida hicimos con él la cremá.




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