HACE POCOS MESES, la actriz galesa Catherine Zeta-Jones era una de las presas favoritas de los tabloides sensacionalistas: su agitada vida nocturna y sentimental en el efervescente Londres de esta década provocó que sus romances -inventados y reales- se convirtieran, casi, en una obsesión nacional.A ello se añadía una enorme popularidad acuñada en la serie televisiva The Darling Buds of May, en la que se convirtió en lo más parecido a una versión morena y británica de Heather Locklear. Nadie parecía tomar en serio sus dos verdaderas vocaciones: la danza y el cine. Por ello, huyó a Los Ángeles. "Creo que soy la única actriz que llegó a esta ciudad buscando el anonimato. Lo mejor es que lo he logrado con tremendo éxito". Zeta-Jones ríe al comentarlo en el hotel Four Seasons, de Beverly Hills, durante una entrevista con motivo del estreno de La máscara del Zorro (en España, será el próximo 27 de noviembre), un filme de capa y espada que la convierte en la hija de otro galés, el genial sir Anthony Hopkins, e interés amoroso del galán latino por excelencia, Antonio Banderas.
Pero el anonimato pertenece al pasado. A los 28 años, y gracias a su belleza y a la química sexual lograda en la pantalla con Banderas, además de la enorme popularidad de la película, ha provocado que en Hollywood la aclamen como "la nueva Vivien Leigh". "Es un honor para mí", ironiza, "pero espero no perder la cabeza". Mientras tanto, ya ha desplegado elegancia, humor, sensualidad y talento dramático en Entrapment, un thriller con ladrones de guante blanco que acaba de rodar en Londres junto a Sean Connery.
LA BELLA ELENA. En "La máscara del Zorro", Catherine Zeta-Jones monta a caballo, se bate en duelos de espada en ropa interior, reta a petimetres y aspirantes a su blanca mano, mantiene conversaciones políticas de alto voltaje, luce modelos cañí en la morena piel hispana de la dama Elena de la Vega y enamora a Antonio Banderas, enmascarado primer héroe de acción hispano del Hollywood más joven. "`La máscara del Zorro' es una película como las de antes, entretenimiento de sesión de sábado con algunas convenciones y estereotipos, pero no en lo que se refiere a mi personaje: Elena no es una dama en apuros. Es ella es la que pone en aprietos a los demás", dice la actriz, que fue personalmente elegida por el productor de la cinta, Steven Spielberg, tras verla como la infeliz casada de un producción televisiva de 1996 del naufragio del "Titanic". El tórrido fandango que se marca con Banderas fue parte importante de la excitación del proyecto: "Frente a los dos Antonios (Banderas y Hopkins) sentí, por primera vez, que quería ser una buena actriz. Ya no se trataba de estar simplemente guapa, sino que tuve que utilizar todas las emociones que hay dentro de mí".
Por Beatrice Sartori. fotografía de Firooz Zahedi
