El peligro Ynestrillas

El peligro Ynestrillas

RICARDO SÁENZ DE YNESTRILLAS, único líder reconocible de la exigua y dispersa ultraderecha española, alma inspiradora de AUN (Alianza por la Unidad Nacional), se ha lanzado a la recuperación de España grande y libre, sí, pero, sobre todo Una. Más que a la recuperación, a la Reconquista, así con mayúsculas, que es su término favorito, verdadero resumen de su programa. El que mejor describe, de lejos, su preocupación por la pérdida de las provincias Vascongadas, porque para Ynestrillas, lo de País Vasco resulta una desastrosa y degenerativa entelequia.

La última incursión recuperadora de AUN, el 24 de octubre, coincidió, y no por casualidad, con la jornada de reflexión de las elecciones vascas. Empieza en Madrid, en la puerta de su sede. Con los permisos de manifestación denegados (se quejaba Ynestrillas, de que en un plazo de tiempo inferior al legal), cuatro furgonetas de alquiler y 40 militantes. A las ocho, reagrupación. A las doce, llegada a Treviño (Burgos). A las seis, a Estella (Navarra). Es decir, provincias vascongadas desde su punto de vista, pero no País Vasco preelectoral.

¿Provocación en plena tregua de ETA? No, dice Ynestrillas. La provocación es de los otros. "¿Cómo puede considerarse una provocación enarbolar una bandera española en territorio español? Pretender ser siempre moderado en tus argumentos es antinatural. Cuando el pueblo afgano está sometido a Rusia, debe reaccionar violentamente. Como Espartaco y los esclavos". ¿Y la nuestra es una situación comparable? "Pues sí. Porque se pretende que España no existe. Negociar con ETA significa dar un premio a quienes disparan, para que dejen de disparar". ¿Y la alternativa? "Una acción contundente del Estado". ¿Incluida la pena de muerte? Incluida, por supuesto.

Con los mismos argumentos y 20 militantes, la caravana de Ynestrillas había pasado ya por Rentería el 31 de mayo. "Estáis enfermos y, a pesar de todo, os queremos...". Respuesta al diagnóstico: 3.000 simpatizantes de HB al otro lado del cordón que formaba la Ertzaintza. Entonces, habían pasado un control policial. De Madrid a Estella, les esperaban tres. El primero, justo a la salida de Burgos. Documentación, y, ya saben ustedes que no pueden manifestarse. Y un guardia civil que se lamenta: "Desgraciadamente, tenemos que pararos, pero os viene bien, porque os da más publicidad...". "No se preocupe" -comprende Ynestrillas- "lo importante es hacer lo que se debe". "Eso es" -se despide el guardia civil-, "y como otros no se atreven...".

PIEDRAS

Recompuesta la caravana, ordenadas las banderas, colocada la megafonía y después de dudar en algún desvío, Ynestrillas llega a la entrada de Treviño. Y ahí se queda porque ahí les espera precisamente el segundo control. Otra vez documentación y registro, y Marisa Alonso, miembro fundador del partido, que se queja de que las chicas no reciben la consideración que merecen. Registro lento, aunque los registradores sean más que los registrados, y las cuatro furgonetas de AUN que entran por fin en Treviño, un simpatizante, por lo menos reconocido, que se atreve a acercarse, 200 habitantes en total. "Y en total también", se queja su alcalde, Javier Villareal, "más policías que vecinos. Una exageración, y una vergüenza, porque la manifestación había sido prohibida". Había sido prohibida y, en sentido estricto, no existió. Mas de 20 personas reunidas deben pedir permiso a la delegación del Gobierno, pero menos, no, así que se permite el paso de 19, Guardia Civil a un lado, Guardia Civil a otro y el suelo plagado de papeles: "Ynestrillas, provocador, cocainómano...".

Diecinueve que alternan el grito general: "Por la reconquista de España, para recuperar nuestra nación", con el tradicional "Arriba España", el puntual "queremos decir a todos los enemigos de España, a todos los vascos y navarros de España, que aquí tienen a un verdadero enemigo" y hasta el innovador "Que viva España", estribillo del pasodoble. ¿Resultado? Lluvia de piedras sin mayores consecuencias, porque los militantes de AUN se han traído casco. "Como siempre escogemos zonas conflictivas... Y luego, que a los padres les da miedo, lógico".

"Y no se olvide de aclarar" -insiste Marisa Alonso, fundadora del partido- "que el agarrón no lo provocamos nosotros, sino el que chilló que se alegraba del asesinato del padre de Ricardo. Yo no tuve más remedio que responder `¡Comandante Sáenz de Ynestrillas, presente!'". Ricardo Sáenz de Ynestrillas, casado con Ana María, con dos hijas, a punto ahora de cumplir 33 años, tenía 21 (y una acreditada y entusiasta militancia ultra desde los 13) cuando su padre fue tiroteado a la puerta de su casa por un comando de ETA, el 17 de junio de 1986. Cinco años antes, la participación en el intento golpista Operación Galaxia, le había costado seis meses de reclusión. Su hermano Martín y él escucharon los disparos y bajaron "pensando que era un atentado, sí, pero, sin imaginarnos quién era la víctima. Tuvo el orgullo de morir por lo que creía. ¿Si el atentado influyó en nuestra militancia política? No", dice Martín, ahora secretario de organización de AUN, "la habíamos iniciado mucho antes, en Fuerza Joven. Yo había llegado a dirigir la centuria de aspirantes. Con el tiempo, me he vuelto mucho más próximo a las tesis de José Antonio, al nacionalsindicalismo. ¿Errores? Sí, por exceso de entusiasmo. ¿Recuerda aquellas fotos con los cuadros?". En las fotos, del 83, posaba Ricardo con dos amigos después de desarmar a una patrulla de la policía nacional y con las armas en cuestión. Los cuadros eran retratos de Franco y José Antonio y el alarde terminó con un año de cárcel.

No fue el único. El asesinato de Josu Muguruza, parlamentario de HB, le costó otros 900 días de prisión preventiva. Una semana antes, en noviembre del 89, se había juzgado al Comando Madrid de ETA por el atentado contra su padre. Tres años que terminaron con la absolución. "¿Problemas con otros internos?" -sonríe Ricardo- "No, la gente aprecia la coherencia y sabe quién merece respeto". Ynestrillas tiene aún pendiente otro juicio. El que decidirá si fue él quien disparó dos veces el 30 de septiembre del año pasado contra Vicente F. S. en Majadahonda. Un pequeño traficante que, se presupone, le había negado un gramo de cocaína a cuenta. "Una historia macabra pergeñada por el Estado para quitarme de en medio".

Mientras, y desde el 93, continúa liderando AUN, 3.663 votos, en las últimas elecciones generales. No es el partido ultra más numeroso (Falange se llevó 12.041 de los 17.000 que obtuvo la ultraderecha en general) pero sí el más ruidoso, según cuenta el escritor Mariano Sánchez, autor de Los hijos del 20-N y Descenso a los fascismos y que ha contabilizado hasta 36 grupúsculos. "Ynestrillas ha dejado además de ser el hombre de Le Pen en España, que está ahora más interesado por Democracia Nacional y con la que ha formado una confederación para las elecciones europeas del 99".

En vísperas del 20-N, el partido de Ynestrillas se prepara para una celebración en solitario. en las últimas elecciones generales, la alianza por la unidad nacional obtuvo 3.663 votos. ellos afirman que tienen 3.000 afiliados

¿Ideología? "Democracia orgánica, el sistema de partidos nos enfrenta a unos contra otros". ¿Inmigración? "Sería absurdo que demos cuando no tenemos para nosotros". ¿Racismo? "Eso es falso, aclara una militante. Mi profesor de baile es negro y lo adoro". ¿Aborto? "¿Nos encadenamos en la puerta del Congreso?". ¿Afiliados? "Bueno, es difícil saberlo, calculamos unos 3.000". Los más dispuestos (o los que han conseguido permiso de sus padres), acompañantes en las salidas.

Como Miguel, que no quiere decir su nombre, tiene 20 años, estudia COU y se encarga en Madrid de la rama juvenil de AUN y, por lo tanto, de las admisiones "El nuevo afiliado tiene que darse cuenta de que no se puede pertenecer a un partido radical y luego quedarse en el sofá. ¿Violencia? Sólo como respuesta. Tampoco diré que la rechazo de plano porque sería demagógico. Los últimos incidentes nos han traído simpatizantes". El último, por ahora, fue el de Estella, segunda parte de la visita a Treviño, con la diferencia de que Estella no tiene 200 habitantes, sino 12.000, y una previsible mayor resistencia al activismo de ultraderecha. Así y todo, las cuatro furgonetas de la caravana de Ynestrillas se empeñan de nuevo en emprender camino y ya no son cuatro, sino siete porque hay que sumar otros tres coches de la Guardia Civil, sin uniforme, que les acompañan durante el camino, durante el descanso de la comida, que se quejan de que el descanso, en fin, no ha dado ni para tomar un café y que hasta orientan al que se despista en la carretera. A la entrada de Estella ya no son siete, sino 16, las cuatro de Ynestrillas, las tres acompañantes, otros nueve furgones para el último control y una tanqueta, primero disuasoria, después también añadida y con la que se hacen fotos de recuerdo los manifestantes.

Y así, con los furgones, la tanqueta, los coches de incógnito, que ya no son de incógnito porque tres horas de camino unen mucho y un capitán de la Guardia Civil, de incógnito también y dotado con el don de la ubicuidad, que está, pero no está, que aparece y desaparece pero que termina estando siempre, sin que se sepa nunca muy bien de dónde ni por dónde ha salido, la ya multicaravana de Ynestrillas es desviada gracias a una media de tres antidisturbios por militante y para decepción general.

De Ynestrillas, porque no ha entrado más que un poco y por mucho que se empeñe en gritar y en revolverse y al final terminar en el suelo. Y de los 60 anti Ynestrillas radicales que lo esperaban, porque al final, ni lo vieron. "Bueno, de todas formas, estamos contentos". Tan contentos que lo celebran, ya fuera de Estella, aunque resulta que para asegurarse de que la celebración termina camino de Madrid, tengan que celebrarlo también los furgones y la tanqueta y a los coches de incógnito y hasta el capitán experto en desapariciones. Ya decía un personaje conspirador de Chesterton que conviene perder el miedo a la confraternización: "Que nos oigan extraños carece de importancia. Darán por supuesto que estamos bromeando y nunca nos tomarán en serio".

DIVISIÓN ULTRA
La ultraderecha alemana se disgrega en 108 grupúsculos, según el último informe de la Oficina Federal de Defensa. A pesar de que obtuvieron el 13% de los votos en las elecciones regionales de Sajonia Anhalt, y de que uno de cada 10 alemanes se "imaginaba votándoles" en las encuestas previas, fracasaron en las generales. A Le Pen en Francia no le van mejor las cosas y en España, dividida en casi 40 grupos y grupúsculos, no consiguen ponerse de acuerdo ni a la hora de celebrar el 20-N. Ynestrillas, por un lado. La Confederación de Ex Combatientes y Falange Española Independiente, con Blas Piñar al frente, por otro. ¿Visitas a la tumba de Franco? Según la delegación de Patrimonio en El Escorial, unos 30.000 turistas de media al mes acuden a los Caídos, sin que en noviembre se note ningún aumento espectacular y sí en los meses de mayo y junio (55.000), pero no gracias a los nostálgicos, sino a las excursiones programadas de los colegios.



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