DREW. DESEO. DESAFÍO. DESTINO. Cuatro des configuran el eslogan de lanzamiento de Por siempre jamás, una renovada versión moderna, fresca, romántica y feminista del célebre cuento de La Cenicienta. La película, que se estrena en España el 18 de diciembre, sirve como vehículo estelar de la que es considerada como la superviviente de Hollywood por antonomasia: Drew Barrymore, una estrella joven con el talento dramático, la capacidad autodestructiva y la categoría de mito de sus ancestros, John, Lionel y Ethel.La película de Andrew Tennant ha sido concebida para atrapar la imaginación, corazón y dinero de las audiencias jóvenes que convirtieron a Romeo y Julieta de William Shakespeare y Titanic en hitos de la taquilla e iconos cinematográficos adolescentes.
Con ese objetivo, Por siempre jamás llega para poner al día ciertos aspectos desconocidos de la Cenicienta, aquella desgraciada chica huérfana sojuzgada por su cruel madrastra y sus feas hermanas que, gracias a un maravilloso zapato cristalino, una calabaza devenida en opulenta carroza y unas habilidosas ratitas costureras, consiguió al Príncipe Azul, comió perdices y vivió por siempre feliz.
En esta nueva versión también aparecen, claro está, el imprescindible apuesto heredero del trono y el calzado de cristal (cortesía exquisita de Salvatore Ferragamo), pero, además, muchas novedades. De hecho, La Gran Dama (Jeanne Moreau) convoca a los hermanos Grimm para advertirles de inexactitudes vertidas en su cuento. Ahora, la Cenicienta tiene nombre propio, Danielle, y el rostro de Drew Barrymore. Vive en la Francia aristocrática rural del siglo XVII, lee a Tomás Moro (preferentemente, Utopía), maneja la espada tan certeramente como la dialéctica, posee una conciencia social que la alía con los oprimidos y desheredados, se desenvuelve con soltura en cuadras, cocinas, bibliotecas y salones, e incluso consigue ser retratada por Leonardo da Vinci en actitud madonnesca.
Danielle encuentra al príncipe Henry, pero no busca el romance. De hecho, lo que hace es ayudarle a descubrir un par de verdades acerca de sí mismo. E incrementar su escasa autoestima. Algo que la propia Barrymore hizo hace tiempo por y para sí misma. Y es que, érase una vez una niña-actriz descubierta a los cuatro años, alcoholizada a los nueve, tatuada a los 11, drogadicta a los 14 y divorciada a los 19. Pero eso ocurrió hace mucho, mucho tiempo. Drew Barrymore está de regreso, alejada ahora de los papeles de basura blanca con arma de fuego que hizo marca de su casa (Poison Ivy, Guncrazy y Amor loco), redescubierta por Woody Allen como la princesita prometida al abogado cantarín Edward Norton y seducida por el presidiario Tim Roth (Todos dicen I Love You), relanzada por un cameo telefonístico en la aclamada Scream antes de ser sañudamente asesinada y acuñando un éxito personal en una película menor (El cantante de boda).
Y, como si fuera un cuento de hadas, la renovada Drew ha regresado tras curar sus heridas, superar adicciones y olvidar su turbulento y triste pasado, demostrando que el encanto, brillo, dulzura, aura y magnetismo siguen tan intactos como los que mostraba aquella niña traviesa de coletitas y hablar entrecortado a la que E.T., el extraterrestre, recomendaba cálidamente "pórtate bien", antes de abandonar este planeta.
Con sus tatuajes siempre a la vista, flores en la rubia cabellera y los coquetos vestidos de talla grande y en tonos pastel que le caracterizan, Drew es hoy una mujer de 23 años y 28 películas en su apretado currículo, con las riendas de su vida y de su carrera fuertemente asidas. Sus próximas y radiantes apariciones nos la mostrarán como una cándida camarera de comida basura en Home Fries y, en su estreno como productora, en la película Never Been Kissed. Drew ha vuelto para quedarse, por siempre jamás.
ÍNTIMAS AMIGAS El estreno de la película "Por siempre jamás" y el documental de Nick Broomfield, "¿Quién mató a Kurt Cobain?", hermana accidentalmente en las pantallas a dos grandes amigas en la vida real, Drew Barrymore y Courtney Love. Ambas no sólo comparten larga e inquebrantable amistad, sino también carrera cinematográfica, estatus de estrellas, adolescencias turbulentas, un pasado superado de adicción a diversas sustancias alucinógenas, figuras paternas ausentes, maridos muertos o abandonados, portadas escandalosas en tabloides, melenas teñidas de rubio y gusto por las tiaras de pedrería falsa. Casi de la mano, han dejado atrás las noches de juerga hasta el amanecer, testigo de los regresos tambaleantes a sus respectivas mansiones. Tras recomponer sus agitadas vidas y encauzar desorientadas carreras, Drew y Courtney se han erigido en las radiantes presencias de los más exclusivos acontecimientos. Sin ceder un milímetro, han visto cómo Hollywood se ha rendido finalmente a sus exigencias.
Por Beatrice Sartori.CHICAS, CHICAS, CHICAS
Neve Campbell. Los personajes femeninos del cine de diciembre desafían clichés, normas y convenciones. En el papel de manipuladoras sin piedad aparecen Denise Richards y Neve Campbell , ésta por partida doble en "Juegos salvajes" y "54". Como hechiceras están Nicole Kidman y Sandra Bullock en "Magia práctica", una de brujas. Muy delgadas, con actitudes y miradas malevolentes, melenas interminables, maquillaje extremo y vestidos en venenoso verde hierba, las hermanas Owens, Sally y Gillian, ponen al día el mito de la embrujadora sensual mientras se deshacen de un novio búlgaro. Finalmente, Sharon Stone reaparece también a bordo del "remake" de "Gloria" y en "Un mundo a su medida", en las que se estrena en inéditos roles maternales.
