Víctor Jara

Víctor Jara

El cantautor chileno, durante unos trabajos voluntarios en el periodo de Unidad Popular y el Gobierno de Salvador Allende (1972).

LA ANGUSTIA DE LA DESAPARICIÓN, el ensañamiento de los militares, el reconocimiento del cadáver, la tristeza del exilio, los homenajes, el mito... Así recuerda Joan Jara la muerte de su marido al hilo de varios fragmentos extraídos de su libro Una canción inacabada (Ediciones B).


"Víctor fue reconocido por uno de los suboficiales. `Tú eres ese maldito cantante, ¿no?', dijo, al tiempo que lo golpeaba en la cabeza, lo derribaba y le pateaba el vientre y las costillas".

Una pequeña casa roja de estilo colonial mira en silencio a una de esas plazas que los militares pisotearon en Santiago de Chile en 1973. Allí, entre papeles y fotografías, se acurruca la memoria de Víctor Jara, el popular folclorista chileno asesinado en el estadio Chile tras el golpe de Estado que hizo trizas la democracia del país andino. La Fundación Víctor Jara nació "para hacer justicia a la memoria", explica Joan Turner, su viuda. "Mucha gente joven quiere saber de Víctor y para muchos no es más que un póster. Desde aquí pretendemos difundir lo que fue como persona, cantante, hombre de teatro y ciudadano comprometido con la sociedad". "En el momento que Víctor casi tropezó con él, el oficial dio muestras de reconocerle, sonrió irónicamente, imitó el acto de tocar la guitarra, rió y a continuación le pasó el dedo rápidamente por el cuello. Llamó a los guardias que le acompañaban y añadió: `No permitan que se mueva de aquí. Éste me lo reservo'".

Joan se muestra orgullosa del archivo de la fundación porque "contiene un pedazo muy importante de la Historia. Además, éste es un archivo de la solidaridad social porque no sólo hay documentos de Víctor, también hay poemas y canciones dedicados a él, tanto de los años 60 y 70, como de la actualidad".

"Después, Víctor fue trasladado al sótano, donde se le ve fugazmente en un pasillo, el mismo en el que con tanta frecuencia se había preparado para cantar, ahora cubierto de sangre y tumbado en un suelo lleno de orina y excrementos".

La que fue compañera de Víctor Jara durante 13 años, con quien tuvo una hija, Amanda, cree que la fundación desarrolla una importante labor desde el punto de vista de la memoria, pero "en general nos encontramos respondiendo a peticiones de otras personas. Sería bueno desarrollar más iniciativas propias".

"Al día siguiente, viernes 14 de septiembre, Víctor, ligeramente recuperado, preguntó a sus amigos si alguien tenía lápiz y papel, y comenzó a escribir su último poema. Víctor garabateaba a toda prisa e intentaba registrar parte del horror al que se estaba dando rienda suelta en Chile, a fin de que el mundo lo supiera".

Una de las principales actividades promovidas por la fundación fue la organización de un acto colectivo para poder recuperar el estadio Chile, convertido en campo de exterminio y tortura los primeros días tras el golpe militar, como un lugar al que poder entrar en paz. Fue así como los días 4 y 5 de abril de 1991 se celebró el concierto Canto Libre, que fue "un acto de amor y solidaridad", asegura Joan. Asistieron más de 6.000 personas y cuando se recitó el último poema inconcluso de Víctor, el que escribió antes de ser asesinado, "sentí -relata- que en ese mismo instante estaba naciendo el último grito de esperanza de Víctor. Sentí, que a lo mejor éramos capaces de terminar su canción: `¡Canto qué mal me sales/cuando tengo que cantar espanto!'".

"Al borde de la histeria y perdido el dominio de sí, el oficial apodado `el príncipe', le golpeó y le gritó: `Canta ahora si puedes, hijo de puta'. Después de cuatro días de sufrimiento, la voz de Víctor sonó en el estadio para cantar un verso de `Venceremos', el himno de la Unidad Popular. A continuación fue golpeado y evacuado a rastras para someterle a la última etapa de su agonía".

Tratando de continuar el trabajo iniciado por Víctor Jara con su música y montajes teatrales, su fundación intenta apoyar y analizar las necesidades de los artistas jóvenes en la actualidad. Para Víctor era fundamental rescatar lo autóctono. En los años 50 y 60 había una invasión cultural de Europa y Estados Unidos y lo propio, el folclor, estaba muy mal visto. "Hubo un gran movimiento para valorar la expresión artística que nacía de la realidad de acá y se consiguió revertir esa situación de dependencia cultural. Pero -reflexiona- todo eso se perdió con la dictadura, y con la globalización más se pierde".

"Un grupo de guardias fue a buscarlo y él le pasó el papelito a un compañero, que lo escondió en el calcetín mientras se lo llevaban. Cada uno de los amigos intentó aprenderse de memoria el poema a medida que era escrito para poder sacarlo del estadio. No volvieron a ver a Víctor".

EL EXILIO

Joan recuerda nítidamente el 15 de octubre de 1973, día en que tomó a sus dos hijas, Manuela y Amanda, que entonces tenían 13 y nueve años, y se embarcó rumbo a Londres. En aquellos momentos se dio cuenta de que las chiquillas le eran necesarias para seguir viviendo. "Sabía que una parte de mi ser había muerto con un hombre cuyo cadáver yacía ahora en un ataúd en el cementerio general de Santiago".

El regreso forzado a Londres, tras 19 años de vida en Chile, no fue nada fácil para Joan. Menos aún para sus hijas que no hablaban inglés y que a la semana de llegar ya estaban en el colegio intentando sobrevivir en un ambiente tan distinto. "Nuestra vida siempre giró alrededor de lo que estaba pasando en Chile. Vivíamos en una especie de gueto de exilio".

Las dos hijas de Joan estaban en un grupo folclórico chileno y cantaban las canciones de su padre en todos los actos por Chile. Amanda, la pequeña, escribió con su letra infantil las 63 canciones de su progenitor y cuando aprendió a usar la máquina de escribir las pasó minuciosamente.

"Tenía la ropa hecha jirones, los pantalones alrededor de los tobillos, el pecho acribillado y una herida abierta en el abdomen, las manos parecían colgarle de los brazos... pero era Víctor, mi marido, mi amor".

Los ojos de Joan se entristecen cuando retorna a los angustiosos días que transcurrieron desde la desaparición de Víctor el 11 de septiembre, hasta que un joven comunista la avisó de su muerte una semana después. Piensa que Víctor podría haber desaparecido y sólo porque su rostro fue reconocido entre cientos de cadáveres anónimos, no lo enterraron en una fosa común. "De haber sido así -declara--yo hubiera corrido la suerte de miles de familias que nunca han sabido qué pasó a sus seres queridos". Cuando el gran amor de Víctor (ésa a la que una vez el mítico cantante dijo: "Mi trabajo comienza en ti y termina en ti. Es todo lo que anhelo") abandonó Chile, sabía que tarde o temprano retornaría. En 1982 comenzó su peregrinaje, su regreso a retazos porque "era persona non grata y sólo podía permanecer periodos cortos en Chile". En1985 consiguió el visado permanente. Según Joan, "ya llevamos casi 10 años de eso que llamamos democracia y todavía la mayoría de los prisioneros de los militares continúan desaparecidos y los torturadores y asesinos no han sido castigados, entre otras cosas porque existe una amnistía que los protege de sus crímenes".

Joan Turner, la bailarina inglesa que un día cualquiera de 1954 aterrizó en Chile, un país del que prácticamente no sabía nada, fue durante los largos años de su exilio una embajadora de este rincón de las ilusiones rotas de Salvador Allende y de miles de personas que lucharon y creyeron en un mundo mejor y más justo. Por la forma en que murió, Víctor Jara fue un símbolo del horror y la crueldad que los militares habían instaurado en el país andino.

"Yo no canto por cantar/ ni por tener buena voz,/ canto porque la guitarra/ tiene sentido y razón,/ que el canto tiene sentido/ cuando palpita en las venas,/ del que morirá cantando/ las verdades verdaderas".

Reportaje

Joan Jara




El alcohol es cosa de niños / Feria de San Isidro: Javier Conde / Feria de San Isidro: El gran negocio / Las voces del relevo / El hombre de la mano de segunda mano / En el camino hacia Santiago / Víctor Jara/ Los hombres de mi agenda, Carmen Rigalt/ La Mirada de Umbral/ Gentes/ El Tablón/ Mesa y Mantel/ Vino/ Restaurante/ Recetas/ Comer/ Horóscopo/ Conócete/ Conéctate/ En Forma/ Almanaque / Aquellos años de..../

TOP LA REVISTA VOLVER