Cualquier historia de amor puede ser la historia de una enfermedad. Para Natalia Menéndez (a la derecha) y Blanca Portillo, dos actrices de estirpe, la luz de la escena ilumina la noche con esa forma de dulce mal que es la autoexigencia. Siempre un poco más. De tablas, de disciplina. Y de pasión. Las dos destruyen cada noche el mito romántico del intérprete, alimentado únicamente de inspiración. A Natalia Menéndez (Nosferatu, La discreta enamorada) y Blanca Portillo (Oleanna, Mujeres frente al espejo) les ha venido a visitar una historia de esas que no pasan dos veces: Eslavos, de Tony Kushner, espejo de la Rusia de Chernóbil, de las deportaciones siberianas, del armamento envejecido, de la esclerosis social y los sueños perdidos. Y de un amor prohibido entre dos mujeres que no se alcanza.
Amor prohibido entre mujeres en la Rusia de Chernóbil"Eslavos". Teatro María Guerrero (Madrid). Hasta el 27 de julio.
Por Itziar Pascual
Fotografía Pepe Abascal
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