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ZOOM | PIRÁMIDE ALIMENTICIA
Compare su dieta con estos modelos y sepa si come sano La alimentación adecuada sigue preocupando a los expertos. El nutricionista Walter Willet ha ideado un polémico “régimen” para enmendar los errores de los estadounidenses basado en la alabada dieta mediterránea. Sin embargo, en España ya no la seguimos tanto. por Rosa Gil, fotografía de Ángel Becerril Verduras, frutas, carne, pescado, huevos, cereales y leche... Éstas son las piezas fundamentales de nuestra alimentación. Pero, ¿cómo debemos combinarlas? No hay un modelo único: la pirámide mediterránea, la asiática, la vegetariana, la indicada para mayores de 60 años o para mujeres embarazadas... El experto Walter Willet acaba de presentar uno más: una novedosa pirámide alimentaria que cuenta con puntos tan polémicos como desaconsejar el consumo de arroz o sustituir la leche por suplementos de calcio. ¿Es éste el camino a seguir o debemos continuar por la senda de nuestra tradicional dieta mediterránea? El famoso nutricionista diseñó este modelo como reacción al que propugna el Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, los dos siguen el mismo objetivo: acabar con los malos hábitos alimentarios de los estadounidenses, que se pueden resumir en un consumo excesivo de grasas animales, de proteínas y de las denominadas comidas rápidas. Y es que el norteamericano medio consume tres hamburguesas y cuatro raciones de patatas fritas a la semana. En el año 2000 se gastaron 110.000 millones de euros en comida rápida. Éstas son las propuestas de su pirámide alimenticia Arroz blanco, patatas, pan blanco, pasta, dulces Con moderación Willet hace una división entre cereales integrales (1) y refinados (2) y sitúa estos últimos en la parte alta de la pirámide con la indicación “consumir de vez en cuando”. Con esta distinción, intenta que los obesos estadounidenses aumenten el consumo de alimentos ricos en fibra, una de las grandes asignaturas pendientes de su dieta. Sin embargo, esto hace que margine las patatas y el arroz (al que se refiere como “el diablo blanco”). Es difícil creer que la base de la dieta de los asiáticos, conocidos internacionalmente por su longevidad, pueda ser tan nociva para los ciudadanos de Estados Unidos. Pescado, pollo, huevos De 0 a 2 veces al día El nutricionista da un papel estelar al pescado (4), un producto hasta ahora muy secundario en la dieta estadounidense. Los ácidos grasos del pescado son de tipo poliinsaturado, es decir, “neutrales” respecto al colesterol. Pero cuando sustituyen a las grasas saturadas presentes en las carnes rojas evitan los efectos negativos que pueden causar éstas. Para compensar el aporte de proteínas, las carnes rojas (5) se ven “lanzadas” a la parte superior de la pirámide, convirtiéndose en un producto que se debe consumir menos. Aceites vegetales En todas las comidas La dieta mediterránea ha sido una importante fuente de inspiración para la pirámide de Willet. Por eso, los aceites vegetales (6) juegan un importante papel y se encuentran en su base. Este tipo de aceites es rico en grasas monoinsaturadas, relacionadas con el colesterol “bueno”. La dieta estadounidense obtiene la mayor parte de sus grasas de la carne y los lácteos. Y éstas son grasas saturadas, fuente del colesterol “malo”. Carne roja, mantequilla Con moderación Productos lácteos o suplementos de calcio De 1 a 2 veces al día Otro aspecto polémico se refiere a los lácteos. Willet propone sustituirlos por suplementos de calcio (3). Y aunque su intención (reducir la ingesta de grasas animales) es loable, eliminando la leche acaba también con todos los demás nutrientes que aporta: proteínas, vitaminas, minerales... Una solución más sencilla y sana pasaría por recomendar productos desnatados. Y aun así, habría que matizar la bondad de esta medida en ciertos grupos de edad, como los niños o los ancianos. Nueces, legumbres De 1 a 3 veces al día Alcohol Con moderación Fruta 2 o 3 veces al día Cereales integrales En todas las comidas |
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