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M A G A Z I N E 
176   Domingo, 09 de Febrero de 2003
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Las ideas. El número seis por el PSOE en la lista para la Alcaldía de Madrid llega dispuesto a devolverle a la política su contenido ideológico
ENTREVISTA | PEDRO ZEROLO
“Yo por gay entiendo militar por la igualdad social del homosexual”

Pedro Zerolo es el flamante fichaje de Trinidad Jiménez para las listas del PSOE a la Alcaldía de Madrid y hasta hace una semana, presidente de los gays y lesbianas federados. Irá en el puesto número seis, futuro responsable de la Concejalía de Igualdad. Está emocionado, apasionado, “histérico”, porque los homosexuales son como las mujeres, sensibles. Abogado de profesión, es un hombre de izquierdas, convencido desde la rebeldía, la utopía y la poesía.

 
Militante. Pedro Zerolo, en primer plano, durante el mitin final del Día del Orgullo Gay de 2001 en la Puerta de Sol, de Madrid.
 

por Elena Pita


P.Sinceramente, ¿importan los votos que puede arrastrar o sus ideas?

R. Yo espero que sean mis ideas. Trinidad Jiménez quiere que esté en la candidatura por lo que digo, y esto me emociona, porque llevamos muchos años luchando para que nos escuchen.

P. Es decir, que su caso no responde a la fórmula “ponga un homosexual en sus listas”.

R. Soy todo lo contrario a un florero; lucho por unas ideas, una utopía que empieza a transformarse en realidad.

P. De cualquier manera, dos más dos son cuatro, ¿cuántos votos suman ustedes?

R. Nunca hemos podido calcularlo, pero si extrapolamos los datos de Estados Unidos, un i0% de la población es homosexual, a esto hay que restarle los menores y los que no lo viven abiertamente. Pero sí, somos un buen puñado de votos, y como además la nuestra es una realidad plural, hay muchos heterosexuales que nos apoyan, sobre todo mujeres. Éste es nuestro momento, nos lo hemos currado durante muchísimos siglos de discriminación, segregación, condenas a muerte, psiquiátricos, cárceles. Estamos a punto de dar el paso definitivo hacia la igualdad, y esto sólo se da una vez; espero un efecto simpatía a favor de aquellos partidos que apoyan la plena equiparación de nuestros derechos.

P. Que son...

R. Ocho partidos: IU, PSOE, Iniciativa Per Catalunya, Chunta Aragonesista, BNG, Esquerra Republicana, PNV y Eusko Alkartasuna; una mayoría política que ha sellado la plena equiparación legal. Además, hemos conseguido otra cosa importantísima, que es una mayoría social que nos apoya.

P. Entonces, ¿qué les falta?

R. La mayoría parlamentaria, que ahora está manejada por el PP, que se ha convertido y retratado como el partido contrario a los derechos de gays y lesbianas. Con la mayoría parlamentaria veremos salir de las Cortes las leyes de la igualdad, o sea, la ley de modificación del Código Civil para el matrimonio entre personas del mismo sexo.

P. Usted siempre ha presumido de liderar una organización independiente de los partidos políticos. ¿Entrar en una lista no es un paso atrás?

R. Nuestro movimiento es reivindicativo, de transformación social y por tanto revolucionario, como lo fueron las mujeres, las minorías raciales, los antiesclavistas o ahora, los antiglobalización. Y ese movimiento de liberación es político per se. Mi motor se nutre de las ideas de la izquierda ideológica. El homosexual ahora es un ser político per se (se palmea el pecho), como lo sigue siendo la mujer. Otra cosa es que, como organización ciudadana, es aconsejable mantener la independencia de los partidos políticos. Yo necesito ideas políticas de izquierdas para subsistir, porque parto de la base de que derecha es todo: todos tendemos al conservadurismo, y hay que rebelarse. Ser de izquierdas es tener permanentemente un molinillo dando vueltas en la cabeza, para ser coherente y no dejarte contaminar por el pensamiento monocorde. Y de eso quiere que hable Trinidad Jiménez, de la sociedad del arco iris, una nueva sociedad plural y mestiza, donde se firme un nuevo contrato social entre mujeres y hombres diferentes.

P. ¿Entra a competir directamente con Ana Botella, en el área de Asuntos Sociales?

R. No, me ocuparé en principio de un área que denominaremos de Igualdad. Ana Botella representa un modelo y una ideología, los de la derecha, y yo, los de la izquierda. Ahí nos vamos a encontrar, en un debate político que es bueno, porque los políticos no son sólo gestores ni tecnócratas: el político medio ha perdido la vocación pedagógica, la ideología; los pueblos no están sólo para exportar jamones, sino modelos de convivencia. De igual manera, si la izquierda pierde la poesía, la utopía, la transgresión, deja de ser izquierda.

P. Me gustaría pedirle una opinión no política, es decir, incorrecta, sobre la candidata Botella.

R. Me parece muy bien que participe en política, de entrada porque es mujer y tiene que haber presencia y visibilidad femenina en las listas. Por otro lado, destacaría en ella su coherencia y su valentía. Pese a que no comparto ninguno de sus postulados, me merece gran respeto.

P. Vale, dígame entonces qué le parecen los planes sociales de la derecha, del PP en este caso.

R. Es un modelo que se acerca a la caridad en la tradición católica de la ayuda sin transformación ni evolución social. En sus primeras declaraciones, Ana Botella dijo que los científicos tendrían que pronunciarse sobre la adopción por parte de parejas homosexuales. Olvidó que ya hay un informe, y que es favorable, pero es que, además, ligar el mandato constitucional de la igualdad a criterios científicos me parece preocupante: hay que recordar lo que fue la comunidad científica, mayormente machista, que hasta hace poco sostenía que estudiar producía esterilidad en la mujer o que mantener una relación sexual extramatrimonial alteraba el cerebro; y racista, que en determinados momentos de la Historia ha colaborado con lo peor. Así que, que eso lo diga una mujer, que además minusvalora el papel de las feministas... También me parece que sigue yendo de mujer de presidente de Gobierno, se le nota y mucho: de una vez por todas debería ir de candidata.

P. ¿Por qué acusan al Partido Popular de crear confusión en torno a la causa gay?

R. Porque han intentado vender una ley de parejas a la que le habían arrancado lo más preciado, que es la consideración de familia: para eso que nos remitan a la Ley de sociedades limitadas. No, no, a nosotros lo que nos interesa es la afectividad. El señor Ruiz-Gallardón prometió la ley de parejas más avanzada de España, pero supeditó nuestro reconocimiento como familia a un estudio sobre la adopción, y nosotros entramos, jugamos con fuego, y el resultado fue favorable: no hay problema en el desarrollo de los menores, sino todo lo contrario. En vista de esto, dio marcha atrás, no acudió al debate sobre posibilidad de acogimiento y mandó a su grupo votar en contra. Eso es confundir: confundir el progresismo con el populismo, además, oportunista.

P. Usted mantiene que se puede ser homosexual de derechas pero no gay de derechas. ¿Quiere esto decir que no hay gays ni lesbianas en el PP?

R. Yo por gay (que en principio incluye mujeres y hombres) entiendo militar por la igualdad social del homosexual. Ser homosexual no es lo mismo que ser gay, como ser mujer no es lo mismo que ser feminista.

P. Pero, ¿no conoce ningún gay en el Partido Popular?

R. Empieza a haber gente que dice que es del PP y que está luchando por sus derechos.

P. ¿Como por ejemplo Carlos Alberto Biendicho, el líder de la Plataforma Gay del PP?

R. Por ejemplo. En el fondo no se dan cuenta de que solamente por el hecho de luchar contra determinados patrones están interiorizando ideas de izquierdas, lo cual les viene muy bien.

P. Biendicho está a punto de publicar un libro donde cuenta su relación sexual con obispos y por ahí. ¿Usted sería capaz de utilizar su intimidad para ganar una batalla o descalificar o simplemente publicar un libro?

R. Por supuesto que no sería capaz. Se están dando casos como éste y otros de delatores arrepentidos: me parece deplorable. La intimidad es un derecho constitucional que no se puede violar por abyecto que sea el personaje.

P. Espero no violar ese derecho si le pregunto por su estado civil, o sea, sentimental.

R. Pues tengo una pareja con la que vivo en poesía, todas mis noches son noches de boda y mis lunas, lunas de miel, como decía el poeta (Joaquín Sabina). Cuando la pareja se pasa a prosa, malo.

P. ¿Usted quiere casarse?

R. Quiero tener el derecho al matrimonio para no ejercerlo jamás.

P. ¿Por qué se empeñan ustedes tanto en el derecho al matrimonio?, ¿casarse acaso es sinónimo de libertad?

R. Nosotros luchamos por el reconocimiento de la dignidad, que aquí viene determinado por tener los mismos derechos que los demás, que luego se ejercen o no. Yo quiero tener el mismo derecho a equivocarme que los heterosexuales, y que no me vengan los progres con sus monsergas. Hasta hace poco les decían a las mujeres que para qué querían el derecho a votar, mi niña. Además no olvides que el matrimonio no es sino un negocio jurídico, aunque la jerarquía católica le dé otro barniz y diga que el objeto es la reproducción, sí, la reproducción de su modelo. Reivindico una constitución laica y venero sólo a la diosa Razón: somos capaces de darnos leyes, de organizarnos sin recurrir a verdades trascendentales.

P. No entiendo por qué critica tanto a la Iglesia si usted empezó como trabajador social junto al cura Enrique Castro, en Entrevías (Madrid).

R. Lo que critico es la jerarquía de cualquier iglesia, otra cosa son los cristianos de base e incluso sacerdotes que entregan su vida a los demás: respeto las creencias. Pero yo soy apóstata, he hecho mi declaración pública de apostasía, cercené mis relaciones con la Iglesia porque me parece el reducto del peor de los machismos.

P. Zerolo, dicen por ahí de usted que es “el hijo gay que a ninguna madre le molestaría tener”. ¿Por qué?, ¿por su aspecto?

R. Lo dicen y me enfada, porque me pongo del lado de aquéllos de quienes dicen que sí se les nota, que son los que más sufren: la pluma es fruto de la libertad, cada uno tiene la afectación que quiere. Yo como hombre he tenido que deconstruirme, quitarme todos los pudores absurdos que esta educación nos mete a los hombres. El heterosexual debiera también quitarse los corsés, relajarse y dejar las duchas de almidón, porque entre otras cosas ligaría más: la mujer media busca a un hombre que no ha nacido y el hombre medio busca a una mujer que ya no existe, de ahí el conflicto social.

P. Voy a seguir por el camino de la intimidad. ¿Usted tuvo problemas con su madre cuando le contó que era gay?

R. Mi primera juventud fue heterosexual, tuve varias novias y relaciones que me produjeron cierta desilusión. Y así hasta el día que tuve mi primera relación homosexual, con 2i años, porque yo no fui nada precoz en esto del sexo. Entonces conocí la maravilla que había leído en la poesía, que hace vibrar y enloquece. Empecé a vivir como homosexual y se lo comuniqué a mi familia, nunca me planteé llevar una doble vida, sabía que a partir de entonces todo iba a cambiar. Enseguida tuve la comprensión y la ayuda de mi madre, y después de una reticencia inicial, el apoyo de mi padre.

P. ¿Le gustaría tener hijos?

R. Me encanta la pareja y la familia, y los hubiera tenido ya si existiera la plena igualdad, pero dadas las dificultades que tenemos para adoptar... No lo descarto para el futuro.

P. Zerolo, usted ya perdió una vez unas elecciones al Senado (figuraba en la lista Antiprohibicionista de las drogas), ¿qué pasa si pierde por segunda vez?

R. Yo siempre he estado con los perdedores: me meto y me empeño en darle la vuelta a las cosas. Haré todo lo posible porque en Madrid haya de nuevo un Gobierno de izquierdas. No puedo ponerme en otra tesitura, acaso lo haga después de las elecciones, pero ahora es tal la pasión que siento que no puedo responderte.


 
 
 
Abogado de oficio y poeta.


Pone a sus ideas el verbo y la pasión del poeta y la locuacidad del jurista. Las dos cosas es: poeta por utópico y revolucionario y abogado de oficio. Viene este mediodía de ganar en los juzgados un caso de agresiones entre hermanos. Es el nuevo y flamante fichaje de Trinidad Jiménez para su lista a la Alcaldía de Madrid. ¿Estaremos por fin ante la izquierda rediviva? Pedro Zerolo se levanta por las mañanas luchando ya por combatir a la derecha en su cabeza, o sea, la tentación de acomodarse (vive en el centro histórico de la ciudad y tiene despacho en el noble Paseo de Rosales). Acusa a los políticos de haber perdido la perspectiva de las ideas, convertidos en tecnócratas. Pero él no, él no quiere exportar jamones, sino modelos de convivencia. Es político desde siempre y tiene carné del PSOE desde 2000, desde que “perdieron, perdieron”, dice. Así son sus cosas, estar con los perdedores y empeñarse en que levanten la cabeza. Está convencido de que la izquierda volverá a gobernar cuando recupere la utopía, la rebeldía y toda su poética y hará “todo lo que pueda porque en Madrid haya un nuevo Gobierno de izquierdas”.
 
 
 
 
Antecedentes.


Nació en Venezuela (1960) y creció en el seno de un círculo de artistas –intelectuales y políticos que se reunían en la casa paterna–, el grupo Nuestro Arte. Es hijo de Pedro González, pintor y alcalde de La Laguna (Tenerife) por el PSOE (1977-1985). Conoció desde niño la libertad en su teoría, del padre, y en su praxis, de la madre. Es el mayor de cuatro hermanos, familia de clase media/culta, supo del sexo y el amor en edad tardía (a los 21 años tuvo su primera experiencia homosexual). Desde entonces, no ha dejado de vivir en poesía. Poesía y rebelión en su lucha, porque ha liderado el movimiento reivindicativo de los homosexuales de toda España; poesía y utopía, tiene un lema que dice libertad, igualdad y fraternidad, que a algo recuerda; amor y perpetua poesía, en su pareja. Y para expresarlo cita a Celaya, a Whitman, al poeta canario Luis Feria. Lo hace con una dicción forzada en las eses y en las dobles consonantes. Sus poemarios pueblan la mesa y estanterías del jurista, los cuadros del padre, abstractos/figurativos, le miran desde sus paredes. Miles de periódicos y recortes se apilan por las esquinas: a Zerolo le gusta tocar lo que se dice.
 
 
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