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M A G A Z I N E 
179   Domingo 2 de marzo de 2003
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ESCÁNDALO | JACKSON AL DESCUBIERTO
“Michael Pan”, según su ex jefe de seguridad

La estrella se enfrenta al mayor escándalo de su carrera a raíz del documental realizado por el periodista Martin Bashir y que, próximamente, emitirán en España las cadenas autonómicas. Las acusaciones de abuso de menores se multiplican. El último en dar su testimonio es Robert Wegner, ex jefe de seguridad del rancho Neverland. Afirma que decenas de menores pasaron la noche en el dormitorio del cantante y revela otros detalles escabrosos. Jackson presume de padre modelo y de sentirse como Peter Pan. Sus operaciones estéticas, y en especial los llamativos retoques de la nariz, han aumentado su parecido con el personaje de ficción.

 
 
 
 
 
El País de Nunca Jamás. En su rancho californiano de Neverland, Michael Jackson construyó un lujoso parque de atracciones con numerosos juegos y animales en libertad. Aquí invitaba cada año a decenas de menores, que se quedaban a dormir en su residencia.
 
 
Un padre feliz. El cantante, con sus dos hijos mayores, Prince Michael, de seis años, y Paris Michael Catherine, de cuatro, en una fotografía reciente. Michael Jackson procura reforzar ante la opinión pública su imagen de padre satisfecho y responsable
 

por John Harlow, ilustración de Miguel Santamarina


Robert Wegner es un sensato ex policía que sólo cree en lo que ve. Tiene olfato para detectar los peligros. Cuando, después de haberse retirado, comenzó a trabajar en el equipo de seguridad del rancho Neverland, propiedad de Michael Jackson, su instinto le decía que algo no iba bien. Sus compañeros hablaban de fantasmas y espíritus malignos que poblaban la finca. A Wegner todo eso le parecía absurdo, hasta que se dio cuenta de cómo se comportaba Jackson con los niños. El cantante procuraba apretujarse junto a sus invitados más jóvenes cuando compartían las atracciones de su parque privado. ¿Se trataba de algo accidental o era un acto deliberado?

Wegner, que trabajó en Neverland desde 1990 hasta 1993, también empezó a fijarse en la cantidad de muchachos que pasaban la noche detrás de las puertas de caoba del dormitorio privado del cantante. “Durante los tres años que pasé allí, unos 150 niños durmieron con Michael en esa habitación”, ha declarado el antiguo policía, después de que las relaciones de la estrella con menores fueran sacadas a la luz pública en televisión. “Había una pantalla grande y una cama llena de muñecos de peluche, un lugar muy atractivo para un niño”. ¿Es Jackson un pedófilo? En el documental Living with Michael Jackson –visto en febrero por i5 millones de británicos y 27 de norteamericanos, y que en España emitirán las autonómicas posiblemente en marzo–, él lo negó categóricamente. Admitió compartir su cama con menores pero insistió en que sus relaciones eran inocentes y cariñosas, pero no sexuales.

En el programa, la estrella, de 44 años, se mostró muy preocupada por sus tres hijos. El presentador, Martin Bashir, que pasó ocho meses con él, insinuó la pregunta: ¿deberían quitárselos? La opinión pública está dividida sobre si el cantante está loco, o es una mala persona, o ambas cosas a la vez. Muchos de los norteamericanos que vieron el programa el 6 de febrero, dos noches después de haberse emitido en Gran Bretaña, se han escandalizado más por el comportamiento deBashir –popular gracias a la entrevista que le hizo a Diana de Gales, en la que ésta confesó sus infidelidades matrimoniales– que por el de la estrella. ¿Es entonces una víctima de los medios de comunicación? En cualquier caso, el cantante ha anunciado que, con el título Michael Jackson: The Interview They Wouldn’t Show You, (La entrevista que no les enseñaron) mostrará imágenes descartadas de su encuentro con Bashir en las que el periodista alaba la relación con sus hijos y el universo infantil.

Michael Joseph Jackson nació el 29 de agosto de 1958 en Gary (Indiana, EEUU). Las fundiciones de la ciudad alimentaban a los rascacielos de la vecina Chicago y las fábricas de coches de Detroit. Gary es ahora una de las capitales estadounidenses del crimen. El futuro ídolo creció junto a sus ocho hermanos en una humilde casa de los suburbios. La afición a la música era una cualidad de la familia. Catherine, su madre, una testigo de Jehová que sufrió durante su vida problemas físicos causados por la polio, tocaba el clarinete. El padre, Joseph, un modesto conductor de grúa, tocaba la guitarra en la banda de un bar. Fue él quien se encargó de preparar la carrera de sus hijos.

El talento del más pequeño fue descubierto cuando cantó Climb Every Mountain en la fiesta de su colegio. Tenía cinco años y lo reclutaron enseguida para actuar junto a sus hermanos mayores. Después de cantar en espectáculos locales, el pequeño se convirtió en la estrella de la Motown, el famoso sello de música negra.

Jackson habla con amargura de su infancia. En la entrevista con Bashir reiteró las acusaciones contra su padre, que les dejaba en el cuerpo las marcas del cinturón cada vez que se olvidaban un paso o una nota. Su padre ha negado en el pasado que les pegara, pero tanto la hermana de Jackson, Janet, como otro hermano, Jermaine, han ratificado esas acusaciones. Uno de los insultos más crueles que el patriarca utilizaba para humillar al hijo pequeño era llamarle “narizotas”. En cuanto pudo, se operó.

La portada de Thriller, el álbum que supuso su lanzamiento mundial en 1982, le muestra como un chico negro de barrio de facciones dulces, todavía con su pelo natural rizado y la nariz entera. Vendió 50 millones de copias y sigue siendo el disco de más éxito comercial de todos los tiempos. Pero Thriller marcó también una transformación. A partir de entonces, el joven millonario desarrolló una enfermedad de la piel, el vitíligo. El pigmento natural se destruye y van apareciendo manchas blancas. Se operó dos veces de la nariz con el propósito de mejorar su voz, según dice él. Fue el comienzo de su adicción a la cirugía estética.



EN EL QUIRÓFANO. En 1990, cuatro enfermeras demandaron a su jefe, un cirujano de Los Ángeles llamado Steve Hoefflin, conocido como Doctor Hollywood debido a sus clientes famosos. Los documentos presentados ante el juez prueban las operaciones del cantante. Las enfermeras afirmaron que cuando el cirujano se daba cuenta de que si recortaba más la nariz podría dañarla para siempre, simulaba que había practicado una operación completa. Hoefflin dejaba a Jackson sin sentido y adelantaba los relojes en la sala de operaciones de manera que, cuando se despertara para pagar la factura, pensara que había sufrido otro tratamiento de rinoplastia. Permanecía completamente vestido durante la operación. Las enfermeras dijeron que, en el transcurso de una sesión, Hoefflin dejó al descubierto el pene y dijo: “Mirad. Nunca lo ha usado”.

La doctora Pamela Lipkin, una cirujano de Nueva York, después de ver las fotos del rostro de Jackson, dijo que había estado sometido a tratamientos de cirugía plástica desde su adolescencia, incluyendo alteraciones en las cejas, barbilla, pómulos, así como el blanqueo de la piel. Otro cirujano añadió: “Que diga que sólo se ha hecho dos operaciones es como si Irak dice a las Naciones Unidas que nunca ha usado gas contra los kurdos”.

J. Randy Taraborrelli, uno de los biógrafos de la estrella, cree que la obsesión por modificar su aspecto empezó a convertirse en una posibilidad con sus vídeos musicales, en los que aparece como un hombre lobo o cambiando el color de la piel. “Después quiso transformarse realmente”, afirma Taraborrelli. “La cirugía plástica se convirtió en algo más grave”.

En 1987, inmensamente rico después de cerrar un acuerdo con la compañía discográfica Epic Records, que le dio el 25% de la venta de todos los discos, Jackson se gastó 19 millones de euros en adquirir la finca Neverland, a 250 kilómetros al norte de Los Ángeles. La llamó así en honor al País de Nunca Jamás de Peter Pan y la convirtió en la gigantesca tienda de juguetes que nunca pudo disfrutar de niño. Allí invitaba a los jóvenes procedentes de los orfelinatos locales y los centros de beneficencia para disfrutar de un lujoso parque de atracciones con barcas, lagos, chimpancés, jirafas y un elefante donado por Elizabeth Taylor.



FALSO PARAÍSO. Cuando Wegner llegó a Neverland como guardia de seguridad en i990 –poco después ascendería a jefe– se encontró con que no todo era perfecto en el paraíso. Las atracciones no eran seguras. Afirma que tuvo que salvar a un niño que se había caído al lago y estaba a punto de ahogarse. Algunos animales eran importados ilegalmente. Uno de ellos, un cruce extraño de cebra y burro, se volvió loco y murió. Jackson lanzaba piedras al león para hacerle rugir.

Enfrente del parque construyó un cine que, además de asientos reclinables, tenía dos habitaciones privadas para las visitas con cortinas, sillas y una cama en cada una de ellas. A veces, según Wegner, llevaba a los niños a una de las habitaciones y cerraba las cortinas. En un cuaderno de visitas nocturnas, obligatorio por las normas contra incendios, quedaba registrado dónde estaban durmiendo los jóvenes invitados.

“Aunque los chicos y chicas que venían a jugar a Neverland eran jóvenes de todas las edades”, cuenta el ex policía, “era impresionante la cantidad de niños de entre ocho y 12 años que se quedaban en el dormitorio de Michael. No sé qué ocurría detrás de esas puertas. ¿Quién puede saberlo? Pero este hecho me ha planteado un montón de preguntas que todavía me preocupan”.

Wegner, que tiene ahora 68 años y vive en Nevada, ha publicado un breve libro sobre los tres años que trabajó para el cantante, donde describe cómo procuraba estar en contacto físico con los menores. “Esta actitud me sorprendía porque la mayor parte del tiempo, cuando se encontraba entre adultos, mantenía las distancias. Cuando Michael estaba en uno de sus coches eléctricos, tenía a un niño a su lado y se sentaba de tal forma que estaba tocándole con su pierna. Mis años de policía me enseñaron a observar cosas que nunca vería una persona común”.

“Al principio pensé”, continúa Wegner, “que quizá no había nada malo, que Michael no estaba en sus cabales al dejar que esos pequeños pasaran la noche con él en su dormitorio, pero me angustiaba la idea de hacer caso omiso de lo que estaba sucediendo. Cada vez que los llevaba al parque de atracciones siempre se sentaba lo más cerca posible de ellos. Cuando llegué pensé que Neverland era un paraíso. Me gustaba trabajar con niños y parecía un lugar feliz. Luego cambié de opinión. No quiero ser dramático, pero había una corriente oculta de maldad allí. Los padres estaban encantados de que sus hijos estuvieran con Michael durante unas horas, pero me pregunto qué pensarán hoy”.

Para el jefe de seguridad, el cantante “cree que puede hacer todo lo que quiera sin dar explicaciones a nadie. Los ricos siempre se salen con la suya”.

¿Pero de verdad pueden hacerlo? En el verano de 1993, cuando Wegner llegó a su trabajo, se encontró con agentes de policía de Los Ángeles que estaban intentando entrar en el dormitorio de la estrella. La puerta estaba cerrada y sólo el cantante y una muchacha del servicio tenían llaves. La policía llamó a un cerrajero. El origen de la operación fueron las quejas de uno de los visitantes de Jackson, Jordy Chandler, de 13 años, hijo de un dentista de Hollywood que colaboró en el guión de la película Las locas aventuras de Robin Hood, protagonizada por Mel Brooks.

Los agentes se llevaron más de 100 libros de la habitación secreta, un estudio oculto detrás de su baño privado. También registraron su libro de direcciones y encontraron el nombre y número de teléfono de Chandler. Sin embargo, no requisaron el registro de visitantes con los nombres de todos los niños que habían estado en la finca el año anterior. Poco antes de la actuación policial, Wegner fue alejado del rancho. Uno de los agentes le dijo que el caso “era muy delicado” y que “cualquier cosa que encontraran la guardarían en un archivo cerrado, a salvo de la prensa”.



MORATONES EN LAS NALGAS. El caso no llegó a ninguna parte porque Jackson pagó a la familia de Chandler 20 millones de euros para evitar llegar a los tribunales. La policía se quedó sin un testigo fundamental, pero comenzó el juicio paralelo en los medios. Un informe que insinuaba que a Chandler le habían salido moratones en las nalgas fue vendido a los tabloides. Los Quindoys, una pareja filipina que trabajó en Neverland, pidió 125.000 euros por una entrevista en la que afirmaban haber visto a Jackson poniendo la mano en los pantalones de un niño, y 600.000 por una declaración en la que sugerían que la mano del cantante estaba dentro de la ropa del joven.

A raíz del escándalo Chandler, las puertas de la finca se cerraron para los niños. La estrella intentó lavar su imagen. Casarse y tener hijos fue una jugada excelente para su carrera, aunque no tuvo el éxito deseado. También optó por la segura compañía de mujeres mayores, como su gran amiga Elizabeth Taylor. Un año después del caso Chandler, Jackson se casó con Lisa Marie Presley, la hija del rey del rock and roll. Ella anunció que tendrían niños. Pero no fue así y se divorciaron en 1996, alegando para ello diferencias irreconciliables.

La segunda esposa fue Debbie Rowe, una maternal enfermera. Tuvieron dos niños en tres años y luego se divorciaron. “Michael es un hombre maravilloso, encantador y cariñoso”, dice Rowe. “No hay un padre mejor”. Se rumorea que Rowe ha recibido la modesta cantidad de ocho millones de euros por el acuerdo de divorcio.

A sus hijos, Prince Michael, de seis años, y Paris Michael Catherine, de cuatro, ésta última llamada así por la ciudad en la que fue concebida por inseminación artificial, se unió el año pasado el misterioso Prince Michael II. Este bebé, conocido como Blanket (manta, en español, porque está “cubierto de amor”), es el que Jackson mostró sacándolo al balcón de un cuarto piso en Berlín el pasado mes de noviembre. ¿De dónde ha salido Blanket? Todo lo que dice Jackson es que la madre de alquiler era negra, aunque quien le ha visto asegura que parece más blanco que sus hermanos.

Ahora la estrella parece centrar su vida en su joven familia. Pero, ¿será capaz de educar niños felices? La abogada Gloria Allred, que trabajó en el caso Chandler, está dispuesta a desafiarle ante los tribunales: “No es un hombre sano. Es evidente que quiere a los niños, pero ¿es eso suficiente? En realidad, puede que los niños estén mejor sin él”.

¿Qué piensan los psicólogos del cantante? El doctor Ralph Underwager, que ha tratado a pedófilos desde 1953, señala que “Lewis Carroll o J.M. Barrie, el creador de Peter Pan, probablemente eran pedófilos no activos. Amaban a los niños y creían que los niños les amaban igualmente a ellos, lo cual es una enfermedad. Pero sólo cuando los pedófilos hacen realidad sus fantasías es cuando se convierte en un problema tanto legal como médico”.

¿Quizá la superestrella es demasiado rica como para pedirle cuentas? “El dinero puede comprar mucha libertad para portarse mal en Estados Unidos”, dice la abogada Allred, “y él tiene un montón”. ¿Es eso cierto? Algunas fuentes aseguran que le acosan grandes deudas. History, el álbum que salió a la venta después del caso Chandler, vendió 10 millones de copias. Invincible, su último trabajo, ha vendido tres millones. Expertos independientes estiman su fortuna actual en 250 millones de euros, la mitad de la que tiene Paul McCartney. “Michael no se está muriendo de hambre, pero tampoco está ganando mucho dinero últimamente”, dice un financiero ligado al mundo de la música. “Puede gastarse todo antes de que sus hijos lleguen a la adolescencia”.

Pero esta situación delicada no parece que vaya a recortar sus gastos. El mes pasado, su agente inmobiliario de Nueva York, James Meiskin, reveló a The Sunday Times que está buscando una casa grande en Europa, quizá un palacio británico, porque cree que este continente “es más civilizado y comprensivo” que Estados Unidos. “El rancho californiano de Neverland seguirá siendo la primera residencia de Michael, pero también quiere tener una nueva casa de lujo, al estilo de Buckingham Palace. Algo único y especial, que no se parezca a nada. Quizá, por ejemplo, similar al castillo de Windsor”.

¿Así será el futuro de Michael Jackson, recluido en un castillo inglés con sus hijos? ¿O resistirá en su finca de California, a pesar de la posibles demandas judiciales por pedofilia? Para la gran estrella, Neverland está empezando a hacer justicia a su nombre.


 
 
 
Un asombroso parecido


“Yo soy Peter Pan”, le dijo Michael Jackson al polémico presentador de la televisión británica Martin Bashir. En el documental en el que se vertieron graves acusaciones de pedofilia contra el cantante, éste aclaró: “Soy Peter Pan en mi corazón”. Las múltiples operaciones de cirugía estética a las que se ha sometido, que han afectado sobre todo a la nariz, han pronunciado su parecido con el popular personaje creado hace 100 años por J.M. Barrie. En la imagen se aprecian esas similitudes entre la estrella y el Peter Pan de la película de 1953. Ahí no acaban los paralelismos. Jackson ha reconocido que él también se niega a crecer. Y bautizó su rancho californiano como Neverland, en homenaje al País de Nunca Jamás. En esa lujosa residencia hay múltiples estatuas que recuerdan al personaje de ficción, repartidas por la mansión y por los jardines. Aunque Jackson nunca había admitido anteriormente sus visitas al quirófano, en ese programa de televisión reconoció dos operaciones de nariz. Alegó que las razones eran respirar mejor y aumentar sus dotes de cantante. ¿Quizá la razón oculta era potenciar el parecido con su ídolo?
 
 
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