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M A G A Z I N E 
186   Domingo 20 de abril de 2003
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CIUDAD IDEAL | LA SÍNTESIS
El clima de Las Palmas...

Si juntáramos las fotografías de las 13 localidades donde mejor se vive como si se tratara de un “puzzle”, aparecería por arte de magia la urbe ideal. Pero ese lugar no existe. Todavía. Puestos a jugar, se podría escoger el privilegiado clima de Las Palmas o el tamaño ideal de Salamanca y juntarlo con el aire de Estocolmo. No contentos, completaríamos el “collage” con la seguridad de Luxemburgo y la tolerancia de San Francisco. ¿Queremos una buena Administración? Encajamos la pieza de Christchurch. Así sería ese utópico e irreal lugar.


Aunque cada uno tiene su propia opinión acerca de cuál es o cómo debería ser la ciudad ideal, es prácticamente seguro que, a la hora de ponerle adjetivos que la describiesen, coincidiríamos en pedirle un clima agradable, hospitalidad, espíritu progresista, una oferta cultural y de ocio interesante, buenas comunicaciones, ausencia de delincuencia, viviendas asequibles... Tal lugar es una quimera, pero sí hay urbes que cumplen con alguna parte de esta utopía. Si pudiésemos componer un puzzle con todas ellas, tendríamos algo bastante parecido a la ciudad perfecta.

Lo cuenta el arquitecto mexicano Jorge Legorreta: “Se dice que las ciudades son expresiones de su propia sociedad. Y no hay una ideal porque no hay sociedad ideal. Productos de su historia, son espacios similares y distintos, grandes y pequeños, ricos y pobres”. Cada individuo experimenta la ciudad como una vivencia personal. El enamorado de París pasa por alto que sea una de las más caras del mundo; quien sueña con vivir en Roma corre un tupido velo sobre el mal estado de conservación de sus viviendas; y quien considera a Nueva York la perfecta, ve más allá de su inhumanidad. La ciudad ideal es difícil de medir porque los sueños y los deseos son inmensurables. Si no fuese así, todos soñaríamos con irnos a vivir a Zúrich. Y no es el caso. Como en el amor, cuando idealizamos una ciudad, las razones del corazón tienen más peso que las que aportan los datos objetivos.

Clima - Las Palmas de Gran Canaria
¿A quién no le gustaría vivir en una ciudad donde siempre es primavera? No es una apreciación subjetiva. En un estudio publicado en “Consumer Travel Publication” por el profesor Thomas Whitmore, de la Universidad de Syracusa (Estados Unidos), se afirma taxativamente que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria es la que goza del mejor clima del mundo. Su situación subtropical, el efecto de la corriente marina de Canarias y la acción de los vientos alisios suavizan el calor veraniego y dulcifican los inviernos, dando como resultado una temperatura media anual de 22º C.

Tamaño - Salamanca
Platón afirmaba que el tamaño ideal de una ciudad era aquel en que todos alcanzaban a escuchar la voz de un orador. Evidentemente, los parámetros platónicos no nos sirven para nuestros modelos urbanos actuales, pero sí su esencia: un lugar a medida de la comunidad. En ese sentido, y aunque hay opiniones para todos los gustos, las dimensiones idóneas de una urbe son aquellas que permiten llegar desde el centro hasta cualquier punto de la misma en un tiempo no superior a tres cuartos de hora de caminata, porque, como explica el catedrático de Historia Enric Tello, “una población donde todo está cerca genera menos movilidad obligada y menos contaminación. También favorece la vida ciudadana y una mayor participación democrática”. Si una gran urbe tan bien administrada como Phoenix (Estados Unidos) utiliza como parámetro para la organización de sus distritos que estos deben ser habitados idealmente por 165.136 personas, la perfección máxima consistiría en aplicar tales medidas al conjunto de la urbe. Salamanca o Ginebra, ambas con 175.000 habitantes, se convertirían así en un modelo en lo que a tamaño se refiere. Salamanca cuenta además con la ventaja de una población muy joven y en gran parte flotante, formada por 40.000 estudiantes universitarios, que proporcionan un dinamismo –ya mítico– a sus calles, tanto de día como de noche.

Seguridad - Luxemburgo
La última investigación sobre calidad de vida en las ciudades realizada por Mercer Human Resource Consulting ha revelado que la capital luxemburguesa es la que más destaca en todo el mundo en materia de seguridad personal de sus habitantes. Para llegar a tal conclusión, Mercer se ha basado en datos como los niveles de criminalidad, la aplicación de la ley y la estabilidad interna. Poco tiene de extraña esta conclusión si tenemos en cuenta que Luxemburgo goza de la renta per cápita más alta del mundo y casi pleno empleo (sólo 6.000 de los 420.000 habitantes del país están en paro). En la capital no existen barrios deprimidos.

Limpieza - Estocolmo

Aunque se disputa el primer puesto con Calgary (Canadá) y no llega a los extremos de Singapur, donde comer chicle está prohibido y si tiras un papel al suelo te puede caer una multa de 500 euros, Estocolmo es la ejemplificación perfecta de la limpieza urbana. No sólo sus calles están impolutas, sino que incluso la gente se baña y pesca, tan campante, en el centro mismo. Sus niveles de contaminación, la eficiencia de sus sistemas de alcantarillado y tratamiento de basuras son de los mejores del mundo e incluso el agua potable es de lujo. Su millón y medio de habitantes bebe la procedente del lago Mälaren, tan buena que incluso se sirve en la ceremonia de entrega de los Premios Nobel.

Sociabilidad - Toronto
Entre los canadienses se la conoce como “Toronto the good” (Toronto la buena). Ha sido reconocida en tres ocasiones por Naciones Unidas como la ciudad con mayor calidad de vida del mundo, “National Geographic” la consideró “la más civil y civilizada del mundo” y “Fortune” la ha descrito como “la mejor para trabajar y para la familia”. Algo tendrá que ver en ello, siquiera en un plano simbólico, el hecho de que su nombre signifique en lengua hurón “lugar de reunión”. Toronto acoge a más de 80 comunidades étnicas diferentes. Más del 51% de sus habitantes no nació en Canadá. Entre otros, acoge a 45.000 coreanos, 60.000 polacos, 100.000 griegos, 200.000 chinos, 300.000 indios y 400.000 italianos y, además, parece encantada con ello. Su entusiasmo por la diversidad queda patente en el hecho de que sirva de escenario, anualmente, al festival de música caribeña más grande del mundo. Y, además, está llena de lugares donde reunirse de forma saludable: nada menos que 1.500 parques y 8.000 hectáreas de áreas verdes.

Tráfico - Copenhague
No es donde tienen lugar los desplazamientos medios por carretera más rápidos, ya que ese honor le corresponde a San Diego (Estados Unidos), con 60,60 km/h de media, pero varios factores contribuyen a convertirla en la ciudad ideal de los enemigos del atasco. Cuenta con un parque automovilístico limitado y sus habitantes utilizan el coche con moderación. Tiene 60 coches por kilómetro de carretera (Barcelona tiene 696). Además, el 20,12% de todos los desplazamientos se efectúa a pie o en bicicleta. La duración media de un recorrido en automóvil es de 16 minutos (en Madrid es de 39).

Enclave - Vancouver
Los dos millones de habitantes de la ciudad canadiense no tienen que desplazarse gran cosa, tanto si les da por tomar el sol en la playa como si se les antoja esquiar. Las playas del Pacífico están a unos minutos del centro y llegar adonde se practican los deportes de invierno es cuestión de media hora. Además, hay ríos y lagos alrededor de esta población que presume de clima –la temperatura media en verano es de 25º C y en invierno, de 9º C– y de poseer el mejor sistema de transporte. Para colmo, la UNESCO la ha elegido la mejor urbe para vivir, y la última investigación de Mercer la sitúa como la segunda mejor en calidad de vida.

Estética - Barcelona
El crítico de arte Paul Goldberger ha incluido la capital catalana entre las 50 maravillas del mundo moderno y, a pesar de que no ha logrado arrebatarle el título de capitalidad mundial del diseño a Milán, sí es cierto que Barcelona tiene una vocación tan extendida por la estética, por lo moderno, por la innovación formal, que su materialización ha llegado a convertirse en uno de los signos más distintivos. Los espacios públicos, las infraestructuras, la moda, los escaparates, los edificios, las tiendas, las discotecas y hasta las páginas web creadas en Barcelona participan de ese gusto por la apariencia más “fashion.”

Calidad de vida - Zúrich
Según la última investigación de Mercer, el puesto número uno en lo que se refiere a calidad de vida es para la ciudad suiza. Para llegar a tal conclusión se han tenido en cuenta aspectos tan diversos como estabilidad política, índices de criminalidad, cumplimiento de la ley, servicios bancarios, censura, limitaciones a la libertad personal, servicios médicos, contaminación del aire, tratamiento de basuras, enfermedades infecciosas, alcantarillado, calidad de la enseñanza, servicios públicos y transporte, ocio y oferta cultural, automóviles, disponibilidad para conseguir alimentos y productos, vivienda e incluso clima y desastres naturales. Lejos de ser una urbe espectacular, Zúrich es, tal y como la ha descrito el director de cine Pat Weil (“El caso Bourne”) “una ciudad limpia y provinciana, una especie de mezcla entre Estrasburgo y Berlín (hasta tal extremo que, aunque la acción de la mencionada película se desarrolla en la ciudad suiza, decidieron rodarla finalmente en Praga). Eso sí: muchos de sus visitantes se quejan de lo aburrida que es.

Vivienda - Montreal
Por algo más de 90.000 euros, en la capital canadiense se puede comprar una vivienda de 111 metros cuadrados con tres dormitorios, dos baños, terraza y una parcela de 273 metros cuadrados, según datos de Century 21. El alquiler o la compra de casas y apartamentos es asequible en todas las zonas, incluido el centro. Para redondear tanta perfección, resulta que Montreal es uno de los principales centros culturales de América del Norte y que el acceso a los grandes paisajes naturales es particularmente fácil desde la ciudad: a menos de una hora de carretera, hacia el sur, se encuentran las montañas y la campiña del Estrie, y a la misma distancia hacia el norte comienza la inmensa región de Las Laurentidas, cubierta por centenares de lagos y decenas de estaciones de esquí.

Administración - Christchurch
Esta localidad neozelandesa de 300.000 habitantes ha sido considerada por la revista “Governing” como la ciudad mejor administrada del mundo (mal que le pese a Phoenix, que también ha recibido diversos premios por la buena gestión de su Administración local). Los autobuses y tranvías siempre son puntuales, no hay basuras en las calles, la presencia de las fuerzas de seguridad es subliminal de tan sutil, los índices de criminalidad son bajísimos, abundan los museos y las instalaciones deportivas y hay una biblioteca pública en cada barrio. Basa su funcionamiento en un sistema muy desarrollado de gestión municipal, contabilidad incluida, y en una gran implicación ciudadana. Cualquier política que se emprende desde el Ayuntamiento persigue el triple objetivo de desarrollo económico, bienestar social y sostenibilidad ambiental. Nada de demagogia: todo tiene un enfoque práctico. La transparencia es ley y el ciudadano siempre tiene información acerca de qué temas se debaten en el Ayuntamiento. Todo tiene un enfoque empresarial en el sentido de que se considera a los vecinos como clientes. Por ejemplo, cuando el Gobierno central pidió a los ayuntamientos neozelandeses gravar el metro cúbico de agua corriente utilizado por los ciudadanos, la autoridad municipal, convencida de que iba a ser una medida impopular, propuso una tarifa plana que fue muy bien acogida por la ciudadanía.

Tolerancia - San Francisco
Están prohibidas las discriminaciones por razones de raza, color, religión, edad, sexo, orientación sexual, ancestros, enfermedad (sida), incapacidades físicas, estado civil, situación familiar, lugar de nacimiento e, incluso, altura o peso. En efecto, existe una ley contra la discriminación de los obesos (cualquier trato o broma penosa contra ellos es ilegal y punible), lo que ha llevado incluso a prohibir anuncios como los de un gimnasio cuyo eslogan era: “Cuando vengan los extraterrestres se comerán primero a los gordos”. El Ayuntamiento tiene permanentemente abierto un canal de comunicación con los ciudadanos, dependiente de la Comisión de Derechos Humanos del Consistorio, para que estos puedan denunciar cualquier discriminación a la que se vean sometidos. Existe incluso una unidad de investigación dedicada a indagar las quejas que se produzcan cuando cualquier habitante entienda que ha sido discriminado en el trabajo.

Monumentalidad - Roma
Puede ser caótica, pero lo cierto es que es la mayor ciudad-museo y cuenta con una vitalidad de la que pocas urbes pueden presumir. Sus 2,7 millones de habitantes viven rodeados por más de 300 iglesias, 50 palacios del Renacimiento y del Barroco, 60 catacumbas, cerca de 40 museos, más metros cuadrados de mosaicos bizantinos que ningún otro lugar e incontables ruinas romanas. El Ayuntamiento tiene inventariados en total más de 1.100 bienes histórico-artísticos de su propiedad y, aunque no dé abasto para mantenerlos a todos en forma, lo cierto es que la oferta monumental supera a la de cualquier otra ciudad.


 
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