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M A G A Z I N E 
216   Domingo 16 de noviembre de 2003
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Sergio Sauca periodista Presenta los deportes en el telediario de fin de semana y el programa Liga de Campeones, de TVE.
ESPECIAL VINOS
Elegimos los mejores tintos de menos de 30 euros

¿No se aburre de ver siempre en las catas de los vinos del año botellas carísimas de producción muy limitada que jamás podrá probar? Esta vez, en el Magazine, en lugar de caer en ese tópico tan poco práctico, hemos querido ofrecer una cata de tintos que sí podrá llevarse a casa. Esas marcas de moda, de las que habla todo el mundo, los caldos que mejores notas reciben en las guías, los últimos lanzamientos de las bodegas más prestigiosas, probados y puntuados a ciegas por un jurado muy especial. Y lo mejor de todo: ninguna botella cuesta más de 30 euros.

 
Ariel Rot músico de rock Actualmente realiza una gira acústica de teatros y presenta un disco unplugged, apéndice de Lo siento Frank.
 
 
Remedios Cervantes Montoya actriz En este momento prepara un proyecto televisivo de cara a enero.
 
 
Javier Larrainzar diseñador Lo último: presenta una colección de gafas y una de hogar y ha creado la etiqueta del vino Heredad de Baroja.
 
 
Lorenzo Silva escritor Trabaja en su nueva novela Carta blanca y acaba de estrenar la película La flaqueza del bolchevique, de la que es guionista, basada en su novela del mismo título.
 
 
Dominio de Tares Cepas Viejas 2001 Bodega Viñedos y Bodegas Dominio de Tares Denominación de origen Bierzo Precio 10,50 euros Valoración 18,5/20 Los catadores destacaron su original aroma “a cacao, ceniza y confituras” así como su “boca fina y muy sedosa”.
 
 
Casa Castillo Pie Franco 2000 Bodega Julia Roch e Hijos D.O. Jumilla Precio 23 euros Valoración 18,5/20. “Quién nos iba a decir que en Jumilla se hacían vinos tan buenos”, dijo alguien. Otros se fijaron en su nariz ahumada, su olor a tinta china o su sabor “carnoso y sobremaduro”.
 
 
Enrique Mendoza Santa Rosa Reserva 99 Bodega E. Mendoza S.L. D.O. Alicante Precio 21,40 euros Valoración 18,35/20
“Goloso y muy mediterráneo”, fue el comentario general. También se podría destacar su olor a “frutas rojas maduras” y su boca “cálida y pulida”.
 
 
Sierra Cantabria Colección Privada 2001 Bodega Sierra Cantabria S.A. D.O. C. Rioja Precio 21,50 euros Valoración 18,3/20
“Fresas, vainillas, café, chocolate, balsámicos...”. Con una nariz tan cautivadora, la boca resultó para todos “amable, fresca y persistente”.
 
 
Finca Sandoval 2002 Bodega Finca Sandoval D.O. Manchuela Precio 19,95 euros Valoración 18,2/20
Destacaron sus aromas “de frutas negras y minerales, tostados y cremosos”, así como sus “taninos dulces” y boca “potente, larga y sabrosa”. “Misterioso y meridional”, apuntó alguien.
 
 
Venus “La Universal” 2001 Bodega Venus “La Universal” D.O. Montsant Precio 25 euros Valoración 18/20
“Confitura, pimienta y muchos minerales” en nariz, señaló el tribunal. Su boca potente asombró a todos.
 

JOAN MERLOT. FOTOGRAFÍAS DE CHEMA CONESA


Una cata de vinos siempre es subjetiva, aleatoria y parcial. Subjetiva porque las valoraciones de quienes integran el jurado estarán, de un modo u otro, influidas por su estado de ánimo en el momento preciso de catar, la calidad de los vinos que hayan probado en los últimos días, el entorno humano, el lugar y hasta, si nos ponemos estupendos, la temperatura de la sala y de las botellas. Aleatoria, porque si se repitiera en otra ocasión la misma prueba con los mismos catadores, las mismas circunstancias e idénticos caldos, podrían darse resultados bien diferentes; por no hablar de si se cambia, levemente, el orden de servicio de los vinos, con las comparaciones inevitables entre una copa y la siguiente, que influyen dramáticamente en las puntuaciones. Y parcial, en fin, porque jamás se podrá realizar una cata (sea de lo que sea), sin una selección previa de las marcas en liza; selección que suele estar basada, inevitablemente, en criterios unidireccionales (de añada, de región, de segmento de precios...) y en un número tácito y limitado de productos a testar.

Con todo y con eso, en el Magazine de El Mundo nos hemos atrevido a organizar una cata de tintos españoles, sabiendo desde el principio que podía ser motivo de recelo e incluso de polémica en los círculos profesionales, pero confiando al mismo tiempo en ofrecer al lector un servicio práctico y un entretenimiento inocente. Se trataba de hacer algo diferente, más modesto y a la vez más cercano, de esas clásicas (y previsibles) degustaciones de los mejores vinos del año a las que nos tiene acostumbrados la mayoría de la prensa escrita especializada por estas fechas: vanos escaparates de botellas inalcanzables (por su carestía o por lo reducido de la producción) que el ciudadano de a pie rara vez podrá disfrutar.

Así que nos fijamos el tope económico en 30 euros por botella como precio máximo de venta al público: una cantidad respetable, sí, pero asequible para quien quiera, en casa o en el restaurante, darse el capricho un día. Decidimos centrarnos únicamente en los tintos, que se han mostrado más sorprendentes que los blancos, últimamente. Y optamos por una selección de aproximadamente 30 vinos, escogidos siguiendo un criterio –por otra parte, discutible– de pura actualidad. Actualidad que se traduce, aquí, en exposición mediática, buena distribución comercial, presencia de marca en las mejores enotecas y restaurantes y, lo más importante, notas de cata por encima del notable en guías y revistas impresas o digitales, con especial atención a www.elmundovino.com.

Hemos reunido de este modo muchas de esas marcas de moda de las que hoy habla (casi) todo el mundo. Claro que hubo que descartar alguna por obvias limitaciones numéricas y otras seleccionadas no se prestaron al juego o no enviaron sus muestras a tiempo. Así que el lector echará en falta seguramente algunos de sus vinos fetiche. Pero permítannos, en nuestra descarga, abundar en el tópico: tal vez no estén todos los que son, pero sí son todos los que están.

Después, lo más difícil era seguir rompiendo moldes con la elección del jurado. En vez de catadores profesionales, simples aficionados, declarados amantes del vino, con la particularidad añadida de un rostro (o un nombre) popular. Supimos de la pasión por el vino del rockero Ariel Rot al encontrarle comprando en Lavinia (y no cualquier cosa: un Montus 98 de Alain Brumont). Coincidimos con el presentador de deportes Sergio Sauca en una fantástica degustación vertical de Château Latour en el Casino de Madrid. Descubrimos detalles de comilón ilustrado y amante de los caldos regionales en la presentación de una novela del escritor Lorenzo Silva. El modisto-bodeguero Roberto Verino nos relató en un almuerzo el fino paladar de su colega Javier Larrainzar. Y un amigo realizador de televisión nos chivó, por fin, el interés de la actriz Remedios Cervantes hacia las catas de vinos.

Convencerles a todos fue bastante sencillo. Lo difícil resultó conciliar agendas y hallar el lugar idóneo para celebrar discretamente el evento: In Zalacaín, la flamante sucursal del famoso restaurante madrileño, consagrada exclusivamente a banquetes y convenciones, e inaugurada hace nada en la muy lujosa urbanización La Finca (Paseo Club Deportivo, 4. Tel.: 91 799 71 90), en Pozuelo de Alarcón, Madrid. Un complejo con unas instalaciones impresionantes (salones polivalentes de distintas dimensiones, enorme terraza-jardín, nutrida colección de arte español contemporáneo y la garantía de alta restauración del grupo Zalacaín), donde pudimos contar, además, con el inestimable servicio del vino y las sabias apreciaciones del maestro de sumilleres, Custodio Zamarra. “Todos los caldos que vais a probar hoy son fantásticos”, sugirió Custodio a nuestro tribunal, mientras iba escanciando el líquido granate de unas botellas convenientemente embutidas en un forro negro, cortesía de la Unión Española de Catadores.

La cata se desarrolló el miércoles 29 de octubre, a partir de las 12.30 del mediodía, en dos turnos de 12 y 13 vinos, respectivamente, con una pausa de una hora para descansar los sentidos. El orden de la degustación fue establecido por Zamarra, de acuerdo a su propio criterio: de menor a mayor estructura, tanicidad y volumen en boca. Siguiendo la costumbre de El Mundo, los vinos se puntuaron sobre 20, con ayuda de unas fichas de cata individuales en donde los miembros del jurado debían valorar separadamente el color, la nariz (intensidad y complejidad), la boca (intensidad y complejidad) y la armonía general de cada muestra.

Dado que los catadores no eran profesionales, sino aficionados entusiastas, y su experiencia de cata, limitada (aunque casi todos habían hecho esto antes), las notas obtenidas de la media ponderada de las cinco puntuaciones resultaron levemente más altas de lo habitual en este tipo de concursos. No obstante, hay que resaltar la seriedad con que se tomaron la prueba y extraer, como consecuencia de lo ajustado de las notas, que los 25 vinos en liza acreditaron un nivel excelente. Gracias a todos por participar y que usted lo disfrute.

PONGA UN FAMOSO EN SU CATA por Alejandra Yáñez Velasco

Un músico de rock, una actriz, un presentador de televisión, un diseñador y un escritor, todos grandes aficionados al vino, se reunieron una mañana convocados por el Magazine, en el flamante In Zalacaín de Pozuelo (Madrid), para catar a ciegas y poner nota a 25 vinos muy actuales, procedentes de toda la geografía española. Ariel Rot, Remedios Cervantes, Sergio Sauca, Javier Larrainzar y Lorenzo Silva resultaron unos jueces entusiastas y ecuánimes. Estas son sus conclusiones y su veredicto...

Sergio Sauca periodista Presenta los deportes en el telediario de fin de semana y el programa Liga de Campeones, de TVE.
¿Desde cuándo tiene afición por el vino? La verdadera llegó en el año 98. Fui enviado al Mundial de Fútbol en Francia, a la zona de Burdeos, y durante ese mes me cautivó la pasión, el cuidado y el amor con el que tratan el vino allí. Me di cuenta de que había mucho más que los vinos españoles, que el Ribera y el Rioja. ¿Cuál es su mejor recuerdo asociado al vino? Una botella de Vega Sicilia de 1970 que tomé con unos amigos en Guadarrama. Ha sido el vino que más me ha impresionado. Inolvidable. Y las catas de vino que hacemos un grupo de amigos en Txistu una vez al mes. ¿Cómo ve los progresos del vino español? Fenomenales. En casi toda España se están haciendo unos vinos estupendos y cosas interesantísimas como en el Montsant o Castilla-La Mancha. Creo que habrá una revelación del vino español de cara al gran público en los próximos tres o cuatro años. Para una cita romántica... Empezaría con un gewürztraminer, en las entradas pondría un Casa Cisca, lo potente con un Malleolus y el postre con un Chivite 125. Echó de menos en la cata... Passanau “La Planeta”, el Alión, Pago de Capellanes y Alquíriz. Elige de la cata: Malleolus, Sierra Cantabria, Finca Sandoval, Castaño Colección y Finca Terrerazo.

Ariel Rot músico de rock Actualmente realiza una gira acústica de teatros y presenta un disco unplugged, apéndice de Lo siento Frank.
¿Desde cuándo tiene afición por el vino? A finales de los 80, en Argentina, me hice socio del Club del Vino y empecé a recibir información y cuando vine a España en los 90, aquí el vino comenzaba a despegar, aunque han sido definitivos los encuentros gastronómicos con mi amigo Federico Oldenburg ¿Cuál es su mejor recuerdo asociado al vino? La Nochevieja de 98. Nos fuimos mi novia y yo a Baracay, una isla filipina en el Pacífico y, precavidos de que no encontraríamos buen vino, nos llevamos unas botellas de Valbuena y las abrimos al atardecer en un barco. Fueron tan especiales las sensaciones que empecé a creer que existía Dios. ¿Cómo ve los progresos del vino español? Maravillosos, desde que comencé a conocerlo hasta ahora hay muchos vinos que se acercan y mejoran el Valbuena que mencionaba. El vino ocupa un lugar cada vez más importante, especialmente en cuanto a calidad y modernización del producto. Para una cita romántica... Un Leda, que fue el vino que llevé al hospital cuando nació mi hijo Mateo y compartí con mi mujer en esta especial cita a tres. Echó de menos en la cata... El Masía Esplanes. Elige de la cata: Enrique Mendoza Reserva Santa Rosa y Venus “La Universal”.


Remedios Cervantes Montoya actriz En este momento prepara un proyecto televisivo de cara a enero.
¿Desde cuándo tiene afición por el vino? Me ha gustado siempre, pero diría que hará unos 10 o 15 años que realmente disfruto tomando un buen tinto. ¿Cuál es su mejor recuerdo asociado al vino? No puedo precisar un recuerdo concreto. Para mí cualquiera en el que se combinen una buena compañía con una botella de buen vino. Una velada con esos parámetros tiene lo necesario para convertirse en un agradable recuerdo. ¿Cómo ve los progresos del vino español? Desde que empecé a tomar vino, mi percepción personal es que, en España, la gente está cada vez más interesada. De alguna manera, se ha conseguido que se incorpore a la vida cotidiana. Además es una bebida sanísima que nunca sienta mal, siempre y cuando se tome en su justa medida. Para una cita romántica... A mí me gusta mucho el Vega Sicilia, fue uno de los primeros vinos que probé y con él me di cuenta de que realmente el buen vino existía. Sin duda, me apunto a una cena romántica con este vino. Echó de menos en la cata... De mucho menos de 30 euros, el Martúe es un vino que me gusta mucho, muy agradable. Elige de la cata: Mendoza Reserva Santa Rosa y Dominio de Atauta.

Javier Larrainzar diseñador Lo último: presenta una colección de gafas y una de hogar y ha creado la etiqueta del vino Heredad de Baroja.
¿Desde cuándo tiene afición por el vino? Desde siempre. Es una tradición familiar, mi padre y mi abuelo eran grandes aficionados y yo, desde joven, lo fui, aunque, especialmente, desde que llegué a Madrid hace 10 años. En casa tengo mi propia bodega con unas 150 botellas. Lo que más me gusta es que me regalen vino ¿Cuál es su mejor recuerdo asociado al vino? Hay muchos recuerdos, buenas cenas, buenas tertulias, viajes en búsqueda de zonas para probar vinos. No podría decir ninguno en concreto. ¿Cómo ve los progresos del vino español? Increíbles, antiguamente era impensable encontrar esta calidad. Esta cata confirma que se están haciendo cosas fantásticas en toda la geografía. Te das cuenta de que no es una cuestión de climatología, porque se consigue sacar uva en cualquier zona y con la mejor calidad. Como en el Priorato, que se están haciendo unos vinos magníficos. Para una cita romántica... Estoy muy Ribera del Duero, diría un Hacienda Monasterio. Echó de menos en la cata... No he echado de menos ninguno, si falta alguno no lo conozco. Elige de la cata: el del Bierzo, Dominio de Tares Cepas Viejas, no tenía noción de que se estuvieran haciendo cosas tan buenas en esa zona.

Lorenzo Silva escritor Trabaja en su nueva novela Carta blanca y acaba de estrenar la película La flaqueza del bolchevique, de la que es guionista, basada en su novela del mismo título.
¿Desde cuándo tiene afición por el vino? Pues no me viene de hace demasiado, desde que empecé a viajar mucho por España, siete u ocho años. Iba a sitios que no conocía y allí probaba vinos del lugar y fui tomándole el gustillo. Es una curiosidad, pero yo encuentro que el vino marca cómo son la gente y el lugar. ¿Cuál es su mejor recuerdo asociado al vino? Tengo uno muy bueno de un viaje a Castilla, a Simancas. Probé una botella de Protos de Ribera del Duero con un amigo. Recuerdo tanto el vino como el reencuentro, diría que el vino sirve para fomentar la amistad. ¿Cómo ve los progresos del vino español? Para mí lo más importante es que se hace buen vino, bien y con criterio en todas partes. Hemos evolucionado mucho a la hora de hacerlos y ya no son sólo el Ribera o el Rioja. Para una cita romántica... Un Numanthia, cuesta unos 30 euros y creo que es el vino perfecto para que una persona perciba que la aprecias. Echó de menos en la cata... De Jumilla, el Carchelo; de Ribera, el Protos, y de la Rioja Alta, el Alta Río. Elige de la cata: Borsao Tres Picos, Castaño Colección y Dominio de Tares Cepas Viejas.


 
 
 
GUÍA PARA DISEÑAR SU PRIMERA “COLECCIÓN”
Si es usted debutante en el mundo del vino, he aquí unos consejos sobre el espacio en el que debe guardarse, las condiciones ideales para su conservación, la longevidad y las precauciones que hay que tomar al hacer las primeras compras. Además, le ofrecemos dos modelos distintos de bodega bien surtida.
JORDI VIDAL. FOTOGRAFÍA DE ÁNGEL BECERRIL
A toda persona amante de los placeres de la mesa le gustaría tener a su disposición una selección de vinos que combinen bien con las comidas que toma, se adapten a sus gustos y a las diferentes ocasiones de consumo. Pero antes de decidirse a comprar debería plantearse dónde y cómo los va a guardar. La conservación es, a menudo, uno de los factores más determinantes de la calidad del caldo que finalmente consumimos porque, mal conservado, se estropea y pierde sus cualidades. Si creemos no disponer de un lugar adecuado, es preferible comprar frecuentemente y no almacenarlo en casa.

Las condiciones que se han de reunir para conservarlo en buen estado son, básicamente, las que siguen: una temperatura fresca y constante (12-16 grados), humedad alta (70-80%), buena ventilación y ausencia de luz. Importa también que el lugar esté limpio y sin olores (evitar los espacios donde se guarden otros alimentos) y que no sufra vibraciones o excesivo ruido. El vino es un ser vivo que, cuanto mejor se conserva, mejor envejece.

Evidentemente, el lugar ideal es un local subterráneo, una bodega como las que suelen existir en las casas de los pueblos o en viviendas unifamiliares. Pero en la ciudad, lo más habitual es que se viva en pisos que no reúnen los requisitos anteriormente mencionados. Ante esta situación, y para evitar sorpresas desagradables, la mejor opción puede ser adquirir una cava climatizada, especie de nevera que reúne las condiciones ideales. Además, dada la gran oferta de marcas y modelos que ya existen en el mercado, es fácil encontrar una adaptada al gusto particular y al bolsillo (Eurocave y Caveduke son dos fabricantes especializados y de confianza, entre otros muchos).

En nuestra bodega es importante que mantengamos las botellas tumbadas, para garantizar que el vino esté en contacto con el corcho y no se reseque, produciendo pérdidas en las botellas y eventuales oxidaciones que pueden alterar la calidad del producto. Existen numerosos anaqueles fabricados en distintos materiales (madera, plástico, hormigón, etcétera) que se adaptan a la mayoría de los lugares y que, además, nos ayudan a tener nuestros vinos ordenados para poder acceder rápida y fácilmente a ellos.

Ya tenemos ese lugar seguro para conservar el vino y ahora nos enfrentamos a otro problema: qué comprar, cuánto comprar y dónde hacerlo. A la hora de aflojar el bolsillo, la premisa fundamental que nos debería guiar es adquirir vinos que nos gusten y que combinen bien con las diferentes comidas que realizamos (el tema del precio es menos importante, ya que en España tenemos la suerte de disponer de muchos vinos de calidad a precios todavía asequibles). Necesitamos caldos para diario, para el fin de semana, para ocasiones especiales...

Por fortuna, nuestra dieta alimenticia es muy variada y tenemos vinos tan diversos que es fácil que todo el mundo encuentre aquel que combina perfectamente con la comida que vamos a hacer. Buenas carnes, infinidad de pescados, variados productos de la huerta, sabrosas legumbres, sorprendentes quesos y tantas otras delicias gastronómicas que crearán esa armonía perfecta con vinos blancos, rosados, tintos, jóvenes o con madera, con mucho o poco cuerpo, más frescos o más aromáticos, vinos espumosos, vinos de licor, dulces o secos...

El abanico de posibilidades es infinito, el placer no tiene límites. Lo único que cuenta es que la combinación que realicemos nos guste y que podamos disfrutar simultáneamente del alimento y del vino, con todos sus matices y sin que uno anule al otro.

Longevidad. Para saber qué comprar, sobre todo con vistas a almacenar cierta cantidad de vino, hemos de considerar qué ciclo de vida tiene cada uno de ellos, cuánto tiempo se va a mantener en buenas condiciones. Lo mejor para estimar su duración es aprender a catar, a analizar sus cualidades, e ir probándolo de tanto en tanto para apreciar sus cambios de estado. Como regla general, se puede decir que:

Los vinos jóvenes tienen una vida corta, de uno a tres años, más efímera en el caso de rosados, de algunos blancos y cavas (ligeros) y de tintos (como los de maceración carbónica, ideados para ser consumidos en plena juventud).

Los vinos que han pasado por madera suelen aguantar un poco más, de tres a cinco años. Entre éstos, los llamados de media crianza (o roble, como se suele indicar ahora en las etiquetas) son, junto a algunos crianzas, los de menor proyección. Después entrarían los crianzas con más cuerpo y los vinos de reserva.

Los vinos Gran Reserva o Reserva Especial suelen estar concebidos para aguantar bien el paso del tiempo, se pueden conservar entre cinco y 10 años.

Finalmente, los vinos de larga vida, que pueden mantenerse bien por encima de 10 años, son normalmente vinos de licor del tipo amontillado, oloroso, PX, oportos vintage o grandes dulces, como los de Sauternes, Tokaj...

Esta posible vida del vino depende mucho de la zona de producción, de la variedad con que se ha elaborado, del productor y del año de cosecha.

La cantidad de vino a comprar depende, obviamente, de nuestras necesidades. Si nos planteamos que el consumo de vino anual per cápita en España ronda los 30 litros (unas 40 botellas) y que no se suele beber solo, no sería descabellado que una pareja tuviera una reserva de más o menos 80 botellas para consumir en un año.

Siempre es mejor adquirirlas de dos en dos para evitar que nos falte nuestro caldo preferido en el momento preciso y para prever que alguna de ellas no esté en buen estado. La cantidad de cada vino estará estrechamente ligada a la frecuencia de consumo y a las ocasiones en que lo tomemos.

Dónde comprar. Hoy por hoy hay una infinidad de lugares donde adquirir vino. La garantía de que el producto haya sido bien conservado y que se mantenga en buenas condiciones ha de ser nuestra prioridad. Es importante que nos fijemos no sólo en si se cumplen las nociones básicas de conservación (temperatura, humedad...), sino también en si los vinos rotan, se mueven, y no pasan meses o años en las estanterías antes de llegar a nuestra mesa.

Siempre que podamos, lo compraremos en las propias bodegas productoras, por la garantía del buen estado y por ese lazo sentimental que se suele crear al conocer al autor o autores del producto.

En grandes superficies deberemos tener cuidado. Muchas veces los vinos sufren en el almacenamiento y, saliéndonos de los clásicos, casi nunca rotan.

Es una gran suerte para el consumidor que, gracias a este fenómeno de moda que vive la enología en España actualmente, hayan proliferado los establecimientos especializados en su venta. En ellos se suele cumplir la garantía de la conservación, contando, además, con personal cualificado (y apasionado) dispuesto a asesorarnos y a guiarnos en la compra.

Otra interesante opción, sobre todo en zonas mal abastecidas, son los clubes de vino. Suelen dar buena información, son cómodos, ya que nos lo traen a casa, y fiables en cuanto al trato que le dan.

Sin olvidarnos de todas las propuestas que se nos ofrecen vía Internet.

Así que no lo dude: resuelva todas sus dudas sobre lo que debe comprar (abundan las revistas y guías especializadas en información general sobre el vino), fórjese un criterio (nadie mejor que usted sabe lo que le gusta) y compre siempre que sepa que lo podrá conservar bien. Por último, no debe olvidar que no existen buenos o malos vinos: están los que nos gustan más o menos y los que podemos o no permitirnos.
 
 
 
 
¿ADIÓS AL TAPÓN DE CORCHO?
En los últimos años, el tapón sintético ha ido comiendo terreno al cierre tradicional en el mercado de los vinos de calidad. Su precio, su estética divertida y, sobre todo, la posibilidad de evitar la contaminación del caldo con el fatídico gusto a corcho han convertido a estos “hijos del plástico” en una alternativa más que efectiva. Algunos pronostican que, en menos de una década, la mitad de las botellas que se fabriquen llevará este producto nada orgánico. Otros se niegan a que el alcornoque, de donde se extrae el corcho, pierda su protagonismo.
ALEJANDRA YÁÑEZ VELASCO. FOTOGRAFÍAS DE JOSE MARÍA PRESAS
Todo comenzó con algo que se conoce como bouchoné, goût a bouchon o, para entendernos, sabor a corcho, descriptiva perífrasis que hace referencia a la contaminación del caldo con el material que lo guarda. No se trata de un hecho aislado, anecdótico: entre un 3% y un 5% de la producción mundial de vino se pierde debido, precisamente, a él. Han sido las cuantiosas pérdidas económicas que ocasiona este pernicioso suceso las que han impulsado el desarrollo, por parte de diversas multinacionales de la alimentación y en vista de la imposibilidad de controlar la naturaleza misma del corcho, de tapones sintéticos, que vienen a paliar un doble problema, el económico y el de falta de materia prima que sufren los productores al otro lado del Atlántico, que les obliga a depender de los alcornocales del Mediterráneo occidental.

Hasta no hace mucho, el corcho sintético vivía en el feudo de los vinos baratos. Nadie podía imaginarse un vino de calidad guardado por un polímero. Fue el bodeguero californiano Robert Moldavi quien, una vez más –también fue él quien osó dejar de lado el plomo en las cápsulas para sustituirlo por el lacre–, abrió la veda de su uso para caldos más valorados. Tras su estela vinieron muchos otros (en España, por ejemplo, las bodegas Guelbenzu). Pero fue un pequeño escándalo, bautizado como el caso Valbuena, el que puso en la picota el problema del TCA (nombre que recibe la molécula que confiere al vino el gusto a corcho).

Imagen dañada. Una partida de las botellas que guardaban la cosecha del 94 de este caldo se infectaron por tapones contaminados. Cuando la bodega advirtió el problema, 130.000 ya estaban en el mercado. Rápidamente, reconoció el problema y garantizó la devolución del dinero. Pero, a pesar de que sólo 500 botellas fueron devueltas, la imagen de la marca quedó lesionada, por no hablar de las 40.000 que nunca salieron de Vega Sicilia. Otro dato: para lograr los 186.000 corchos que la bodega necesitaba para la siguiente añada, se rechazaron más de 300.000 por no llegar a los parámetros exigidos.
Se calcula que, cada año, se embotellan entre 12.000 y 13.000 millones de botellas de vino con tapones de corcho. Sin embargo, debido a la molécula TCA, así como a otros pequeños problemas de hongos y de filtraciones hacia el exterior, los termopolímeros plásticos, los elastómeros, la espuma a base de etileno, el propileno, el uretano y las siliconas, están usurpando su mercado natural. Ese pequeño porcentaje de pérdidas se convierte en gigante para el productor que intenta garantizar su calidad y la única manera de hacerlo es eliminar a la madre naturaleza del proceso e introducir materiales de laboratorio. Sus defensores señalan muchas ventajas: son más predecibles y fáciles de controlar (un material inorgánico no permite el crecimiento microbiológico ni la formación del TCA); evidentemente, son más limpios y ni se quiebran ni generan polvo; se puede fabricar en distintos colores, detalle importante a nivel estético; puede volver a colocarse fácilmente en la botella; permite que el vino no se tenga que guardar en posición horizontal, porque no necesita humedad para permanecer expandido y evitar así el paso de demasiado oxígeno a la botella...

Pero los consumidores de este invento saben que los tapones sintéticos aún son plenamente admisibles con vinos de consumo rápido. De mayor consistencia y uniformidad, permiten una menor entrada de aire al interior de la botella, con lo que resultan poco recomendables para los caldos que necesiten evolucionar una vez embotellados. Tampoco hay que confundirse sobre los precios: un tapón sintético en condiciones no cuesta menos de ?8 céntimos de euro si ha de tener cierta calidad.

De lo que no se habla tan a menudo es de las consecuencias de la desaparición del corcho como guardián material del vino. Especialmente en España, segundo productor mundial. Grupos ecologistas ya han comenzado a desatar campañas que animan a los consumidores a rechazar botellas que favorezcan la amenaza sintética debido a su relación directa con una más que probable extinción de los bosques de alcornoques. Las pasadas Navidades, en el Reino Unido se impulsó una campaña de concienciación en este sentido que advertía de los peligros de lo sintético: mientras las empresas que los comercializan podrían hacerse con el 50% del mercado en sólo una década, cuesta al menos 25 años poner en marcha una plantación de alcornoque. Si la demanda de corchos para el vino disminuyera de manera relevante, las plantaciones no tardarían en seguir su mismo camino, con el consiguiente detrimento del tejido industrial y ecológico: no hay que olvidar su importancia a la hora de evitar la desertificación de gran parte de la península Ibérica.

Está sin probar. Pero no sólo los ecologistas están en contra del desarrollo de este mercado. Recientemente, el enólogo Pascal Chatonnet, uno de los principales investigadores de los factores microbiológicos en el vino, señalaba: “Algunos de estos tapones son útiles para evitar la contaminación, pero no todos. Además, aún no sabemos si el plástico del que están hechos podría aportar algunos elementos extraños al vino –autorizados, por supuesto, pero aun así no naturales– que pudiesen crear nuevos problemas en un futuro cercano. Estos tapones han aparecido porque hay una necesidad de corcho sintético para vinos de rápida rotación y consumo. Otra cosa son los vinos de guarda, que requieren corcho de excelente calidad”.
 
 
 
 
LA REVOLUCIÓN “ON-LINE”
Internet es el arma para hallar los precios más ventajosos. He aquí las mejores web
JUANCHO ASENJO
Internet ha supuesto, en los últimos ?0 años, una revolución en la venta de vino. Después de unos inicios vacilantes, donde muchas de las empresas que nacieron con vocación de liderazgo fueron desapareciendo, el cliente ha ido recuperando la confianza y la normalidad ha llegado al sector. La solidez de las web ha ido en constante crecimiento y la oferta se ha especializado.

Estamos ante la posibilidad de rastrear la existencia de cualquier vino por raro que sea y el precio de compra más favorable. En la actualidad, la mayoría de las tiendas on-line presentan la información de costes de envío o los impuestos, si los hubiere, con mayor claridad.

Son ya numerosos los establecimientos que han creado su propia venta a través de la Red, convirtiéndose en una prolongación de la tradicional venta in situ. Arma fundamental para todo aquel que desee encontrar un vino con el precio más ventajoso son dos buscadores: www.wine-searcher.com y www.winealert.com

www.lavinia.es Para todos los gustos Ofrece un surtido de más de 2.500 vinos a un golpe de ratón. Posee buscadores muy completos que seleccionan los caldos según el gusto del cliente; por variedades, zonas, países, precios…, y rápida entrega. La venta por la Red supone el 10% de la facturación de la empresa. Es una de las 10 web con más número de visitas del mundo.

www.vilaviniteca.es Aficionados y profesionales Escaparate de la amplia y escogida selección de vinos que se pueden adquirir en la tienda. El aumento de visitas ha sido constante, incluidos todos los profesionales que consultan precios y datos de interés. Falta un motor de búsqueda, pero la captación de clientes diferentes a los que visitan la tienda va en aumento.

www.todovino.com EnRedados Se trata de una empresa que es la mezcla entre un club de vinos y venta a distancia (Internet, correo, teléfono...). Las ventas a través de la Red suponen el 30% del total. La guía anual no tiene publicidad y su misión es asesorar a sus clientes y facilitarles la elección de vinos. A partir de la próxima guía, ésta se podrá consultar gratis en la propia web.

www.pecadosoriginalesvinos.com Para asiduos Nace con la finalidad de informar a sus clientes habituales de la amplia gama de productos y precios que ofrece la tienda, radicada en Valladolid. Básicamente se hallan los vinos que se pueden comprar en el local. En unos meses contará con la sección “sólo hoy”, donde se podrá adquirir un vino en oferta sólo ese día.

www.1855.com Franceses Llevar en el nombre el año de la primera clasificación oficial de vinos de Burdeos tiene su responsabilidad. Más de 15.000 referencias de vinos franceses con un motor de búsqueda sencillo y calificaciones de la propia web y de Robert Parker, el gran gurú del vino. La entrada y salida de vinos tiene sus peros; no siempre se halla la añada que uno desea.

www.vins-rares.fr Regalos de capricho Peter Thurstrup es una coqueta y distinguida tienda, vecina a la Ópera de París, que lleva muchos años surtiendo de vinos raros a todos los amantes del vino. Si quiere regalar a su pareja o a un amigo un caldo de la añada en que nació o desea darse un homenaje con una botella del año en que se casó acaba de hallar el sitio ideal.

www.howardripley.com Alemanes Todos los apasionados de los vinos alemanes y de Borgoña encontrarán en esta web casi todo lo que desean. El visitante descubrirá una útil información de la calidad de las añadas y podrá comprar esos vinos con los que uno no se topa nunca. Los precios son acordes a la fama y a calidad de los vinos.
 
 
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