Reportaje

¿Se le ha pasado por la cabeza la idea de hacer el amor hoy, pero una nube de ansiedad ante un posible desencuentro sexual le corroe?

Reportaje
SOLUCIONES PARA MUJERES (de izquierda a derecha):
- Parche de testosterona: creado por procter&gamble, libera testosterona en la zona pélvica. Varias empresas trabajan en una versión para mujeres cuya libido haya disminuido tras una operación.
- Viagra:algunos especialistas apoyan la terapia con viagra para mujeres. Actúa igual que en el pene masculino: incrementa el aporte sanguíneo en el clítoris.
- Crema de prostaglandina: vivus está desarrollando una crema con esta sustancia que estimula el flujo de sangre en la zona genital, mejora la lubricación y alivia la disfunción orgásmica.
- Alprostadil: otra empresa, Nexmed, trabaja en su propia crema femenina similar a la prostaglandina e-I.
- Eros clitoriano: este artilugio ha sido recientemente aprobado en Estados Unidos. Posee una bomba del tamaño de un dedal que se ajusta al clÍtoris y hace el vacío.

Sepa que no está solo/a en su angustia. Según el mayor estudio poblacional sobre conductas sexuales realizado recientemente en Occidente desde el famoso informe Kinsey (publicado hace más de 40 años), cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres sufren lo que los expertos definen como "disfunción sexual" (DS para los iniciados). Una expresión hermafrodita que ha desterrado al desván de los arcaísmos conceptos como "frigidez" e "impotencia" y que incluye desde ausencia de deseo sexual y problemas de lubricación, hasta dolor vaginal, anorgasmia (falta de orgasmo), disfunción eréctil e incluso un nuevo concepto que algunos expertos definen como "orgasmos atenuados". Publicado el año pasado en JAMA (el prestigioso Diario de la Asociación Médica Norteamericana) y basado en 3.200 encuestas a hombres y mujeres de entre 18 y 59 años, la conclusión de los expertos no deja lugar a dudas: "La disfunción sexual es un problema de salud pública que afecta directamente a la calidad de vida de hombres y mujeres y que la medicina no ha estudiado lo suficiente".

Y eso, a pesar de tener Viagra -primera pastilla capaz de conseguir erecciones a voluntad- en las farmacias. Y de que la capacidad hidráulica del sildenafil (principio activo del fármaco que actúa aumentando el flujo sanguíneo en el órgano sexual masculino) sea un hecho. Entre un 60% y un 70% de eficacia comprobada y 180.000 millones de pesetas sólo durante el primer año han convertido a Pfizer en la segunda compañía farmacéutica del mundo por volumen de negocio.

Despensa sexual. La buena noticia, tanto para hombres como para mujeres, es que hay mucho más que Viagra en la despensa sexual. Se calcula que una decena de fármacos y artilugios están hoy en fase de experimentación en otros tantos laboratorios del mundo. Los tratamientos son de dos tipos: terapias hormonales, que restauran el deseo y la libido, y varios tipos de medicamentos y dispositivos pensados para restaurar el flujo sanguíneo en los genitales y mejorar la respuesta erótica.

¿Ejemplos? Parches (Procter & Gamble) y pomadas (Unimed Pharmaceuticals) de testosterona para mejorar el deseo y la respuesta sexual tanto en hombres como en mujeres; hormonas de acción triple para la mujer, como la tibolona (Organon); aparatos de vacío (para las mujeres), con una especie de dedal diseñado para atraer la sangre al clítoris y que, aunque parecen artilugios de sex-shop, acaban de ser aprobados por la FDA (máximo organismo regulador de comida y medicamentos en Estados Unidos). El campo debe de tener futuro. El propio Bill Gates ha adquirido el 13% de ICOS Corporation, una compañía que desarrolla uno de los fármacos en estudio (una pastilla de la que lo único que se sabe es su nombre codificado, IC351).

LAS CIFRAS. cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres sufren lo que los expertos definen como "disfunción sexual".

La panoplia de variedades no conoce límites. Los propios fabricantes no parecen comprender el alcance sociológico/ético de los productos que están creando. Investigadores de Vivus, compañía que desarrolla una crema de prostaglandina E-1 (otras empresas investigan con geles y parches con la misma sustancia, con efectos similares a los del sildenafil), han llegado a afirmar que, con ayuda de su producto, "una mujer podría ser capaz de experimentar un orgasmo con muy poca estimulación vaginal".

Mientras todo eso se concreta, el primer competidor directo de Viagra -el hidroclorato de apomorfina (Uprima)- acaba de ser aprobado por la FDA y las autoridades sanitarias europeas. Desarrollado por laboratorios Abbott y por lo visto con pocos efectos secundarios (mareos y algún desmayo por bajada de tensión, pero de momento ningún problema cardiaco ni fallecimiento) no tardaremos en oír hablar de esta pastilla que se disuelve en la boca bajo la lengua. Su novedad : genera una erección en apenas 15 minutos y lo consigue de forma completamente diferente al sildenafil.

"En vez de propiciar el llenado del pene, actúa directamente en el cerebro: el órgano sexual más importante", explica el doctor Timothy Fagan, de la Universidad de Arizona, que ha testado el fármaco. "Uprima aumenta los niveles de dopamina (un neurotransmisor) en una región del cerebro crucial para iniciar y mantener el proceso de la erección. El hecho de que actúe en el sistema nervioso central, no de forma periférica, como la Viagra, abre todo un campo de posibilidades en el tratamiento de las disfunciones sexuales. Por ejemplo, permite pensar en su aplicación en las mujeres, un sector al que los laboratorios están dedicando últimamente una atención extraordinaria".

"Lo que está ocurriendo ahora es una segunda revolución sexual", explica Carmen Menéndez, directora médica del Instituto Palacios de Salud y Medicina de la Mujer de Madrid. "Primero, porque la Viagra ha sacado los problemas sexuales de muchas parejas a la luz: la existencia de un fármaco, un tratamiento, hace que la disfunción sexual se vea como un problema médico y, por tanto, algo de lo que se puede hablar. Segundo, porque en la marejada levantada por la Viagra, la mujer no sólo está exigiendo que sus problemas sexuales sean también objeto de investigación científica, sino que urge a los laboratorios para que desarrollen fármacos eficaces capaces de tratarlos. La diferencia es casi metafísica. Durante todo el siglo pasado, los médicos remitíamos los problemas sexuales femeninos al diván del psicólogo. Ahora, las mujeres quieren soluciones biológicas y sofisticadas, que pasen por el laboratorio. Obviar esa realidad es un error histórico".

Nuevas soluciones. El caso de Teresa, 39 años, diseñadora gráfica, con dos hijos de nueve y cinco años, describe claramente la situación. Hace año y medio a Teresa le extirparon los ovarios por una tumoración bilateral que afortunadamente resultó ser benigna. "Al poco de la operación, caí en un estado previo a la depresión", cuenta. "Me sentía como si me hubieran castrado. No experimentaba ningún deseo, el coito era cada vez más doloroso y rehuía a mi marido en la cama. Nuestra relación de pareja iba de mal en peor. Yo lloraba recordando lo feliz que había sido mi vida sexual previa a la operación. Hacíamos el amor varias veces por semana y a menudo tomaba yo la iniciativa. Quizá ese recuerdo me llevó a buscar remedio. `Si los hombres impotentes tienen prótesis, inyecciones y pastillas a su disposición, algo debe de haber para mí', pensé. Expliqué mi problema al cirujano que me había operado, pero resultó ser un hombre chapado a la antigua y con los libros viejos, como dice mi marido. Más o menos, me vino a decir que todo estaba en mi cabeza, y me despachó con una receta para un lubricante vaginal. `De todos modos, usted ya tiene casi 40 años', añadió. Me sentí indignada. Entonces acudí a la consulta de la doctora Menéndez. Me dijo que siguiera con el lubricante en un primer momento, pero que lo importante en mi caso era la terapia hormonal. La falta de ovarios conlleva un déficit de estrógenos y andrógenos y eso se traduce en disfunción sexual y otros problemas típicos de la menopausia, me explicó".

BUENA NOTICIA.La viagra no es la única solución. Se calcula que una decena de fármacos y artilugios están hoy en fase de experimentación.

Le recetó parches de estrógenos para recuperar la elasticidad y la lubricación de su vagina, mejorar su estado general y su depresión, y le puso un implante de testosterona (una pequeña lentejita subcutánea que libera la hormona gradualmente) para restaurar el nivel de andrógenos que producían sus ovarios, esencial para que recuperase su libido. De todo eso hace diez meses. ¿Resultado? "Yo le digo a la doctora que creo que las hormonas han restablecido la comunicación entre mi cerebro (donde se genera el impulso sexual) y mis genitales (donde tiene lugar la respuesta)".

Viagra para mujeres. Aunque los estudios al respecto no son aún concluyentes, algunos especialistas no pestañean a la hora recetar Viagra a mujeres que precisan una terapia sexual integral. Es el caso de las hermanas Laura y Jennifer Berman, investigadoras de la prestigiosísima Clínica de Salud Sexual de la Mujer del Boston University Hospital. "Estamos estudiando tratamientos combinados de terapia de sustitución hormonal (estrógenos y progestágenos) con fármacos diseñados para mejorar el flujo sanguíneo en los genitales -Viagra, fentolamina, prostaglandina...- en menopáusicas y mujeres a las que se les ha extirpado el útero y los ovarios. De momento, los resultados en parámetros como la respuesta sexual son espectaculares".

El director del Centro de Urología, Andrología y Sexología de Palma de Mallorca, el doctor Rosselló Barbará (el urólogo que más prótesis peneales ha implantado en España), explica el mecanismo. "El Viagra actúa en el clítoris femenino del mismo modo que en el pene masculino: incrementando el aporte sanguíneo. Esa mayor afluencia de sangre hace que aumente de tamaño y que mejoren la sensibilidad y la lubricación vaginal, con lo que la sensación de placer aumenta". Para el doctor Irwin Goldstein, director de la citada clínica de la Universidad de Boston, esos medicamentos tienen una aplicación adicional. "Al igual que los hombres tienen unas cinco erecciones nocturnas, las mujeres tienen de cuatro a cinco erecciones clitorianas cada noche. Los fármacos que mejoran el flujo sanguíneo genital pueden potenciar ese mecanismo reflejo tan esencial para la salud sexual. Y es que las erecciones nocturnas son como la batería que recarga la maquinaria y la mantiene en buen uso".

RECORD. En contra de lo que se piensa, el récord de disfunciones sexuales lo ostentan las jóvenes solteras y los hombres de más de 50 años.

A menudo, el problema no está tanto en la disfunción en sí como en que ambos sexos aprendan a sincronizar sus respuestas eróticas. Para algunos hombres, el shock de reencontrarse con la emoción de las erecciones perdidas ha sido demasiado fuerte como para esperar un segundo más a disfrutar de ellas. Por ejemplo, para F. M., empresario de 63 años que no dudó en abandonar mujer, hijos y nietos e irse a Canarias "a vivir hasta que aguante el cuerpo" su reestrenado poderío sexual. Para otros -personas con problemas de corazón y en tratamiento con nitratos, que tomaron sildenafil a pesar de estar contraindicado en ellos- el sexo redivivo fue su canto del cisne. Es el conocido caso del general Abacha, de Nigeria, que murió en su cama, con una mujer a cada lado, en plena embestida erótica azuzada por una dosis cuartelera de Viagra. Cada país tiene su propia lista de personajes públicos con historias de ingresos apresurados en urgencias provocados por el fármaco. No en vano el 80% de los usuarios es hombre mayor de 50 años. Aunque, curiosamente, las contraindicaciones de Viagra han redundado en mayor número de prótesis peneales. "El fármaco ha arrastrado por primera vez a las consultas del urólogo a muchos hombres con problemas de erección", explica el doctor Rosselló. "Una vez dado ese paso, muchos de los que resultan no ser candidatos se plantean la posibilidad del implante peneal".

Para las también maduras mujeres de estos hombres que ya les habían acostumbrado a sexo poco consistente, el shock del reencuentro con una vida sexual ajetreada no es menor. En un artículo titulado Viagra wives (Las esposas del Viagra), la doctora Julia G. Strand, codirectora de la Unidad de Comportamiento Sexual de la Universidad Johns Hopkins dice: "Para muchas mujeres maduras (¡y hay que aclarar que la plenitud sexual femenina se alcanza pasados los 40 año!), el que su pareja tome Viagra o se ponga una prótesis ha significado un reencuentro feliz con su memoria erótica o ha supuesto mejoras en la forma de hacer el amor. En cambio, para aquellas cuya vida sexual había sido poco intensa o de mala calidad durante años, puede significar un conflicto. Porque si el repertorio sexual de una mujer no es especialmente rico y su pasado erótico tiene escaso o nulo poder evocador, va a costarle mucho más que una erección de su marido recuperar el interés. Sobre todo, a una edad en que el organismo empieza a tener goteras de todo tipo".

De hombres y mujeres. "Diabetes, cardiopatías, tasas altas de colesterol, lesiones en la espina dorsal, trastornos hormonales, tabaco..,. los mismos trastornos que provocan problemas de erección en el hombre pueden producir disfunción sexual en la mujer", explica la doctora Laura Berman. "También, si la cirugía de próstata puede conducir a la impotencia, la cirugía pélvica en la mujer puede seccionar vasos y nervios esenciales para la respuesta sexual. Y esos problemas pueden interactuar con problemas emocionales, baja autoestima, mala imagen corporal, traumas sexuales o con fármacos (por ejemplo, con antidepresivos como el Prozac o medicamentos para la hipertensión)".

SINCRONIZACIÓN. A menudo, el problema no está tanto en la disfunción en sí como en que ambos sexos aprendan a sincronizar sus respuestas eróticas.

Aunque las mujeres lo tienen muy claro: no hay medicamento capaz de restaurar el deseo en una mujer resentida hacia su pareja o que sienta temor hacia ella. La sexualidad femenina es un conjunto de vivencias muy complejas, con un componente sensual muy intenso. "Los hombres no acaban de comprender la importancia que tiene para la mujer vivir el sexo con un hombre que no sólo tenga erecciones decentes, sino que les inspire confianza, seguridad, ternura y que dedique tiempo al juego erótico previo...", explica David Osborne, psicólogo de la Clínica Mayo. "Muchos hombres se muestran reacios a las caricias que creen que no conducen a nada. No saben lo que se pierden. Yo les propondría que hagan la prueba de dar y dejarse dar masajes en la espalda, los pies, el cuello, la cabeza... El tacto aumenta la sensualidad, porque estimula la liberación de endorfinas (sustancias químicas del organismo que mejoran el estado de ánimo). Además, las caricias suaves reducen la presión arterial y producen sensación de bienestar. Las parejas que se tocan frecuentemente de una forma sensual se sienten mejor porque, en términos médicos, están mejor. Independientemente de las terapias farmacológicas, el contacto físico cariñoso y relajado predispone a la mujer -y al hombre- para hacer el amor de la manera más placentera posible". Paloma, de 29 años, lo ha comprobado personalmente. Casada hace un año y muy enamorada de su marido, sin embargo, siempre encontraba excusas para evitar las relaciones sexuales con él. "La penetración era una pesadilla, jamás había tenido un orgasmo por ese método, el dolor era insoportable y las cremas no servían para nada".

La doctora Menéndez no necesitó preguntarle por su problema. "La primera vez que acudió a mi consulta, lo comprendí. Resultaba casi imposible explorar a Paloma. Sospeché que su vaginismo podía tener relación con algún trauma sexual. Finalmente se sinceró. Me confesó que, de niña, había sido forzada sexualmente por un amigo de la familia. Aparte de eso, estaba sana, con niveles hormonales normales. Con ayuda de un dilatador, fuimos trabajando poco a poco con su vagina. Le daba el aparato a ella, para que fuera dilatando el conducto y comprendiera que aquello no tenía por qué dolerle, que es un tejido muy elástico. Finalmente, le propuse que se comprara ella un dilatador y trabajara el problema con su marido, en casa, tal como habíamos hecho en la consulta. El cambio que se ha producido en Paloma es conmovedor. Hace unas semanas acudió a mi consulta y me dijo: `Quiero tener un hijo. Creo que estoy preparada'".

"Las mujeres empiezan por fin a comprender que, a cualquier edad, tienen derecho a vivir el sexo plenamente", dice el doctor Osborne. "A su vez, los médicos tenemos que interiorizar la idea de que la sexualidad es una parte integral de la salud, la calidad de vida y el bienestar general y que es nuestro deber ampliar nuestros conocimientos para atender debidamente las preocupaciones sexuales de la población".


TOP  LA REVISTA VOLVER
Reportaje