Placeres
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Clásicos de la literatura, best-seller, cuentos infantiles o cómics salen de las bibliotecas municipales para instalarse en la costa. las biblioplayas son un original servicio de préstamo que permite a los lectores empedernidos disfrutar con los libros sin dejar de tomar el sol.

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Algunos despistados aún confunden las bibliotecas playeras con chiringuitos en los que comprar helados o refrescos. Pero, en realidad, se trata de un servicio utilísimo para aquellas personas que, en vez de llenar su maleta con los best-seller de la temporada, optan por pedirlos prestados en estas bibliotecas móviles. Las biblioplayas forman parte de una campaña que algunos ayuntamientos han puesto en marcha para fomentar la lectura en los periodos vacacionales, cuando el servicio de préstamos de las bibliotecas municipales queda bajo mínimos. Una iniciativa que pretende invertir la tendencia a la baja que, según una encuesta sobre hábitos culturales de los españoles publicada por la Sociedad General de Autores (SGAE), sufre el índice de lectura en España. Este estudio revela que el número de españoles que no leen libros ha pasado del 41,7% al 49,9% en el decenio de los 90. Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz; Arenys de Mar, Castelldefels y Calella, en Barcelona; Puntaumbría, Matalascañas y Ayamonte, en Huelva; Benidorm, en Alicante; Benicàssim, en Castellón; Las Teresitas, en Sta. Cruz de Tenerife o el Puertillo, en Gran Canaria son algunas de las muchas playas nacionales que cuentan con el servicio de biblioplaya. En sus pequeñas instalaciones, llegan a ofrecer hasta 500 títulos procedentes de los fondos municipales. A pesar de que un estudio del Instituto de la Juventud concluye que menos del 20% de los jóvenes leen durante su tiempo libre, los primeros en acercarse a los quioscos que alojan las bibliotecas playeras y sus más frecuentes usuarios son los niños, por lo que gran parte de su catálogo está compuesto por cuentos infantiles, novelas juveniles y cómics. Para los adultos, reservan clásicos de la literatura universal, biografías, revistas y prensa diaria. En general, sólo es necesario rellenar una ficha de inscripción o presentar el DNI para poder llevarse alguno de sus volúmenes, que tienen como fecha tope de devolución el día en que se cierra la biblioplaya (a lo largo del mes de septiembre). Pero su actividad no se reduce sólo al préstamo de libros. En la de la playa de Arenys de Mar, por ejemplo, se organizan actividades relacionadas con los libros, como lectura de cuentos para niños y talleres de manualidades relacionados con ellos (por las tardes) y lectura de cuentos para adultos (a partir de las 10 de la noche). Cualquier pequeña novedad que tenga que ver con los libros sirve para atraer a nuevos lectores en un país que, a pesar de tener un índice de lectura que le sitúa junto a Grecia, Portugal e Irlanda en la cola del ranking europeo (menos de un 50% de la población lee al menos un libro al año, según datos de la Fundación Bertelsmann), edita anualmente más de 50.000 títulos.

Texto: Juan Francisco Ferrer, Antonio Pradas y Marc Vila.
Fotos: Lola Fernández

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