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José Ángel Ezcurra. "Me enamoré de él hacia 1944. Yo iba a cumplir los 16 años, y fue el primer hombre al que besé y que me gustó. Me sacaba a bailar al Pasapoga y paseábamos por el Retiro. Era una bella persona, pero su familia no quiso que hubiese nada (...). Con José Ángel podía salir, porque era como un hermano. Pero un hermano que me gustó y con el que me sentí mujer, aunque él no llegara a enamorarse de mí".

Cesáreo González. "Me acosó, me hizo proposiciones deshonestas, quería que yo fuese su "amiga". Yo sabía que él tenía una hija y me aferré a ello".


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ÉPOCA DORADA EN HOLLYWOOD. A la izquierda con Kirk Douglas y a la derecha con Alfred Hitchcock

Miguel Mihura. "Flipó por mí y yo por él, aunque él de una manera más responsable, cariñosa y dulce que yo (...). Yo no era tan dulce como aparentaba. Siempre he sido callada, pero tenía mi genio y mi energía. Tanta energía que me enamoré y quise casarme con él, pero no quiso (…). Él me quería con muchísima ternura y yo, en cambio, con pasión y con deseo. Lo de Miguel Mihura sí fue amor. Me entregué a él en cuerpo y alma (...). Aunque nos habíamos conocido en 1945, no empezamos a acostarnos hasta 1947. Pero en los casi cuatro años que estuvimos juntos, podría contar con los dedos de una mano las noches que habré dejado de dormir en mi casa".

León Felipe. "León era un hombre que me arrastraba, pero al que no amaba. Yo no tuve hacia él un amor como el que él sentía por mí. Jamás estuvimos juntos. Le tenía un cariño muy grande pero no podía estar con él. No entiendo cómo no me acosté con León y sí en cambio con Plaza, siendo que a León Felipe lo he querido y admirado mucho más que a Juan Plaza".

Severo Ochoa. "Al amor de mi vida lo conocí en Nueva York. Muy poca gente lo supo entonces, y a muy poca gente se lo he dicho después. Es algo que siempre he creído convenientemente que permaneciera oculto (...). Con Severo Ochoa tuve un amor que nació herido. El nuestro fue un amor imposible. Nunca había engañado a su mujer, nunca en la vida (...). Para él, Carmen era intocable, pero, como dice la canción, yo era la primavera y ella el otoño. Nos habíamos visto tan sólo dos veces, sí, pero no importó. Lo nuestro fue rápido, fulminante, cuestión de química".

Anthony Mann (marido). Lo quise. No se trataba de sexo, sino de protección, de la búsqueda de un padre (...). Tony me gustaba, le quería, me hacía feliz cuando hacíamos el amor, pero no había pasión, no había química (...). Fracasé con Tony porque me había agarrado a él sólo para huir de Severo, pero sin amarlo.

Pepe Tous (marido). "Nada más verlo, me gustó físicamente. Luego descubrimos que nos acoplábamos muy bien, que teníamos una química muy buena, pero ya no éramos jóvenes (...). Con Pepe tuve la madurez, la serenidad. Mi vida con Pepe tuvo cosas maravillosas, pero ya no tuvo locura".

Ernest Hemingway. "Aunque yo estaba con Severo, Ernesto y yo estuvimos juntos una vez. Sin embargo, no se puede decir que por eso engañase a Severo, porque yo no estuve con Ernesto por amor. Mi amor era para Severo; por Ernesto sólo sentí una mezcla de deseo sexual y admiración (...). En una ocasión fuimos a cenar a un restaurante detrás del malecón, y después me llevó a su casa e hicimos el amor. No pensé que con eso hiciese daño a Severo ni que le pusiese los cuernos, porque yo ni siquiera sabía lo que era poner los cuernos, no me pasaba por la cabeza que yo estuviese traicionándole. Para mí era simplemente cuestión de un placer pasajero".

José Vicente Ramírez (marido). "Chente era una persona nueva; un chico joven, cosa rara en mi vida; que me caía bien pero con el que no había tenido nada de cama. Tonteábamos, sin más (...). No sé por qué me enamoré de Chente, y menos aún sé por qué me casé con él. Lo he pensado mucho y aún lo ignoro. Sólo sé que fue un error".

Joe Kanter. "Joe y yo tuvimos un romance muy agradable. Hacíamos el amor, pero lo más importante era la compenetración, la amistad, la conversación... Yo estaba enamorada de Severo, y no consideraba que le estuviese engañando, porque nunca he mezclado el amor con el sexo (...). Quizá mi error había sido no haber vivido con él antes de casarnos, ni siquiera habíamos tenido relaciones sexuales".

Mario Camus. "Tuve con él una relación muy especial. Yo lo admiraba por su talento, pero además era inteligente, bueno, suave, entrañable y estaba lleno de encanto. Lo nuestro duró muy poco, pero seguimos siendo amigos y lo sigo admirando".

Por Alfonso Merlos. (Extractos de "Memorias. Vivir es un placer").

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