Reportaje

Todo empezó con el dinero que sacó de vender sus muebles y un préstamo familiar. Su revista llegó a vender ocho millones de ejemplares.

Pocos podían pensar que este hijo de una maestra y un contable, nacido en Chicago, iba a ser el dueño de un imperio editorial y últimamente del mundo de Internet, que obtuvo el pasado año unos beneficios cercanos a 64.000 millones de pesetas.

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En 1973, con un grupo de "conejitas Playboy".
Aquella revista que sacó a la calle con las 110.000 pesetas que obtuvo de vender sus muebles y otras 550.000 de préstamos familiares, hoy tiene una circulación mensual de 3,2 millones de ejemplares, y la fortuna de Hefner ronda 74.000 millones de pesetas.

En sus años en el colegio Steinmetz High, de Chicago, despuntó por su inteligencia -tiene un coeficiente intelectual de 152 que él asegura que ha seguido creciendo con el paso del tiempo-, y por su habilidad para dibujar cómics y escribir historias en el periódico de su colegio. Después de graduarse en 1944 se alistó en el Ejército, donde pronto se percató de que prefería los lápices de los caricaturistas a las armas, y se dedicó a trabajar como dibujante en varios periódicos militares hasta 1946.

Terminó sus estudios de Psicología en la Universidad de Illinois en dos años y medio gracias a su habilidad para seducir a las estudiantes que le hacían los trabajos, y porque tenía dinero para pagar cursos acelerados. En 1951 dio un giro definitivo a su vida por miedo a acabar como sus padres. Aburridos, sin dinero y atados a un matrimonio que no les gustaba. Abandonó su trabajo en la revista Esquire, por aquella época la que mejor retrataba las aspiraciones de los hombres estadounidenses, y creó Playboy.

El primer número de la revista, con las fotografías de Marilyn Monroe desnuda que compró por unas 40.000 pesetas de entonces, lo hizo en la cocina de su casa del South Side de Chicago. Playboy apareció en diciembre de 1953 sin que él estuviera seguro si habría un segundo número. Vendió 50.000 ejemplares, lo que acabó con las deudas y garantizó que la revista pudiera seguir adelante.

A Marilyn le siguieron muchas mujeres desnudas en las páginas centrales hasta convertirse a mediados de los 60 en el magazine más vendido del país, con ocho millones de ejemplares, una cadena de hoteles, clubes, casinos y un canal de televisión. Los 80 fueron duros para Hefner porque Estados Unidos se volvió mojigato y su hija Christie, que estaba al frente de la compañía, tuvo que cortar por lo sano y despedir a un centenar de empleados, vender los hoteles y reducir gastos.

El propietario de Playboy vive una reencarnación que celebra con sonadas fiestas. Leonardo DiCaprio, Cameron Diaz, Ben Stiller y Courtney Love se unen en sus saraos a las conejitas y a los veteranos habituales como Tony Curtis, James Caan o Jack Nicholson, que tienen derecho a dormir en la Mansión Playboy sin pedir la lave a su propietario.

Por Felipe Cuna

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