NI INCIENSO NI ORO NI MIRRA. Hay fundadas razones para sospechar que lo que los camellos de los Reyes Magos portaron siguiendo la estrella navideña fue cocaína, éxtasis y anfetaminas. Para los pequeños traficantes de droga, la llegada de la Navidad supone un aumento de la demanda, la posibilidad de desprenderse de productos de mala calidad y un lucro incesante a costa de adolescentes que quieren pisar 1999 dándose un buen viaje.
El cuervo asiente. El tipo fue un insigne camello que hasta hace poco se movía por los bares cercanos a un colegio de Carabanchel (Madrid). "Casi siempre vendo costo, pero en Navidades me viene de todo: niños de papá que quieren 20 gramos de coca, estudiantes que piden pirulas... ¿Qué se yo? Para eso sí que tienen dinero".
Lo dicho. Ni oro ni incienso ni mirra. Los juguetes de la temporada son tres: drogas de síntesis (éxtasis), cocaína y anfetaminas salidas de la farmacia por la puerta de atrás.
"Los dos picos del año durante los que más droga se toma son las navidades y el verano, días de ocio muy seguidos que generan más vulnerabilidad; al aumentar el ocio, se incrementa el consumo", afirma José Cabrera, responsable de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid.
El gran riesgo es la mezcla con alcohol. El 20% de las bebidas de alta graduación se ingiere en las dos semanas navideñas. Sin datos oficiales de cuánto éxtasis se maneja, cuántas pastillas circulan o kilos de cocaína se esnifan, el alcohol (sustancia permitida, aunque causa 40.000 muertos al año en España) luce sus números dentro de la legalidad: se venderán más de 40 millones de litros en Navidad.
"Ésta es una época muy propensa a las drogas y otras sustancias", asegura el psicólogo Manuel Berdullas.
"El sujeto aviva determinados recuerdos, incrementa su sensación de soledad o de euforia y se desenvuelve en una sociedad en la que se da una incitación general al consumo", continúa.
El momento es delicado para los que están intentando dejarlo, "un auténtico infierno para los que están saliendo del alcohol", señala Berdullas.
¿Año nuevo, vida nueva? "Es habitual que, tras las Navidades, aumenten las consultas de gente que quiere dejar de depender de estas sustancias".
No sólo de turrón se sustenta la fiesta. Muchos jóvenes piden más. "Si no cierra los ojos, en cualquier sala de fiesta de Fin de Año, verá todo tipo de sustancias...", dice Cabrera.
Pues... veamos:
-Cocaína. Es un clásico, nos encontramos ante la droga navideña por excelencia.
Según la Encuesta Domiciliaria sobre Consumo de Drogas (un reciente macroestudio realizado con una muestra de más de 12.000 entrevistas), el 3,2% de la población no tiene reparos en confesar que alguna que otra vez se ha metido un tirito de coca.
Las previsiones navideñas desbordan la oferta. Después de los porros, es la droga ilegal que más españoles han probado. Todo indica que el siniestro elemento está en auge.Un dato lo confirma: durante el año pasado, las Fuerzas de Seguridad del Estado intervinieron en total 18.418 kilos de polvo blanco, un 34% más que el año anterior.
Más números que apoyan su supremacía: un 32,6% de la población asegura que es muy fácil conseguir cocaína. Dicen que, si quisieran comprar, les resultaría sencillo.
"Aunque levemente, parece que sigue creciendo el aumento de cocaína", destaca en su informe el Observatorio Español sobre Drogas, órgano adscrito al Ministerio de Interior.
-Heroína. La más atroz. Demasiado duro imaginar una fiesta con jeringuillas. Los picos están en retroceso. La forma más habitual de consumir la heroína navideña es inhalándola en forma de chino.
En 1997, la heroína intervenida se redujo en un 10,8% en relación a 1996. "Continúa descendiendo el porcentaje de consumidores de heroína en todas sus modalidades (experimental, ocasional y habitual), fruto de la menor incorporación de nuevos consumidores y, seguramente, de los programas asistenciales", afirma el Observatorio Español sobre Drogas.
-Éxtasis.. La droga de los jóvenes en macrofiestas. Sus acciones se cotizan a la alza en Navidad y una pastilla puede costar hasta tres veces más.
Aunque al 2,5% de la población reconoce que alguna vez ha tomado pastillas, entre los de menor edad la cifra da un salto gigantesco. El 6,2% de los que tienen entre 19 y 29 años admite haber ingerido alguna vez una pirula. De ellos, el 0,9% confiesa haber tomado drogas de síntesis en el último mes.
Y entre los menores de edad, la cifra no es nada desdeñable: el 3,8% de los menores de 18 años confiesa haber tomado éxtasis en alguna ocasión.
El 1,1% de los españoles afirma que es o ha sido consumidor de éxtasis. Y, una vez más, los jóvenes se llevan la palma: el 3,1% de los que tienen entre 19 y 28 años admite que está o ha estado seis meses tomando pastillas ininterrumpidamente.
Conseguirlas es tan complicado como hacerse con mazapán. Y esa sensación es la que existe en la calle: la tercera parte de los españoles asegura que comprar drogas de diseño en nuestro país es facilísimo. El 33,8% de la población dice que, si quisiera no tendría problemas para conseguir éxtasis.
El año pasado, las Fuerzas de Seguridad lograron hacerse con 184.950 pastillas. Una bajada del 45,7% respecto a 1996, cuando se decomisaron 340.444 dosis de drogas sintéticas. Ahí queda la cifra histórica de 1995, cuando consiguieron aprehenderse 739.511 pastillas.
"El consumo de éxtasis, tras años de fuerte crecimiento, se está estabilizando", dice el Observatorio Español sobre Drogas. "Una elevada proporción de quienes han consumido esta sustancia en alguna ocasión no lo hacen actualmente", añade.
-Hachís. Suena a western, pero es cierto: vuelve el porro. Y eso teniendo en cuenta que lo que la gente quiere en Navidades es el movimiento pastillero y no el adormecimiento de la gran fumada.
"Tras un periodo de cierta estabilización, los consumos de cannabis están creciendo de forma significativa en los últimos años", dice el Observatorio Español sobre Drogas. Y puntualiza: "La expansión de los derivados del cannabis se justifica por su importante presencia entre los adolescentes y jóvenes de ambos sexos".
Dos de cada 10 menores de 18 años se han fumado un canuto. Casi cuatro de cada 10 jóvenes de entre 19 y 28 años se han colocado alguna vez con hachís.
De todas las drogas ilícitas, el cannabis es la más consumida. Un 21,7% de los españoles la ha probado alguna vez y un 4% de lo hizo en el último mes. Entre los jóvenes, aquí también, la cifra sube como la espuma: un 9,4% de aquellos que tienen entre 19 y 28 años se ha fumado un porro en el último mes.
-LSD. Un clásico que vuelve con fuerza. En 1997, 25.357 ácidos fueron decomisados. Un 89,6% más que en 1996. El 2,6% de los españoles se ha metido alguna vez un alucinógeno. Vigile a su hijo durante estas fiestas: la edad media del primer cuelgue de LSD es a los 18 años y nueve meses.
•Anfetaminas. El 2,5% de la población las ha probado. La primera vez, cuando tenían 19 años y tres meses. Su facilidad para conseguirlas las convierte en estrellas de estas fiestas.
-Tranquilizantes e hipnóticos. Crece su consumo, sobre todo sin control médico. Un 2% de los encuestados reconoce haber consumido tranquilizantes en el último año sin receta médica y otro 1,2% confiesa haber hecho lo propio con hipnóticos.
Además, las mujeres son mucho más dadas a ingerir estas sustancias que los hombres.
-El policonsumo. Porros, LSD, éxtasis, alcohol.... se trata, en realidad, de una combinación explosiva. Entre los consumidores habituales de cannabis, el 89% también ingiere alcohol; el 15,3% cocaína; el 5%, alucinógenos; el 4,8%, éxtasis y el 2,1%, heroína. Visto desde otro punto de vista: el 92,5% de los consumidores habituales de cocaína bebe, el 76% fuma canutos, el 16,9% consume anfetas, el 12% alucinógenos, el 10,4% éxtasis y el 8% caballo. Una última combinación: los consumidores de éxtasis lo son también, en proporciones muy elevadas, de cannabis (90,9%), alcohol (87,2%), anfetas (41,3%) y cocaína (40%).
LAS FOTOGRAFÍAS Y FICHAS QUE FACILITAMOS A CONTINUACIÓN HAN SIDO EXTRAÍDAS DE LA GUÍA QUE LA POLICÍA DISTRIBUYE ENTRE SUS AGENTES.
