153	sábado, 20 de mayo de 2000	análisis

Las motos y ciclomotores son ágiles, rápidos, económicos y transmiten una gran sensación de libertad. Serían unos vehículos casi perfectos si no sufrieran tantos accidentes. Es cierto que sus usuarios no siempre tienen la culpa, pero pueden ayudar decisivamente a mejorar esta situación SEGURIDAD y DOS RUEDAS Radiografía de la moto más segura Siempre debe ser la más adecuada a la experiencia del piloto __________________________________________ FÉLIX CEREZO Velocidad, independencia, libertad, riesgo... Pocos vehículos son capaces de proporcionar tantas sensaciones como las motocicletas, algo que quizá permita entender la pasión que devora a ciertos conductores abrazados a una frágil carrocería sobre dos ruedas. Y que acaban compartiendo en menor o mayor medida casi todos, las usen por placer, por trabajo, por economía de adquisición o por sus innegables ventajas urbanas. Desgraciadamente, también todos ellos comparten una siniestralidad que asusta, de la que no son siempre responsables pero en la que tienen mucho que decir. Para empezar, se debe elegir el modelo, por seguridad, más adecuado a las aptitudes del piloto, y por racionalidad, al uso que se le vaya a dar. En este punto, lo importante es ir adquiriendo experiencia desde cilindradas bajas, luego medianas y llegar por fin a las motos más potentes y pesadas. Pasar de una 125 a una de un litro y más de 100 caballos de potencia supone asumir un gran riesgo si se intenta sacarle todo el partido. También se debe prestar atención al tipo de propulsor. Uno que entregue la potencia de una forma suave y progresiva perdonará más errores en la conducción, ya que en ese caso, el piloto dispondrá de caballos para salir de una situación apurada. Escogida la moto, el siguiente paso es tenerla siempre en buen estado de mantenimiento (frenos, suspensiones, luces, niveles, neumáticos) y adaptada (manetas, mandos, palancas) a las necesidades del conductor, de forma que la postura de pilotaje sea lo más cómoda y natural posible. Ya circulando, el primer consejo es viajar a una velocidad adecuada a la carretera, al estado del tráfico y, de nuevo, a las habilidades del piloto. Casi todo el mundo es capaz de ir muy deprisa, lo difícil es saber detenerse con seguridad. Puestos a frenar, hay que evitar hacerlo en curvas y se deben emplear ambos frenos (con más fuerza el delantero) de forma progresiva, para impedir que alguna de las ruedas se bloquee. Anticipación. Con todo, la previsión será el mejor aliado. Por una parte, tratando de ser lo más visible posible (ropas claras o con reflectante, luces encendidas todo el día, usar el claxon...). Por otro, anticipándose al máximo, algo que es fácil gracias a la posición relativamente alta del conductor y en lo que influye mucho la vista. La visión no debe mantenerse nunca fija en un mismo punto sino en todo el entorno, y hay que mirar más lejos a medida que aumenta la velocidad. Para el caso del trazado de las curvas, la anticipación es fundamental. Antes de entrar, para identificarla, y dentro de ella, para poder gestionarla con seguridad. En cualquier caso, se deben abordar siempre por el exterior hasta ver la salida y en caso de emergencia, nunca quedarse con la mirada fija en el arcén o en otras zonas de peligro porque, al final, la moto siempre va a donde mira el conductor. Todas estas precauciones se deben incrementar circulando bajo lluvia, con pasajero o con mucho equipaje. Y, por supuesto, en ciudad, donde se convierten en el argumento más seguro para motos y ciclomotores. Sin embargo, de poco sirven si se olvida el aspecto más importante para todos los que viajan sobre dos ruedas: emplear siempre el casco, y uno de calidad. No se puede considerar un seguro de vida, pero conviene recordar que cerca del 70% de las personas que mueren en accidente de moto lo hacen por heridas en la cabeza. Y que, según los estudios de Tráfico, el uso de este dispositivo de seguridad salvaría un 50% de esas vidas. Acompañar el casco con una indumentaria resistente es el complemento para evitar las lesiones que se pueden producir hasta en la caída más tonta. BALANCE SIN PÓLIZA Las últimas subidas de los seguros, que han afectado sobre todo a los ciclomotores y que han llegado a triplicar sus precios, no han sido una buena noticia para un sector en el que se estima que entre el 25% y el 33% de los vehículos circulan sin póliza. Para corregir esta situación es necesaria la colaboración de todos. Los motoristas, asegurándose e intentando reducir su siniestralidad, y las compañías, anulando el acuerdo por el que cada una paga los daños que sufra su asegurado, independientemente de quién sea el culpable. JÓVENES Y RESPONSABLES Una buena forma de disminuir esa siniestralidad puede ser, por ejemplo, participar en el concurso europeo El Motorista Joven Más Seguro del Año. Abierto a los jóvenes conductores de entre 16 y 25 años de edad, esta prueba de seguridad vial está organizada por Anesdor y constará de tres selecciones previas de las que saldrá la pareja que optará a la final continental. Ésta tendrá lugar en Valencia, en septiembre, y los ganadores obtendrán una moto. Es posible inscribirse hasta el 11 de junio. VIAJAR CON EQUIPAJE Lo primero a tener en cuenta es no superar la carga máxima autorizada, ni en el vehículo (se puede obtener a partir de la ficha técnica de la moto) ni en las maletas. Después, colocar el equipaje lo más cerca posible del centro de gravedad, con los bultos más pesados al fondo. La suspensión se debe ajustar al nuevo peso y no se pueden dejar cierres abiertos, equipaje sin asegurar o pulpos o gomas sueltos. OBLIGACIONES LEGALES Aunque se vuelva a contar, la principal es la de estar asegurados. Además, hay que llevar siempre la documentación (o fotocopias) y bombillas de recambio con herramientas para su sustitución. Todas las reformas de importancia deben estar autorizadas y aprobadas por la ITV. Esta, por norma general, se debe pasar en las motocicletas cada dos a partir del quinto año. La última novedad en llegar ha sido la matriculación obligatoria, por Tráfico, de los ciclomotores.

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