153 | sábado, 20 de mayo de 2000 |
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En el luminoso valle que se contempla desde la Puerta de la Villa de este pueblo encajado en los montes Torozos, en la provincia de Valladolid, abundan los monasterios. Y quien lo recorra se llevará de estas tierras una idea que en nada responde al tópico castellano de la aridez. Son tierras de secretos humedales, llenas de plantas aromáticas y pájaros de todo tipo, porque Urueña es el país de los pájaros Escritor vallisoletano, su próxima novela, El valle de las gigantas (Destino), se publicará en septiembre. Los montes Torozos son una cadena irregular de alcores, motas y tesos, poblados básicamente de encinas pobres y carrascos, que constituyen las únicas elevaciones de consideración de la provincia de Valladolid. Se extienden desde Palencia a Tordesillas, siguiendo el curso de los ríos Carrión y Pisuerga. En el borde meridional del páramo, muy cerca de Tordesillas, se encuentra Urueña, que es un pueblo amurallado, situado sobre una loma. Una loma de apenas 100 metros de altura pero que, por comparación con el terreno llano de los alrededores, se eleva abrupta y desmesurada ante los ojos del sorpren- dido viajero. Urueña se ofrece a esos ojos como un emblema, pero también como una de esas ciudades de nombres femeninos que recuerdan los sueños de Las mil y una noches. Y puede que Urueña, en sí misma, no tenga mucho de mora, pero sí lo tiene el lugar, lleno de humilde vegetación y de pequeños arroyos, de pequeños valles escondidos donde en torno al siglo X, un grupo de mozárabes que huían del reino de Córdoba llegaron a instalarse, a un tiro de piedra de aquí, fundando el monasterio de San Cebrián de Mazote, que es sin duda una de las visitas obligadas de este viaje. Huían porque no podían soportar un universo totalmente islamizado pero, como nos recuerda José Jiménez Lozano, trayendo esquejes de olivo a una tierra en la que los alimentos se cocinaban con grasas animales. Cuaderno de Viaje... 1. La Puerta de la Villa. En el hermoso valle se ve la ermita de la Anunciada, el monasterio del Bueso y, a la derecha, el monasterio de Villalbín. 2. Ermita de Nuestra Señora de la Anunciada. Es un monumento único en la región, perteneciente al estilo románico lombardo. 3. Librería Alcaraván. Dedicada sobre todo al mundo del folclore, la naturaleza y los cuentos, leyendas y mitos populares. 4. La loba parda, el restaurante de Dámaso Vergara. Aconsejo las ensaladas, los garbanzos fritos y la carrillada y el rabo de buey. 5. El Centro Etnográfico de Joaquín Díaz. Situado en la Casona de la Mayorazga, con su biblioteca y sus tres importantes colecciones. 6. La iglesia mozárabe de San Cebrián de Mazote, del siglo X. 7. El pantano de la Espina, que abastece el río Bajoz. Es el humedal de la zona. Con un poco de paciencia se puede ver cómo bajan a beber jabalíes, lobos, mustélidos y comadrejas. QUÉ VER. Nuestra Señora del Azogue. Es la iglesia parroquial del pueblo, y data del siglo XVI. Su espadaña es del XVII. La ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, la joya de la zona. Pertenece al estilo lombardo y destacan su cimborrio y la imagen de la Anunciación. El castillo de Urueña. Actualmente se ha convertido en el cementerio del pueblo. Fue construido durante el siglo XI bajo el reinado de Alfonso VI, coincidiendo con la unión temporal de los reinos de León y Castilla. Los lienzos llegan a tener 16 metros de altura por la parte exterior. Las murallas. Es la construcción de su género mejor conservada de la provincia de Valladolid. Pasear por su adarve es, sin duda, uno de los placeres estéticos más intensos de este viaje. Las ruinas del monasterio benedictino del Bueso, situado en un lugar encantador, al que sólo se puede acceder a pie. La Casa de la Mayorazga, actual sede de la Fundación Joaquín Díaz. Este discreto y hondo creador es el responsable del renacimiento de Urueña. En su casona se guardan importantes colecciones de grabados, de trajes de la región, de pliegos de cordel y aleluyas y de instrumentos musicales, y una magnífica biblioteca, con unos 55.000 volúmenes, dedicada a temas folclóricos y etnográficos. También se celebran ciclos de conciertos en verano y hay una sala para exposiciones temporales. En estos días el viajero puede contemplar una hermosa muestra sobre el mundo de las amas de cría. Y quedan otras tres citas: el museo de Campanas Quintana, el Aula arqueológica y la colección de alfarería popular. ARTISTAS. La llegada del investigador, etnógrafo y escritor Joaquín Díaz, y la apertura de su Centro Etnográfico, ha supuesto la revitalización de Urueña. Siguiendo su estela han sido varias las incorporaciones de investigadores, artistas y artesanos que se han producido durante los dos últimos años. Luis Delgado, músico secreto, amigo de las músicas calladas del alma, tiene en Urueña un estudio de grabación en el que han grabado sus discos Amancio Prada y María del Mar Bonet, entre otros, y está a punto de inaugurar un museo de instrumentos al uso de todo el mundo. Juan Antonio Moreno, artista y diseñador gráfico, autor del diseño de numerosos catálogos y revistas, y su mujer Allison Canosa, traductora y experta en artesanía rural. Fernando Gutiérrez y Rosa de Miguel, y su taller de encuadernación. El alfarero Juan Valero, el escritor Gonzalo Abril, y el biólogo Adolfo Delibes... Todo esto en un pueblo, no lo olvidemos, de apenas 150 habitantes. COMPRAS. Todas pueden hacerse en la pequeña tienda de Allison Canosa llamada La real. Magdalenas y pastas de Villabrágima, embutidos del pueblo, queso de Castromonte, miel de Santa Espina, especias de Villalpando, cerámica de Juan Valera, cachas y cucharas de Villabrágima, y las alforjas de Gregorio Julbe, uno de los últimos artesanos que aún las fabrica. DÓNDE DORMIR. Villa de Urueña (983 71 70 63), una casa rural de dos plantas con mirador a esta Tierra de Campos. Se puede alquilar entera (26.000 pesetas el fin de semana); o reservar una habitación doble (4.000 ptas.). DÓNDE COMER. Mesón el Labrador, en Castroverde de Campos. La loba parda, de Dámaso Vergara, en Urueña. |
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