173 Motor & Viajes
sábado, 11 de noviembre de 2000
análisis  
       
El cometido de los tubos de escape es canalizar la expulsión de los gases y reducir la contaminación atmosférica. Para ello es imprescindible llevarlos en buen estado. Ahora, un nuevo aparato puede localizar posibles fallos en este elemento de una manera más rápida y completa

NUEVAS TECNOLOGÍAS
Adelantos médicos para el taller
Técnicas hospitalarias permiten detectar desperfectos en los sistemas de escape
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Carlos Hernando

Los sistemas de escape y los catalizadores tienen la gran responsabilidad de ser quienes regulen la contaminación gaseosa y acústica producida por los automóviles. De hecho, según Tenneco, productor a nivel mundial de estos elementos, casi la mitad de la contaminación causada por el tráfico rodado es producida por tan sólo el 10% del parque automovilístico.
Pero el mal funcionamiento de los sistemas de escape no sólo afecta a la contaminación, también repercute en el consumo de combustible para el usuario y en el rendimiento del motor de su vehículo. Para comprobar si este sistema desarrolla su cometido correctamente, basta con acudir a un taller o un centro especializado. Para facilitar al usuario la tarea de la supervisión, se ha desarrollado un revolucionario sistema que utiliza la alta tecnología aplicada en los hospitales. Como si de un quirófano clínico se tratara, un endoscopio facilitará a los mecánicos la detección de posibles desperfectos, de forma más rápida y completa, en los sistemas de escape de los automóviles. Esta nueva tecnología, la primera de índole quirúrgico que se aplica en los talleres, permitirá a los usuarios ver en imágenes el estado de los componentes del escape de los automóviles.

Señal audiovisual. Esto es posible gracias al delgado tubo que incorpora este sistema en el que se halla insertada una cámara de tamaño diminuto que transmite las señales audiovisuales mediante fibra óptica a la pantalla de un monitor exterior. El conductor tendrá la posibilidad de obtener una imagen clara y precisa del estado del escape. Así, los talleres pueden ofrecer a sus clientes, sin tener que desmontar mecánicamente el sistema, la posibilidad de observar ellos mismos el estado del escape como si de una radiografía se tratara.
Éste es el último producto desarrollado por Walker, división de sistemas de escape de la norteamericana Tenneco Automotive. Según Jean François Barth, jefe de productos de la marca, este sistema suministra información al conductor que le "evita gastos innecesarios e inconvenientes que podrían sobrevenirle, por ejemplo, en una autopista", al tiempo que "mejora la protección al medio ambiente y mantiene el sistema en perfectas condiciones de funcionamiento". Asimismo, con este equipo de diagnóstico los mecánicos podrán predecir con mayor exactitud la esperanza de vida de todo el sistema de escape en su conjunto y la de cada uno de los componentes individuales del aparato. Éstos son: el colector de escape, la tubería del colector, el catalizador, el silenciador delantero, el silenciador intermedio, la tubería intermedia y el silenciador trasero hasta llegar al tubo de la salida.
La función principal que desarrollan estos elementos es controlar las fuentes de contaminación (es decir, el combustible, los gases del cárter y los de escape) y así evitar que las emisiones sean incorrectas y con un grado demasiado elevado de toxicidad.
Para cumplir con estos objetivos, el automovilista ha de plantearse cuándo sustituir un elemento importante de todo el sistema: el silenciador. Para tal fin, hay que tener en cuenta que son tres las causas responsables del deterioro del sistema: la corrosión, la rotura y la homologación.

Deterioros. En cuanto a la corrosión, ésta es consecuencia directa de la condensación, que se produce cuando el vapor de agua procedente de la combustión entra en contacto con las paredes del escape. A bajas temperaturas, el agua no se evapora y por lo tanto, los residuos corrosivos permanecen en el silenciador acelerando la corrosión interna.
Por otra parte, la vida de un sistema de escape depende de muchas consideraciones. Entre ellas, la forma de conducir (no es lo mismo efectuar distancias largas que circular por la ciudad), los niveles de humedad en el ambiente, si el motor es de gasolina o diesel, el estado y regulación del motor y la calidad del combustible y, por último, la calidad del material con el que esté construido el escape instalado.
Por último, la homologación de los catalizadores está relacionada con su calidad, pero un certificado de calidad no garantiza que esté homologado. Este certificado nos asegura que la pieza está construida con los materiales especificados, lo que no significa que esté fabricada de una manera correcta. Para garantizar la homologación es recomendable realizar varias pruebas: el ruido estático, el pass-by o ruido dinámico y la prueba de la contrapresión. Todas ellas están destinadas a cuidar la vida de este importante sistema de los automóviles.


BALANCE

El catalizador
Este elemento tiene la función de acelerar las reacciones químicas de oxidación y reducción que permite un descenso importante de los compuestos contaminantes de los gases de escape. Se degrada de forma natural y tiene una vida útil que oscila entre los 80.000 y los 100.000 kilómetros. Cuando está degradado, el coche funciona igual pero aunque no nos demos cuenta, contaminará mucho más. Sin embargo, la avería más significativa es la fusión del monolito (corazón del catalizador), por la que puede llegar a taponarse el escape y ocasionar bruscas pérdidas de potencia. Este problema puede deberse a fallos en el encendido o a mezclas mal equilibradas de aire y gasolina.

Consejos para su buen uso
Los vehículos catalizados nunca deben utilizar gasolina con plomo. Siempre hay que comprobar que el consumo de aceite del motor no supere el litro por cada 100 kilómetros. También es recomendable no arrancar nunca el coche empujándolo cuando el catalizador se encuentra caliente y tampoco hay que añadir a la gasolina aditivos que tengan plomo. Por último, nunca hay que permitir que el depósito de gasolina se vacíe por completo y se recomienda realizar revisiones periódicas del estado del encendido.

La contrapresión
La dificultad que tienen los gases para circular por los distintos componentes del sistema de escape es lo que llamamos contrapresión. Si ésta es excesiva puede provocar pérdidas de potencia en el motor, un aumento de la temperatura en las cámaras de combustión, un ascenso de la temperatura del aceite y del líquido de refrigeración y picados de biela no audibles con fatales consecuencias mecánicas.

Homologaciones
Además de la homologación actual para la UE, es posible encontrarse con una emitida por el organismo de certificaciones alemán denominado TUV. Ésta es perfectamente válida para España y su código viene troquelado en relieve en el cuerpo de los silenciadores y los catalizadores. Para identificarlo, se debe reconocer la siguiente inscripción: TUV CERTIF: nº92/1001.

 


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