183 Motor & Viajes
sábado, 20 de enero de 2001
análisis
 
       
Cada año mueren en Estados Unidos unos 10.000 conductores y pasajeros en accidentes en los que sus vehículos sufren algún tipo de vuelco. Un estudio elaborado por el Gobierno de ese país ha evidenciado cómo estos siniestros son más frecuentes en los populares 4x4 que en el resto de automóviles

TODOTERRENO
Grandes y poco seguros
Un 4x4 tiene hasta cuatro veces más riesgo de volcar
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FELIPE CUNA

Desde que a mediados de los 90 los 4x4 invadieron las carreteras estadounidenses, los rollover (las volteretas) son los accidentes más frecuentes y los que más víctimas y heridos ocasionan entre los usuarios de estos vehículos. De hecho, las estadísticas oficiales afirman que son los responsables de hasta el 60% de las muertes que se producen en la carretera a los mandos de (o viajando en) un 4x4.
A pesar de ello, el Gobierno estadounidense no había elaborado nunca una clasificación que midiera las posibilidades de que un todoterreno sufriera un incidente de este tipo como consecuencia de un patinazo, una maniobra brusca o un frenado súbito. Además, la industria de Detroit, que ha convertido a los Sport Utility Vehicles (SUV) en los coches de moda pues son los que más dinero dejan en sus arcas, había utilizado su influencia y el dinero invertido en apoyar a políticos de Washington para frenar cualquier lista que advirtiera con números y tablas de los peligros de sufrir un vuelco con un 4x4.
La razón de estas maniobras está clara: los estadounidenses se compran su coche movidos por el precio, pero el efecto de la publicidad en la televisión y la Prensa es también decisivo. Y los fabricantes siempre han temido informaciones que demuestren que los modelos que más quieren construir y vender son los más peligrosos.
Esta situación ha cambiado desde la semana pasada, cuando las autoridades federales hicieron públicos los resultados de una investigación de la Administración Nacional para la Seguridad Vial (NHTSA).
El estudio calculó, utilizando tablas matemáticas que tienen en cuenta la altura, el ancho de las ruedas y el peso del vehículo, los riesgos de accidentes.
Su primera conclusión confirmó lo que miles de conductores norteamericanos saben desde hace años y han podido presenciar en las carreteras: los 4x4 son más propensos que el resto de los vehículos a dar vueltas de campana. Así, sobre una puntuación máxima de cinco estrellas, la mayoría sólo obtuvo dos, lo que implica un riesgo de volcar de entre un 30% y un 40%. Una consecuencia derivada del mayor peso y altura y de la menor estabilidad de los todoterrenos, a lo que se une, en no pocas ocasiones, la inexperiencia de los conductores.
La investigación consideró un gran numero de 4x4 que se venden en Estados Unidos (en el gráfico sólo están los que se comercializan en España) y sus resultados colocan como modelos más peligrosos al Chevrolet Blazer 4x2 y al GMC Jimmy 4x2. Fueron merecedores de una solitaria estrella (propensión superior al 40%).
Entre los modelos con dos estrellas se encuentran el Ford Explorer, el Ford Expedition, el Jeep Grand Cherokee, el Lincoln Navegator, el Mercury Mountaineer y el Mitsubishi Montero Sport. Los de tres estrellas, cuyo riesgo es de un 20% a 30%, fueron el Chevrolet Suburban, Tahoe y Tracker, el GMC Yukon, el Honda CR-V y el Suzuki Grand Vitara. Para la NHTSA, el todoterreno más seguro es el GMC Sierra con cuatro estrellas (riesgo de entre un 10% y un 20%).
Comparativamente, el Honda Accord LX fue el único turismo evaluado y obtuvo cinco estrellas; es decir, con menos de un 10% de probabilidades de verse implicado en un siniestro de este tipo.


Conducción más delicada

Afirmar que los vuelcos sufridos por los todoterreno son sólo consecuencia de su mayor propensión a este tipo de accidentes es un error.
De hecho, la inexperiencia de algunos conductores o el mal uso que hacen de estos vehículos son también factores de gran influencia en su seguridad. Para empezar, los todoterreno suelen ser automóviles de grandes dimensiones y peso y con el centro de gravedad más alto.
Estas características hacen que muchos usuarios se sientan, erróneamente, más protegidos que en otros coches, pero se olvidan que esas características hacen de la conducción de un 4x4 una tarea distinta y más delicada que la de un turismo convencional. Frente a éste, un todoterreno es menos estable, tiene unas reacciones más lentas y las inercias son muy superiores. Eso hace que, en una situación apurada, necesiten bastante más distancia para detenerse y que recuperar su control, en caso de perderlo, requiera bastante más destreza. Además, las exigencias aumentan de forma notable con la velocidad y en carretera, que es donde recorren la inmensa mayoría de los kilómetros, con unos neumáticos que tampoco han sido diseñados pensando en un uso exclusivo por asfalto.


BALANCE

EL ORIGEN DE LA POLÉMICA
En la realización de este estudio fue decisivo el estallido, el pasado verano, del conocido como caso Firestone. Un escándalo que obligó a este constructor a retirar 6,5 millones de un tipo de neumáticos para todoterreno cuyos defectos habrían provocado cientos de accidentes con un saldo de 148 muertes y más de 500 heridos. La mayoría de los siniestros se produjeron con vehículos Ford Explorer, cuya estabilidad ha sido puesta en entredicho desde entonces. Algo que ha llevado a Ford a introducir en la nueva generación de este coche, presentada hace unos días, un testigo que avisa de fallos en la presión de los neumáticos.

LOS CONSUMIDORES APLAUDEN
La aparición del informe ha sido bien recibida por las organizaciones de consumidores. «Por vez primera se ofrece información a los conductores, aunque sea mínima, sobre la estabilidad de los vehículos», asegura Consumer Union, la mayor agrupación de este tipo en el país. Desde otra, Public Citizen, se asegura que se podría haber ido más lejos porque la investigación no obliga a los fabricantes de automóviles a realizar cambios

Y LA INDUSTRIA SE DEFIENDE
Detroit se opuso desde el comienzo a este tipo de listas, aunque el escándalo de las ruedas Firestone le obligó a ceder a las presiones de Washington. En cualquier caso, la industria asegura que estas mediciones son simplistas, inexactas y meros exámenes de laboratorio que no miden el rendimiento de los vehículos en las carreteras, ni el efecto de la suspensión o la experiencia de los conductores durante un accidente por rollover.

¿SE CUMPLIRÁ EL OBJETIVO?
El objetivo final del gobierno es, obviamente, mejorar la seguridad de los distintos vehículos a través de la competencia entre los distintos fabricantes. Por esta razón, también se analizaron pick up, monovolúmenes y algún turismo (en total, 43 modelos). Cuando en 1979 se realizaron los primeros estudios sobre riesgo en accidentes frontales, sólo un tercio de los coches recibieron 3ó 4 estrellas. En 1997, ya lo obtenían el 85% de ellos


Gráfico
Todoterrenos poco seguros
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