100 Motor & Viajes
Sábado, 20 de marzo de 1999
Prueba


BMWM5
Metamorfosis de un deportivo
La marca bávara ha terminado de poner a punto, por fin, su M5, la versión más potente y cara de su gama intermedia de modelos. Se trata de un modelo modificado por BMW M, la división del consorcio que nació para producir los coches con los que participa en competición, y que se ha convertido en un fabricante dentro de la propia BMW. Con una potencia de 400 caballos, ofrece las prestaciones y el comportamiento de un verdadero automóvil deportivo pero manteniendo el confort y el refinamiento de una auténtica berlina de lujo
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SERGIO PICCIONE

Aunque en BMW M tratan de que sus coches mantengan un aspecto exterior lo más parecido posible a las versiones de serie, acaban diferenciándose de ellas por su menor altura al suelo, sus neumáticos más anchos, montados en llantas de aleación, y por sus tomas de aire de mayor tamaño.

El M5 no es una excepción, y pese a su discreta presentación interior, la amplia toma delantera, los cuatro tubos de escape, dos por cada lado, y unas ruedas que llegan al borde los pasos de rueda hacen que que los amantes del automóvil se precipiten para verlo de cerca. Hay que decir que su reacción es de desilusión, porque los interiores no se distinguen de los de cualquier Serie 5 bien equipado.

El motor de ocho cilindros en V es un prodigio, tanto por la potencia que desarrolla como por su forma de suministrarla. Al margen de que el coche dispone de todos los sistemas de control de tracción y de estabilidad (desconectables si se desea, aunque no es recomendable) imaginables, se puede decir que su conductor jamás se verá sorprendido por la entrega brutal de la potencia. Se puede rodar con tranquilidad en tráfico urbano, a baja velocidad, para, al pisar el acelerador, tener una rápida respuesta sin brusquedades ni vibraciones. En carretera, la subida de revoluciones es inmediata y progresiva a la menor solicitación. Y todo, envuelto en un agradable ruido de escape, siempre contenido y nunca molesto. Debido a su alta compresión, el coche necesita gasolina de 98 octanos aunque, en caso de necesidad, puede aguantar la de 95. Sus consumos son moderados habida cuenta que se trata de un motor de cinco litros.

Del comportamiento hay quedecir que es asombrosamente bueno. Bien asentado sobre sus anchos neumáticos, su paso por las curvas es rapidísimo, en lo que tiene mucho que ver el control de estabilidad. Sus frenos son excelentes por potencia y progresividad, y la dirección es muy suave. Para lograr una mayor firmeza, basta con accionar el programa sport, que regula la dureza de la amortiguación (manteniendo un confort aceptable), la asistencia de la dirección e incluso la gestión del motor.

Como una berlina de gran lujo

En el terreno de la habitabilidad y el equipamiento hay que decir que en BMW M han decidido mantener las cinco plazas en lugar de reformar el asiento posterior para dejar sólo dos separadas. Además, el M5 aumenta incluso el maletero al no llevar rueda de repuesto. La decisión de optar por el sistema de reparación de la cubierta pinchada (lo llaman M Mobility System) viene impuesta por la diferente medida de las ruedas delanteras y las traseras. Teniendo en cuenta su precio, al equipamiento no le falta de nada. Las pocas opciones disponibles se refieren a pinturas y tapicerías de piel especiales, pues lleva cuero de serie.

¿Rivales? No los tiene ni por potencia, ni por prestaciones, ni por concepto. Su alternativa sería, o una berlina de lujo, más amplia, pero sin la posibilidad de competir en comportamiento y dinamismo, o un coche deportivo, del estilo del Porsche 911 Carrera, que carece de la versatilidad del M5, es menos potente y no dispone, ni de lejos, de los mismos niveles de confort.

HABITACULO
BMW ha mantenido la configuración interior del Serie 5 en esta versión M. Esto supone que permite que se acomoden en su interior cinco adultos. El asiento trasero es corrido y aunque su respaldo incluye un reposabrazos plegable, está suficientemente acolchado como para asegurar un suficiente confort al ocupante de la zona central. El acceso a sus plazas no ofrece el menor problema.

BASTIDOR
A diferencia de lo ocurrido con modelos anteriores, el nuevo M5 apenas ha tenido que ser retocado para alcanzar la rigidez que sus prestaciones exigen. El retoque principal lo han recibido las suspensiones, con elementos realizados en aluminio como en el resto de la Serie 5 pero que han sido rebajadas ligeramente. Este coche ha obtenido las mejores notas en las pruebas de choque de la NCAP patrocinadas por la Comisión Europea.

CUADRO DE INSTRUMENTOS
BMW no ha introducido cambios respecto a las versiones anteriores de este modelo. La única diferencia reside en que en él se encuentran, de serie, todos los elementos y sistemas de ayuda al conductor previstos para la Serie 5. Por ejemplo, el de control de los equipos de sonido, navegación e información mediante pantalla de cristal líquido. Es muy completo pero algo engorroso en su manejo. Al margen de que a veces duplica los mensajes que aparecen en el cuadro de instrumentos, que es suficiente por sí mismo.


 


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