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sábado, 29 de mayo de 1999
viajes

España cultural.. Realidad o ficción, Don Alonso Quijano paseó por estas tierras su enajenación caballeresca a lomos de su fiel Rocinante. Los molinos, plazas y ventas de estos pueblos, repartidos entre Toledo y Ciudad Real, harán que el viajero se acuerde del nombre de los lugares de La Mancha

El Quijote en vivo y en directo
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ANGELES GRAU

"Llamarse don Quijote de la Mancha, con que a su parecer, declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba con tomar el sobrenombre della". Así inmortalizó Cervantes La Mancha, convirtiéndola en el escenario de una de las obras literarias más universales y populares de cuantas se hayan escrito.

La existencia de un personaje que nunca llegó a existir y las aventuras que no sucedieron jamás, curiosamente, han dejado una huella imborrable en unos pueblos y lugares que forman parte de la Ruta del Quijote, a la que acuden turistas de todo el mundo, quizá para conocer mejor al valeroso hidalgo.

Los pueblos que conocieron las hazañas literarias de Alonso Quijano son muchos, repartidos en Toledo, Cuenca, Ciudad Real y Albacete. Aquí se mencionan los más importantes, y queda a elección del viajero ampliar las paradas.

Como hizo don Quijote, al "que le pareció convenible y necesario hacerse caballero andante, e irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras", la andadura quijotesca comienza en Consuegra, al que llegaremos desde Madridejos por la CM-400 en dirección hacia Toledo, recorriendo unos seis kilómetros.

Los molinos.

Consuegra está a los pies del Cerro Calderico, típica crestería manchega donde se ubica un castillo, testigo de innumerables batallas, acompañado por 11 molinos, con nombres como Chispas, Rucio o Caballero del Verde Gabán, que se pueden visitar y además comprar productos de la tierra. En este paraje tan cervantino es fácil tropezarse con lugareños como Lucio, que amablemente le explicará cómo funcionan los molinos, le contará con nostalgia la historia del pueblo y le invitará a volver a finales de octubre para conocer su fiesta de la Rosa del Azafrán, declarada de interés turístico nacional. En el casco urbano destaca la Plaza de España, con el Ayuntamiento de estilo castellano-mudéjar y la Torre del Reloj.

Seguimos la ruta hasta Campo de Criptana, tomando la CM-400 dirección a Alcázar de San Juan, donde nos desviamos para coger la N-420 hacia Cuenca, atravesando varias localidades con interesantes monumentos. En Camuñas es muy conocida la fiesta del Corpus Christi representada por las cofradías de Pecados y Danzantes, declaradas de interés turístico.

"En esto descubrieron treinta o cuarenta molinos de viento que hay en aquel campo; y así como don Quijote los vio, dijo...: porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas". Esta cita bien podría ser referida a los molinos de Campo de Criptana, donde se dice que hubo treinta y tantos, quedando en pie diez, tres originales del siglo XVI con su maquinaria, declarados de interés histórico-artístico, y el resto convertidos en peculiares museos, desde el dedicado al vino, hasta el que rinde homenaje a Sara Montiel. Es agradable recorrer las calles empinadas en los alrededores del cerro, con típicas casas populares manchegas, blancas y enrejadas. Y si busca monumentos visite la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, mezcla de diversas influencias; la Iglesia barroca del convento del Carmen; el edificio del Pósito y un conjunto de ermitas con mucha historia.

"Sancho amigo, la noche se nos va entrando a más andar, y con más escuridad de la que habíamos menester para alcanzar a ver con el día al Toboso, adonde tengo determinado de ir antes que en otra aventura me ponga, y allí tomaré la bendición y buena licencia de la sin par Dulcinea". Retomamos la N-420 en dirección a Cuenca y a dos kilómetros encontramos la N-1101 que nos lleva entre viñedos hasta El Toboso, patria de Dulcinea. Pasear por sus calles tiene mucho encanto, con casas tradicionales manchegas en cuyas paredes pueden leerse citas del Quijote. El museo dedicado a Dulcinea está instalado en un caserón del XVI ­se dice que su propietaria, doña Ana Martínez Zarco de Morales, fue inspiradora del personaje­, conserva el mobiliario de la época y en su patio hay una gran prensa de aceite. También está el Museo Cervantino con una gran colección de ediciones del Quijote en distintos idiomas. La Iglesia de San Antonio Abad, de estilo gótico y portada renacentista, el Convento de Trinitarias del XVI, con pinturas del siglo XVII, y el Convento de Monjas Franciscanas, renacentista, son otros puntos de interés.

La prisión.

Salimos de El Toboso hacia la venta de Don Quijote, donde enlazamos la N-301, que lleva hasta Mota del Cuervo. Hay siete molinos custodiando el pueblo en una pequeña sierra desde donde se contempla la amplitud del paisaje manchego. Antaño tuvo una importante producción alfarera, y las cantareras de Mota fueron famosas. No hay que olvidar la Iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XVI, así como un conjunto de casas señoriales con grandes escudos. Retomando la N-420 hasta Pedro Muñoz, hay que desviarse por la C-3103 para llegar a Argamasilla de Alba. Aquí está la Cueva de Medrano, donde se dice que Cervantes estuvo preso y dio comienzo a su mítico Don Quijote de la Mancha: "¿Qué podría engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel?". El casco urbano rezuma un especial aire cervantino. A unos 12 kilómetros está el Castillo de Peñarroya de origen musulmán y el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera, que bien merecen la pena visitar. De nuevo se sigue el camino por la C-3113 para llegar a Arenas de San Juan, la villa donde comienza el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel.

"Y, hablando en la pasada aventura, siguieron el camino del Puerto Lápice, porque allí decía don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero". La ruta continúa por la N-420 hasta Puerto Lápice, donde se disfruta del ambiente de las ventas antes de finalizar la aventura quijotesca. El punto de encuentro de lugareños y visitantes es la Plaza del Ayuntamiento, muy bien conservada, así como varias ventas típicas, entre las que destaca la de Don Quijote, del siglo XVIII, donde el ventero Mario le invitará a degustar la cocina al más puro estilo manchego, con platos como el guiso de las Bodas de Camacho, duelos y quebrantos, migas de Pastor o el tiznao, entre otros muchos, que podrá acompañar con el rico vino de la zona y que sin duda le dejará un buen recuerdo.


LA RUTA. Desde Madrid por la N-IV hasta Madridejos para continuar después por la red de carreteras secundarias entre los pueblos.

DORMIR. Los alojamientos mejor equipados están situados en las ciudades más grandes de la ruta, pero es posible encontrar posadas y casas rurales más modestas en los pueblos más pequeños.

Alcázar de San Juan: Hotel Ercilla Barataria. Avenida de Herencia s/n. 926 54 14 65. Un establecimiento de tres estrellas, con 37 habitaciones y restaurante. Precio de la habitación doble: 9.925 pesetas.

El Toboso: El Quijote. Carretera Pedro Muñoz, 1. 925 19 73 98. Un hostal en el centro del pueblo. Habitación doble: 4.000 pesetas.

Puerto Lápice: Hotel Aprisco de Puerto Lápice. Carretera N-IV, km. 134. 926 57 61 50. Un hotel de dos estrellas, con 12 habitaciones y restaurante. Habitación doble: 4.500 pesetas.

COMER. La cocina es variada, y los protagonistas de los platos son las verduras y las carnes, entre las que destaca el cordero, con especialidades como el pisto manchego, duelos y quebrantos, caldereta de cordero o el mojete. Sobran comentarios para el queso manchego y los sabrosos postres como las flores manchegas y la bizcochá.

Puerto Lápice: Venta El Quijote. El Molino, 4. 926 57 61 10. Cocina manchega (migas, duelos y quebrantos, gachas, cordero asado...) con mucho sabor cervantino. (5.000 pts.). Campo de Criptana: Cueva la Martina. Rocinante, 15. 926 56 14 76. Platos típicos manchegos (tiznao de bacalao, gazpacho, duelos y quebrantos, guiso de las Bodas de Camacho...) en un lugar bastante pintoresco, junto a los molinos de viento de Campo, donde además de comer se pueden comprar souvenirs de la zona, buenos quesos y rico vino. Entre 2.500 y 3.000 pesetas. El Toboso: Mesón La Noria. Don Quijote, 3. 925 56 81 92. Cocina regional (gachas, migas, pisto manchego, asadillo de pimientos...) donde lo que más destaca es la decoración con los típicos aperos de labranza y un gran patio con noria donde se puede comer al aire libre. Unas 3.000 pesetas.

INFORMACION. Campo de Criptana. Barbero, 1. 926 56 22 31. Todos los primeros domingos de cada mes se pone en marcha uno de los molinos si hace viento. La próxima ocasión será el 6 de junio. Consuegra. Molino Bolero. 925 47 57 31. Alcazar de San Juan. Goya, 1. 926 55 10 08.


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