117 Motor & Viajes
sábado, 24 de julio de 1999
prueba

No hay que extrañarse si dentro de muy poco altos ejecutivos de empresas y jefes de estado empiezan a viajar a bordo de automóviles como éste. Y es que las características tradicionales de una berlina de representación bien pueden combinarse con la economía de un diesel. La fábula de la tortuga, el motor de gasóleo, y la liebre, el de gasolina, se ha hecho realidad

BMW 740d
Los ricos también ahorran

____________________________________________
ALEJANDRO MOÑIZ

Distinguirse a base de gastar ya no está de moda. El fenómeno diesel está cambiando la forma de entender el automóvil. Da igual su tamaño, los beneficios de estas mecánicas son palpables en cualquier modelo.

El primer coche de representación con un motor turbodiesel de 8 cilindros en V es el mejor ejemplo del avance experimentado por este tipo de propulsores. Quienes estén acostumbrados a viajar en la parte trasera de un automóvil de esta categoría no serán capaces de apreciar diferencia alguna entre este diesel y su versión equivalente de gasolina. Su conductor sí, ya que visitará con menos frecuencia las estaciones de servicio.

Pero para valorar realmente el nivel alcanzado con este coche nada mejor que montar a alguien que desconozca qué tipo de motor propulsa al BMW 740d (esta discreta "d" en la parte trasera es la única referencia a que su carburante es el gasóleo).

Una vez en marcha, el agradecido pasajero hace mención al espacio, lujo y comodidad que le envuelve en el asiento trasero. Las cortinillas de las puertas y la del cristal trasero le ocultan de miradas indiscretas. Sólo le falta la instalación de teléfono (opcional) para sentirse como un ministro.

Una vez en carretera percibe la rapidez con la que se puede viajar. El único ruido que llega al habitáculo cuando se circula a gran velocidad es el del viento. El motor apenas se escucha, y cuando lo hace, su sonido es de calidad.

La estancia a bordo también es placentera para el chófer. La dirección es rápida y, a pesar del tamaño del coche, éste se mueve con inusitada agilidad. Frena contundentemente y la suspensión, con una amortiguación tirando a blanda, absorbe cualquier irregularidad del asfalto preservando a los ocupantes de incomodidades. Si las cosas se ponen difíciles, el control dinámico de la estabilidad y la tracción (DSC) nos hecha una mano, por seguridad.

El motor es un prodigio de empuje y los adelantamientos se realizan visto y no visto. A la relajación del conductor contribuye la caja de cambios automática con mando secuencial (permite cambiar de velocidad sin embrague).

Máximo confort.

El sofisticado equipo de sonido, cuya pantalla es también monitor de televisión (opcional) y sirve de soporte visual para el sistema de navegación (también opcional), o la extraordinaria climatización con regulación independiente para cada lado del habitáculo reafirma la impresión de que no estamos ante cualquier coche.

Una vez hemos llegado al destino el maletero se abre y se cierra de forma automática para evitarnos cualquier esfuerzo. El ilustre pasajero no da crédito: más de 600 kilómetros sin repostar a una media de velocidad bastante elevada. Ha llegado a tiempo. Cuando se le informa de que el coche es diesel, su cara de póquer lo resume todo.


HABITACULO

Más que un automóvil es un salón rodante. Espacio, lujo, comodidad, silencio... Acostumbrarse a viajar en el BMW 740d sólo tiene un problema: montarse luego en otro coche. El diseño de los asientos y la dureza de su mullido permiten realizar largos desplazamientos sin que aparezcan síntomas de cansancio. En la parte trasera el tercer ocupante, el del centro, no recibe el mismo trato, puesto que el asiento está pensado para acoger a dos personas.

MOTOR

El V8 desarrollado por la marca muniquesa reúne los más modernos avances tecnológicos. El resultado es impresionante (ver ficha técnica) puesto que su funcionamiento y agrado de conducción son incluso superiores al de propulsores de gasolina con similar potencia. No en vano, este motor se produce en las mismas líneas de montaje en las que BMW construye sus V12 y el especial V8 del superdeportivo M5.

SALPICADERO

Por materiales utilizados, ergonomía y calidad de acabado, roza la perfección. Su diseño sigue fiel a la forma de media luna que envuelve al conductor, lo que propicia que todos los mandos se encuentren al alcance de la mano. En especial los del volante, que permiten activar el programador de velocidad, manejar el equipo de sonido y activar el teléfono. Resulta chocante que un coche de esta categoría y precio no ofrezca de serie el espejo interior antideslumbramiento o el cargador de discos compactos.


Sus próximos rivales

El BMW 740d tendrá que hacer la guerra por su cuenta. A falta de competidores conocidos, deberá esperar a que sus rivales alemanes introduzcan un tipo de mecánica similar a la vuelta del verano. Primero será Mercedes. En otoño la Clase S estrenará el nuevo motor V8 CDi de 238 caballos. Y en diciembre llegará el V8 TDi de Audi. Un propulsor de 225 caballos que hará su debut en el A8. Mientras tanto, BMW puede gozar de unos meses de relativa tranquilidad. Una ventaja que aprovechará para engordar en solitario su cifra de ventas. Pero los resultados no lo son todo. Que BMW haya sido la primera en lanzar al mercado un motor diesel de 8 cilindros en V significa algo más. La marca bávara siempre será recordada como la pionera en introducir una mecánica de estas características en un automóvil. Ya se sabe, "quien da primero, da dos veces".

ficha técnica


| Motor &Viajes | El Mundo |