127 Motor & Viajes
sábado, 30 de octubre de 1999
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Se ha convertido en una tradicion. El de Sancho Panza de Consuegra (Toledo) será esta tarde el protagonista del día mundial de los Molinos de Viento. A las cinco en punto está previsto que se ponga en funcionamiento para realizar la simbólica Molienda de la Paz

MOLINOS DE VIENTO
Desaforados, fantásticos gigantes

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JAVIER MAZORRA

Aunque la referencia más antigua que se conserva de un molino de viento es una inscripción persa del año 644, su implantación masiva en tierras españolas no tiene lugar hasta el siglo XVI, según parece a raíz del dominio español en los Países Bajos. En muy poco tiempo crecieron fantásticos gigantes en muchos de los cerros que rodeaban a las principales poblaciones de zonas con escasez de agua como La Mancha, el suroeste de la península o las islas, tanto las Baleares como las Canarias. Estos complejos e ingeniosos artilugios preindustriales fueron evolucionando gradualmente, convirtiéndose en imprescindibles maquinarias de la economía española hasta finales del siglo pasado.

Desde entonces, aunque muchos han desaparecido, permanecen insignes supervivientes con nombres propios. Los hubo de muchos tipos: salineros, alfareros, extractores de agua..., aunque fueron sobre todo harineros . Al contrario de los del norte de Europa, de madera, los españoles son de mampostería encalada en blanco. Casi siempre tienen tres pisos, el más alto para la maquinaria y la piedra de moler, el del medio donde se recoge la harina y la planta baja para el almacén. El techo cónico es movible para orientar las aspas al viento favorable, y la rueda Catalina es el elemento más importante de las 75 piezas que componen la maquinaria.

EN LA MANCHA. CERROS DE TITANES

Aunque nadie puede afirmar cuáles eran los molinos a los que se refería Don Quijote, los mejores candidatos son los de Campo de Criptana y los de Mota del Cuervo. En Campo quedan 10 de los 40 que había en aquella época. Destacan tres por su antigüedad: El Burleta, con sus 12 ventanillos orientados según los 12 aires, El Infanto y El Sardinero. En uno se ha montado la Oficina de Turismo (926 56 22 31), y el Culebro alberga un museo dedicado a Sara Montiel.

Los de Mota no suelen estar abiertos al público. El conjunto más espectacular está en Consuegra, donde permanecen 11 de los 13 originales, acompañados de un castillo medieval. Tienen nombres curiosos como La Turca, La Zorra, El Blanco o El Sancho (oficina de información: 925 47 57 31). En los cerros de San Antón y de La Horca de Alcázar de San Juan hay varios molinos convertidos en viviendas. En Valdepeñas, el molino construido por Gregorio Prieto en los años 50 se utiliza como centro de artesanía y anexo del Museo de los Molinos (926 32 31 62) .

AL SURESTE. ENTRE MURCIA Y ALMERIA

En el extremo sureste de la península se conservan dos grupos muy característicos. Los primeros están desperdigados en las inmediaciones del Mar Menor, muy cerca de San Pedro del Pinatar, y se utilizaban para la industria salinera. Por su parte, los de Torres Pacheco y el Algar han sido tanto harineros como extractores de agua. Son más pequeños que los manchegos y funcionaban con velas.

El segundo grupo está dentro del Parque Natural del Cabo de Gata. En el Museo de Interpretación hay una reproducción de un molino donde se puede observar el sistema de velas triangulares de lona, tensadas por el viento sobre su mástil o eje, y la viga apuntalada al aparejo que tenían detrás, para evitar que el viento los echara abajo. Casi todos están en mal estado, aunque emplazados en lugares emblemáticos de estas sierras de origen volcánico. El más característico está en la playa de los Genoveses. Hay otros rodeados de pitas y chumberas, como los de Cortijada de Cortijos Grandes y el del Pozo de los Frailes.

BALEARES. GUARDIANES DE LAS ISLAS

El archipiélago Balear tiene posiblemente el mayor conjunto de molinos de viento del mundo. Hasta finales del siglo XIX había más de 1.600. En las áreas de cereales servían para moler los granos, en las alfarerías para pulverizar la arcilla y, posteriormente, se generalizaron los de extraer agua.

En Mallorca los hay por todo el Pla de Sant Jordi, en los alrededores de Campos y Sa Pobla, en las colinas de Felanitx y en Montuïri. Uno de los mejor conservados está en Llucmajor, aunque es en el Pla de Palma donde se puede observar el mayor número de molinos. Los modernos, para elevar el agua, son los que proyectó el holandés Paul Bouvij, con objeto de acelerar la desecación del Prat de Sant Jordi, en 1847. Amigos de los Molinos de Mallorca (971 71 50 95).

En Formentera quedan varios harineros en buenas condiciones. El más emblemático es el que se conserva en el cerro de La Mola. En Menorca quedan también interesantes ejemplares en la población de San Lluis, con sus tejados pintados de azul, y en Ciudadela.

CANARIAS. MAQUINAS DE GOFIO

Aunque hubo en todas las islas, ahora sólo se conservan en Lanzarote y Fuerteventura. Tienen una fisonomía muy peculiar, al llevar incorporada una doble escalera exterior que comunica con el segundo piso. Se utilizaban para producir el gofio canario, base de la alimentación de sus habitantes durante muchos siglos. La mayoría han sido restaurados como museos, muchos de ellos bajo la influencia del artista César Manrique. El más espectacular está en su última obra, El Jardín de Cactus. Se encuentra emplazado estratégicamente en lo alto de una rofera convertida en un círculo de gradas,semejante a un foro teatral.

En Lanzarote quedan otros ejemplos, pero los que están en mejores condiciones son los de San Bartolomé y Teguise. Mientras, en Fuerteventura forman parte del tejido urbano de los pueblos del interior. Destacan el de Antigua, hoy centro etnográfico, el de la Oliva y el de Tefía, además del Centro de Interpretación de los Molinos, en Tiscamanita, que incluye una vivienda típica.


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