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sábado, 25 de enero de 1997
un coche/un viaje

CESAR RINCON
"El mejor viaje que he hecho en coche fue entre Bogotá y Quito"

¿Qué recuerda de su primer coche?
Tenía 16 años y estaba en Bogotá. Fue un modelo 53 de Buick, un coche muy antiguo al que había que dar tres vueltas al volante para llevarlo recto y, para frenar, había que bombear mucho.

¿Cómo fue su examen de conducir?
En Colombia era normal que un amigo te enseñara a conducir, sin pasar ningún examen.

¿Soñó con algún coche en su infancia?
Teníamos tantas necesidades en mi familia que no se me pasaba por la imaginación tener ningún coche. Lo más importante era reunir dinero para comprarnos una casa, porque vivíamos de alquiler.

¿Qué coches ha tenido?

Después del Buick, que regalé a mi padre, tuve un Renault 12, un Citroën GS, una ranchera Volkswagen Passat, un Renault 18 Break, un Mercedes SL 500, un BMW 850, un Opel Frontera y un Mercedes 190.

¿Qué es lo que más le gusta de su coche actual?
Del Mercedes estaba enamorado. Era un capricho que afortunadamente pude conseguir pero que, por el trasiego de la temporada taurina, no puedo disfrutar como desearía. El Frontera es muy útil para el campo.

¿Su viaje en coche más inolvidable?
Uno junto a mi familia y varios amigos entre Bogotá y Quito, donde iba a reaparecer después de una cornada gravísima que sufrí en Palmira. Parábamos cada ocho horas y duró tres días, pero fueron tres días bellísimos.

¿Y el de peor recuerdo?
También en plena temporada en mi país. Entre Málaga y Bucaramanga, que están a trescientos kilómetros de distancia, se nos pincharon tres ruedas. Tardamos doce horas, pero llegamos a tiempo para hacer el paseíllo.

¿Cuál ha sido su situación más insufrible inmerso en un atasco?
Afortunadamente no he sufrido muchos. Como anécdota, y más que por atasco fue por la aglomeración de gente que había en las afueras de la plaza, la segunda vez que salí por la Puerta Grande de Las Ventas en 1991 tuve que volver al hotel en un taxi. Vestido de torero, por supuesto.

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