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sábado, 1 de marzo de 1997
un coche / un viaje

ANTONIO MINGOTE
"Mi primer coche fue un Renault 4-4, que me costó 70.000 pesetas"

¿Qué recuerda de su primer coche?
Fue un Renault 4-4 azul de segunda mano que compré al padre de un amigo mío. Me costó 70.000 pesetas. Fíjese como pasa el tiempo...

¿Cómo fue su examen de conducir?
Muy bien, sin ningún problema. Lo aprobé a la primera. Hay que tener en cuenta que yo ya había conducido carros de combate, camiones y sidecars cuando hice la milicia en el Regimiento Alcázar de Toledo de Carabanchel, en Madrid.

¿Soñó con algún coche en su infancia?
No, no me interesaban particularmente los coches.

¿Qué coches ha tenido?
La verdad es que he tenido muchos. Dos Renault 4-4, un Seat 1.500, dos Seat 600, un Seat 1.430, un Renault 18 y, ahora, un Mercedes 300-E verde oscuro.

¿Qué es lo que más le gusta de su coche actual?
Del Mercedes me gusta todo, la suavidad del manejo, el reprise... Como me dijo un amigo alemán, "cuando tengas un Mercedes ya no querrás tener otra marca". Ahora bien, igual que digo esto tengo que reconocer que me parece muy cómodo el Renault Clio Baccara de mi mujer, que va perfectamente. La verdad es que conduzco poco.

¿Su viaje en coche más inolvidable?
En el verano de 1965, cuando fui a recoger a Marbella a mi novia, mi actual esposa. Fui en un Seat 600 y, como ella tenía allí otro, nos volvimos cada uno en el nuestro. Tardamos más de 12 horas, con un calor asfixiante y con uno de los 600 perdiendo agua. Teníamos que parar cada dos por tres, pero el motivo del viaje valía la pena.

¿Y el de peor recuerdo?
Uno a Barcelona, de urgencia, para ver a una tía mía que se murió.

¿Cuál ha sido la situación más insufrible metido en un atasco?
Todos los atascos me parecen inaguantables. Como vivo en Madrid, aquí es donde los he tenido que sufrir. Lo que me ocurre es que no me gusta viajar; cuando lo hago, voy principalmente en tren o en coche. La verdad es que el avión es mucho más rápido, pero me parece una pesadez: el trasiego del aeropuerto, el equipaje... Por eso prefiero el coche: meto las maletas atrás y en marcha.

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