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sábado, 22 de Marzo de 1997
a escena

BMW art car COLLECTION. Lienzos sobre ruedas, arte industrial, graffitis móviles... Desde que el pintor y litógrafo francés Jules Chéret dibujara en 1890 el histórico poster de una mujer corriendo detrás de las ruedas de su vehículo para una marca de combustible, el automóvil se convirtió en venerado objeto de culto de todas las corrientes artísticas que inundaron el panorama cultural en los albores del siglo XX. Impresionistas y surrealistas, abstractos y realistas, se limitaron a expresar en múltiples soportes su visión del mundo de las cuatro ruedas. Para criticarlo o ensalzarlo, el coche se convirtió en musa de pintores, escultores y fotógrafos. Siempre plasmado estático, nadie se había atrevido a manchar su carrocería

Automóvil: la nueva musa del "pop art"
Los 14 modelos de la firma alemana BMW componen la colección de coches artísticos más prestigiosa del mundo
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JUANJO CABELLO

Tuvo que ser un piloto de carreras, el francés Hervé Poulain, quien diera con la clave del Art Car en 1975: romper el espacio y llevar la creación artística hasta la carrocería de los coches. Para ello incitó a su amigo, el autor norteamericano Alexander Calder, a decorar el BMW 3.0 CSL con el que participó en las 24 horas de Le Mans. Así nació la BMW Art Car Collection, que ha paseado sus 14 cuadros móviles, con firmas tan reconocidas como las del norteamericano Andy Warhol y el español César Manrique, por las galerías y museos más importantes del mundo. Desde el Louvre de París hasta el veneciano Palacio de Grassi, los BMW han dado al automóvil una nueva dimensión, facilitando la creación de una nueva corriente artística: el Art Car.

BMW 3.0 CSL
Alexander Calder (1975)

Nacido en Philadelphia y pionero de la colección BMW Art Car, alcanzó su madurez artística en el distrito parisino de Montparnasse. Sus dibujos y esculturas están impregnados de movilidad, concepto que le obsesionó durante toda su carrera. Los colores básicos utilizados en la carrocería del modelo bávaro buscan precisamente ese efecto. La estructura diseñada por Calder pretende acentuar el movimiento del coche que, pilotado por Hervé Poulain, fue una de las atracciones en las 24 Horas de Le Mans de 1975.

BMW 3.0 CSL
Frank Stella (1976)

Geometría y estructuras lineales. Esos son los patrones de la obra del pintor norteamericano, muy influenciado en sus inicios por el expresionismo abstracto. Stella, autor muy codiciado en EEUU, cubrió con una tupida red todo el modelo para dividir la carrocería en pequeños cuadrantes. Como su predecesor, este BMW participó en las 24 Horas de Le Mans de 1976 con Ronnie Peterson al volante.

BMW 320i
Roy Lichtenstein (1977)

Este neoyorkino llevó la velocidad hasta la carrocería del modelo alemán. Pintor de vanguardia, está considerado como uno de los padres del pop art. Especializado en cómics y murales, dotó al coche de un diseño quizás más aerodinámico que su propia carrocería. Líneas y puntos confieren a este deportivo el moderno acento made in USA que imperaba en los artistas de la época. Lichtenstein reflejó el cielo y el sol en los laterales "porque estas experiencias forman parte de la vida", dijo. El vehículo no sólo participó en Le Mans, sino que ganó su categoría en la edición de 1977.

BMW M1
Andy Warhol (1979)

El rey del pop art pintó el coche con sus propias manos. Los tres autores precedentes realizaron un dibujo a escala que posteriormente fue reproducido sobre la carrocería. Warhol, entusiasmado con el proyecto, plasmó en colores su visión de la velocidad. "Amo el coche, es mejor que el trabajo del artista en sí mismo", declaró una vez concluido. El BMW M1 refleja el particular uso que hacía de la paleta el autor nortemaericano. El modelo, que también fue concebido para las carreras, lleva su sello particular, aunque muy alejado de sus posteriores creaciones.

BMW 635 CSi
Ernst Fuchs (1982)

El pintor, músico y poeta austriaco expresó en el coche uno de sus sueños de infancia, en los que recogía sus deseos, temores, experiencias y aspiraciones. Fuchs fue el primer europeo en participar en el proyecto Art Car, con la novedad de que sustituyó el lienzo de competición por uno de serie. Fiel representante de la escuela de Viena, en su obra recoge elementos míticos y de la naturaleza. El BMW 635 es uno de los coches más enigmáticos de la colección.

BMW 635 CSi
Robert Rauschenberg (1986)

El innovador artista norteamericano fue el primero en utilizar técnicas fotográficas sobre los hierros de un vehículo. Mezclando pintura e imágenes dio al BMW un aspecto elegante y transgresor. En la carrocería se pueden observar imágenes reales de paisajes de Florida fundidos con retratos antiguos, dando muestras de su depurada técnica en el arte del collage. Su obra supuso un gran avance conceptual en la decoración de automóviles.

BMW M3
Michael Jagamara Nelson (1989)

El pintor australiano ha conseguido llevar el arte Papunya de sus antepasados aborígenes hasta las paredes del Parlamemto de su país. Utilizando técnicas tradicionales, transformó la carrocería del M3 en un auténtico mosaico de luz y color. La obra, en la que se puede apreciar la influencia de Matisse, representa el paisaje de Australia visto desde un aeroplano, y mezcla con gran destreza elementos como el agua, la tierra y los canguros.

BMW M3
Ken Done (1989)

Tras el éxito de Nelson, la firma muniquesa encargó a otro australiano el art car de 1989. El vehículo, que no aparece en las fotografías, representa la cara más moderna de Australia: símbolos que emulan la felicidad, soleadas playas, plantas exhuberantes. Done, que también utiliza el estilo Papunya, destaca principalmente por el diseño de postales, camisetas y artículos de consumo. Su concepto de automóvil se distancia notablemente del de su compatriota.

BMW 535i
Matazo Kayama (1990)

El afamado pintor de Kyoto (Japón) es el creador de una de las joyas de la colección BMW. Su incesante búsqueda de nuevas formas en la pintura le llevó a reencontrarse con el origen del arte japonés.

Cesar Manrique. Así firmó su obra el genial artista canario.
Aplicó sobre el cuerpo del 535i técnicas tradicionales como el Arare y el Kirigane, consistente en aplicar pequeñas piezas de oro, plata y aluminio sobre la carrocería del BMW. El resultado es una obra móvil de singular belleza que ha concitado una gran expectación entre los críticos de arte de todo el mundo.

BMW 730i
Cesar Manrique (1990)

"Que el coche se deslice por su entorno sin ofrecer la más mínima resistencia". Esa fue la idea que plasmó el malogrado genio de Lanzarote en la carrocería de la berlina alemana. De gran colorido y plagado de detalles (observar los retrovisores), la creación del español es una oda al entendimiento entre vehículo y naturaleza. Dotó al modelo de gran agilidad, rompiendo con sus trazos la homogeneidad de la carrocería.

BMW Z1
A.R. Penck (1991)

El pintor alemán describió su obra en el Z1 como "arte sobre arte". Las deportivas formas de este modelo fueron un marco ideal para los atrevidos símbolos abstractos de Penck. El coche, que no aparece en las serie fotográfica, está impregnado de una gran frescura de imágenes. La fantasía es la fuente de inspiración del artista, que tuvo que abandonar la antigua RDA por problemas con el régimen.

BMW 525i
Esther Mahlangu (1991)

Arte africano sobre ingeniería alemana. Exótica mezcla que queda plasmada en la obra de la artista sudafricana, la primera mujer en formar parte de la Art Car Collection. El estilo de pintura característico de la etnia Ndbele encuentra un marco propicio en la carrocería del 525i para inundar con vivos colores la tradición europea. Dos culturas a bordo de un BMW.

BMW M3
Sandro Chia (1992)

Graffiti sobre ruedas. Así podría definirse la creación del pintor florentino, uno de los líderes del movimiento neoexpresionista europeo. Chia llena de vida la chapa inerte del modelo alemán, convirtiéndolo en una pared en constante movimiento. Su obra está plagada de referencias a artistas geniales como Picasso, Carra y Montagne. El italiano se ha contagiado también del aire de Nueva York, ciudad en la que reside.

BMW 850 CSi
David Hockney (1995)

El artista inglés afincado en Los Angeles ha sido el encargado de diseñar el último automóvil de la colección. Contemporáneo de Warhol y considerado uno de los líderes del pop art, Hockney da su particular versión de la realidad en este atractivo modelo. El autor imagina el coche como una transparencia en la que se puede observar la posición del conductor y de los interiores. Con un estilo alegre y desenfadado, deja abierta la puerta de la imaginación. La BMW Art Car Collection, el arte sobre ruedas, continuará inundando de colorido las carrocerías alemanas.

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