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sábado, 11 de octubre de 1997
motos

MV AGUSTA F4 750. Pintada de rojo y plata, sus colores tradicionales, será la moto más exclusiva del mundo. Sólo se van a construir 200 unidades y costará cinco millones de pesetas. Por si fuera poco, no se venderá de forma normal. Sus propietarios firmarán un contrato de cesión con el fabricante, por lo que nunca será suya. No podrán venderla ni disputar carreras con ella

Vuelve la moda del rojo y plata
Después de 20 años sin producir motocicletas, renace una de las marcas con más entronque deportivo
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CARLOS CANCELA

Todos los aficionados al mundo de la motocicleta han oido hablar de las míticas MV Agusta. Quién no recuerda esos títulos mundiales encadenados por el gran Giacomo Agostini en el mundial de 500 centímetros cúbicos o los no menos importantes de Mike Hailwood o Phil Read. Esta tradición renace ahora con la llegada de una espectacular motocicleta que se hará tan mítica como aquellas que lograron victorias sin parar.

Desde luego, razones no le van a faltar. En el pasado Salón de la Motocicleta de Milán se presentó oficialmente la F4 750, una moto con la firma de MV Agusta. Para su relanzamiento, la marca italiana cuenta con una bomba de la que se van a fabricar sólo 200 unidades y cuyo precio rondará los cinco millones de pesetas, aunque aún no está fijado de forma oficial.

Para darle una mayor exclusividad, si cabe, la nueva motocicleta tendrá una garantía de por vida. Como ocurre con las Honda NR 750, no se producirá realmente una venta por parte de MV Agusta al comprador final, sino que se hará un contrato de cesión entre ambos. Esto implica que la moto nunca llegará a ser propiedad del usuario, por lo que tampoco éste podrá revenderla. Y una cláusula del contrato, más que curiosa, es que no podrá tomar parte en ninguna competición motociclista.

Así, los aficionados a la moto han encontrado el equivalente al Ferrari F50, Bentley Azure o McLaren F1. Todos estos son automóviles que no se pueden comprar ni teniendo el dinero para pagarlos. Hay tan pocos, que más que venderse se subastan. Con la nueva MV Agusta F4 750 ocurrirá, cuando se inicie su venta en los próximos meses, algo parecido.

Una "máquina".

El diseño de esta nueva máquina de dos ruedas ha sido elaborado por Giancarlo Tamburini, que ha conservado los colores con los que la marca italiana ganó 270 grandes premios en su historia: el rojo y el plata.

Todo en ella es realmente espectacular. En el carenado se incorpora un faro elipsoidal que le da un aspecto muy moderno. Y en su colín trasero aparecen los cuatro escapes que le ofrecen una estética francamente espectacular. Técnicamente, la F4 es un alarde en todos los sentidos. Primero, porque sus dimensiones y su peso son mínimos debido al concienzudo desarrollo de cada pieza. Y en segundo lugar, porque todo es ajustable y regulable para que cada uno de sus afortunados propietarios encuentre en ella el funcionamiento ideal.

El motor ha sido desarrollado por Cagiva durante los últimos años. Es un grupo motriz con válvulas radiales y un sistema de distribución mixto que ofrece una potencia máxima de 126 caballos. Es un cuatro cilindros en línea en el que ha tenido mucho que ver la mano de los técnicos de Ferrari.

Los hermanos Castiglione, propietarios de la marca Cagiva, han sido los que han puesto todo su empeño en que la marca MV Agusta no muriera definitivamente. A juzgar por el resultado -la F4-, la marca del rojo y el plata va a seguir viva durante años.

Los padrinos que bautizaron la nueva moto fueron nada menos que el presidente de la Federación Internacional de Motociclismo, Francesco Zerbi, su diseñador, Giancarlo Tamburini, y el que fuera piloto oficial de la marca, Giacomo Agostini.

Los comienzos de MV Agusta fueron difíciles. El Conde Agusta compró una fábrica de helicópteros e inició la producción de motos. El nombre de la marca proviene, por ello, de Meccanica Verghara, las siglas MV, y del nombre de su fundador. El primer vehículo que produjo la compañía fue una pequeña motocicleta equipada con un motor de 98 cc. en el año 1946.

La cilindrada de los motores empleados por la firma italiana fue creciendo rápidamente hasta llegar a 497 cc. en el año 1950. Para entonces, la marca producía también scooter y una gama de motos monocilíndricas enfocadas a la competición.

A comienzo de los años 70 aumentaron los pedidos de helicópteros lo que, unido a factores como el de la escasa demanda, hicieron que comenzara el desmantelamiento de la marca. Primero abandonando todas las actividades relacionadas con la competición. Entonces, la producción de motos comerciales se trasladó a la fábrica de Ducati en Bolonia, antes de su cierre definitivo.

En España, MV Agusta logró un gran prestigio a comienzos de los años 60, hasta el punto que se llegaron a producir en el norte de España estas motocicletas. Su nombre era el de Avelló MV y a partir de 1961 se fabricaron varios miles de unidades de dos modelos. El primero, con una cilindrada de 149 cc., se llamó Sella y el segundo, de 235 cc., Deva. Estas eran, en un principio, copias exactas de la Gran Turismo 150 y de la Tevere 232 fabricadas en Italia.

Estas motos fueron construidas en una planta situada en Gijón y, mientras se mantuvieron en producción, tuvieron un gran éxito comercial. En aquella época lo que el comprador español buscaba era una motocicleta polivalente, de bajo consumo y que permitiera una utilización mixta entre ciudad y carretera. En este sentido ambas motocicletas cumplían a la perfección con estas necesidades. Su estética fue también muy admirada en esa época entre todos los aficionados españoles a los vehículos de dos ruedas.

También automóviles.

Curiosamente, la historia de una de las más míticas marcas fabricantes de motocicletas entronca directamente con la industria del automóvil. En el año 1952, cuando la situación económica de MV Agusta era muy boyante, aparecieron dos curiosos prototipos con motor situado en posición trasera de dos tiempos y con dos plazas. La potencia de su propulsor era de 20 caballos. Ambos prototipos jamás llegaron a la producción en serie pero fue una primera incursión en el mundo de las cuatro ruedas.

Pasaron 12 años antes de que se produjera un segundo escarceo de la marca MV con el mundo del automóvil. En esta ocasión, y partiendo del mismo motor de 400 cc., la marca italiana desarrolló un vehículo de tipo todoterreno con el motor situado también en posición trasera. Este vehículo tenía el nombre de MV Agusta Diana y se llegaron a producir muy pocas unidades, aunque sí se llegó a comercializar en Italia.

Y un año más tarde, en 1965, la marca italiana presentó oficialmente en el Salón del Automóvil de Turín un vehículo con características de coupé (se trataba de un 2+2 plazas). Este parecía el intento definitivo para entrar en el mundo industrial de las cuatro ruedas. Su carrocería fue diseñada por el estilista italiano Zagato. Y, en cuanto a su grupo propulsor, era de origen Ford. Con una cilindrada de 1,7 litros, rendía una potencia máxima de 95 caballos, lo que le permitía alcanzar una velocidad punta de 175 km/h.

Este vehículo inició su comercialización en el mercado internacional con la marca OSCA-MV, ya que en aquella época el fabricante italiano de motos y de helicópteros acababa de absorber también esta compañía.

El modelo coupé se ofrecía en dos versiones de carrocería, coupé y spider respectivamente, pero al cabo de un corto periodo de tiempo dejó de fabricarse en serie. Y así terminó la corta y poco intensa andadura de la marca MV Agusta por el mundo de las cuatro ruedas que se saldó, siempre, con el fracaso comercial.


Hegemonía en las carreras

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