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sábado, 13 de diciembre de 1997
análisis

PONGA SU COCHE A TRABAJAR. Combustible, financiación, reparaciones, seguro, mantenimiento, impuestos. Tener un automóvil supone un buen número de gastos. Existen fórmulas que permiten recuperar parte de ese dinero y que además, en algunos casos, pueden contribuir a mejorar las condiciones del tráfico

Cómo rentabilizar su automóvil
Insertar publicidad en su vehículo puede reportarle 30.000 pesetas mensuales
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FELIX CEREZO

¿Sabe cuánto se ahorraría si fuera a trabajar compartiendo el coche? ¿Y si realizara sus grandes desplazamientos llenando las plazas que le sobran? Es más, es posible, con un poco de suerte, que su automóvil le salga prácticamente gratis. Gracias al renting, hoy se puede comprar un coche, con el mantenimiento, seguros e impuestos incluidos, por 35.000 pesetas mensuales. Ese vehículo le puede reembolsar después 30.000 pesetas al mes. ¿Cómo? Todo depende de que usted esté dispuesto a llamar la atención allá por donde circule.

El truco consiste en utilizar el automóvil como plataforma publicitaria, convertirlo en un publicoche como lo define Logocar, la empresa madrileña que ha importado la idea desde Francia. Sin embargo, el pequeño logotipo que incorporaban los coches galos se ha convertido en nuestro país en un diseño más cercano a la publicidad integral de algunos autobuses de transporte público

Para ello, se colocan en la carrocería del vehículo (laterales y capó delantero) unas placas de vinilo, en color, con el mensaje que se anuncia. Una vez el coche listo, el conductor sólo debe realizar los desplazamientos habituales

Precisamente este es uno de los requisitos previos para poder colaborar. Además de tener todos los papeles en regla y el coche limpio y sin golpes, es imprescindible comunicar cúantos kilómetros se recorren al mes, por dónde, las características del vehículo y los propios datos personales. En este punto sólo queda esperar que el deseo de los anunciantes coincida con lo que usted ofrece, ya que en función de lo que se publicite se pedirán más o menos coches, de un determinado color y modelo, así como conductores de mayor o menor edad. Sin embargo, no está obligado a aceptar cualquier publicidad, pues cabe renunciar a aquélla con la que no se identifique.

Se puede contratar el servicio por uno o varios meses. En ambos casos, hay que pasar a fin de mes por los talleres concertados, que verificarán que se han recorrido los kilómetros declarados. Si todo es correcto, el conductor recibe 30.000 pesetas mensuales, 20.000 en el contrato de larga duración, pagándose la diferencia al final del periodo.

También es posible, de una forma menos llamativa, sacarle dinero a su automóvil. Fue a finales de los años 50 cuando nacieron en Alemania las Mitfahr-Zentralen, o agencias de viaje compartido.

El sistema es sencillo: poner en contacto a conductores que dispongan de plazas libres con viajeros sin coche y que se dirijan al mismo lugar en las mismas fechas. A España esta fórmula llegó a principios de los 90. Su funcionamiento puede variar de una agencia a otra. La catalana Barnastop ofrece gratuitamente sus servicios al conductor. Son los acompañantes quienes pagan. En primer lugar, una cuota anual, que es de 2.000 pesetas para viajes internacionales o de 1.000 para nacionales. Además abonan en cada viaje una cantidad al conductor: cuatro pesetas por kilómetro en los desplazamientos por el extranjero y tres pesetas por kilómetro en España. Por ejemplo, con tres acompañantes en el trayecto Barcelona-Madrid el automovilista obtendría 7.452 pesetas.

Por contra, la agencia madrileña Autocompartido cobra cuando pone de acuerdo a conductores y ocupantes. En concreto, 3.000 pesetas a cada uno y deja que ellos acuerden el reparto de los gastos. La diferencia está en que mientras Barnastop busca coche para todo tipo de viajes, Autocompartido lo hace para trayectos regulares y frecuentes. En cualquier caso, esta idea no acaba de cuajar en nuestro país. Falta de costumbre o resitencia a compartir el coche con extraños son las principales razones que frenan su despegue.

"Corredores".

En el área de las grandes ciudades, también hay campo para el ahorro. Para ello existen los llamados corredores, empleados por personas que viviendo en un misma zona se desplazan, por trabajo o estudios, al mismo lugar compartiendo sus coches. No se trata sólo de rentabilizar el automóvil, sino de usarlo menos y más razonablemente.

Ejemplos de estos corredores son el car van de Washington, o el de Bristol-Londres en el Reino Unido. En España, desde marzo de 1996, funciona el carril BUS-VAO(Vehículos de Alta Ocupación) de la N-VI en su entrada a Madrid. Es el único de este tipo en todo el país. De su gestión se encarga la agencia pública CVC (Centro de Viaje Compartido). Las personas interesadas son puestas en contacto a través de un programa informático que tiene en cuenta, además de los datos fundamentales, otros muchos, como por ejemplo si son fumadores. Es un servicio gratuito, utilizado por más de 600 personas, de las cuales el 92% tiene compañeros de viaje.


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