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sábado, 30 de mayo de 1998
viajes

CUENCA. El norte de esta provincia descubre parajes difíciles de imaginar en Castilla-La Mancha. La naturaleza ofrece al visitante rincones de enorme belleza y la posibilidad de practicar distintos deportes

Esculpida por la naturaleza
La Ciudad Encantada y el nacimiento del río Cuervo son las claves del viaje
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JOSE LUIS JIMENEZ

El recorrido está dominado por parajes naturales espectaculares, además de algunos buenos ejemplos de muestras artísticas, como iglesias o ermitas. Fuentes, hoces y miradores jalonan una ruta que el viajero debe hacer con parsimonia.

El agua y el viento son los elementos que caracterizan a esta tierra y artífices de dos prodigios de la naturaleza como son la Ciudad Encantada y Los Miradores. Los ríos Júcar, Cuervo, Escabas y Guadiela, y multitud de riachuelos y arroyos serpentean por su geografía. La fauna y la flora tienen también un papel destacado. Existe una vegetación sorprendente por la variedad de especies: pinos, robles, sabinas y avellanos.

El barrio de San Pedro, ubicado muy cerca de la Plaza Mayor de la ciudad conquense, se asoma al abismo de las rocas

La salida de Cuenca se puede efectuar por la Hoz del Júcar, que es una zona bien acondicionada para el turismo, ya que cuenta con un buen cámping. Seguimos hacia Villalba de la Sierra, típica población serrana, donde hubo lavaderos de lana para las alfombras de Cuenca. Muy cerca se encuentra el Ventano del Diablo, una parada casi obligada para contemplar el discurrir, 200 metros más abajo, del río Júcar. En esta zona se pueden realizar senderismo y cicloturismo.

Camino hacia Uña se encuentra el desvío hacia la Ciudad Encantada, con sus formaciones pétreas de caprichosas formas en las que la fantasía de cada uno supone lo que quiere sobre lo que está contemplando. Si volvemos a la carretera que conduce a Uña, que es zona de senderismo, podemos seguir hasta Huélamo.

Rutas todoterreno.

Sin desviarnos del recorrido, dejamos a la derecha el Embalse de La Toba, donde existen caminos forestales para hacer senderismo y rutas en todoterreno. En las faldas de un cerro que en tiempos albergó una fortaleza árabe, y con las edificaciones adaptándose al terreno, se encuentra Huélamo. Todo el entorno es tierra rica en setas tan sabrosas como el boletus edulis, que aquí llaman faisán.

Se retoma el camino hacia Tragacete. A poca distancia, y por la carretera que conduce a Teruel, nos desviamos para llegar hasta el nacimiento del río Tajo a través del puerto del Cubillo.

Tragacete se ha convertido en un importante enclave turístico, punto de partida para diversas actividades deportivas. Desde allí se puede acceder al nacimiento del río Júcar, tras una marcha de 10 kilómetros por una pista que llega hasta cerca del Tormo de Cañaveras. A los lados de la carretera que conduce al nacimiento del río Cuervo, y también en tramos anteriores, aparecen unos altivos pinos, de gran altura y de igual tamaño en la base que en la copa. Son los pinos alvar, comparables a los de Balsaín, de los que se hacían los mástiles para los galeones.

El nacimiento del río Cuervo es uno de los parajes más sugestivos de la sierra. Se accede a través de un camino perfectamente señalizado, rodeado de una exuberante vegetación.

Para mayor disfrute y comodidad, la zona tiene áreas recreativas y de acogida, aparcamiento y restaurantes. Se vuelve hacia Vega del Codorno, situado a menos de 2 kilómetros. Es un valle, en cuyo extremo se encuentran La Tobilla y su gruta, con una cascada similar, aunque más pequeña, que la del nacimiento del río Cuervo. Sobre un montículo se encuentran los restos de una muralla de un antiguo poblado ibérico.

Se toma la carretera hacia Poyatos y al llegar al cruce de Tejadillos, donde se encuentra el Monumento a la Madera, nos dirigimos al Parque Cinegético de El Hosquillo. Esto supone una subida de algo más de ocho kilómetros entre rocas cortadas y multitud de pinos que alternan con acebos, y donde uno se puede cruzar con algún ciervo. Se sigue hacia Las Majadas y, a poco más de un kilómetro del pueblo, se encuentra el paraje natural de Los Callejones, muy similar a La Ciudad Encantada.

Los Miradores.

En la llamada Ruta de los MiradoresSe puede realizar un itinerario de 10 kilómetros . En la zona existen diversas grutas, la más espectacular es la de Los Moros. Desde Villalba de la Sierra hasta Cañamares se puede ir atravesando un paisaje más alcarreño a través de Arcos de la Frontera, Ribatejada, Torrecilla, Ribagorda y La Frontera, una zona donde abundan las trufas y se puede encontrar buen orujo.

En Vadillos se encuentra el desvío para visitar el Balneario de Solán de Cabras, al final de la hoz del río Cuervo. Camino a Beteta, comienza un profundo y estrecho tajo rodeado de abundante vegetación, es la Hoz del Beteta, de una importante riqueza botánica. El pueblo se extiende a los pies de las ruinas del Castillo de Rochafrida, dominando un amplio valle.

La vuelta a Cuenca se puede hacer desviándose en Cañamares hacia Priego, un importante centro productor de objetos de mimbre y con talleres de alfarería, al igual que Cañizares.


El valle del río Escabas

Aunque todos los ríos de la sierra conquense son de aguas limpias y transparentes, las del Escabas, que en su discurrir forma un valle de singular belleza, destacan entre todas, al ser especialmente cristalinas.

El río Escabas nace en los alrededores del Parque Cinegético de El Hosquillo, en el que se encuentran en semilibertad lobos y osos. Se puede apreciar en toda su magnitud desde el Mirador de la Peña del Reloj. El río discurre entre paredes rocosas en las que anidan los buitres. El Parque, que cuenta con un museo de animales disecados, muy didáctico al ambientarlos en su habitat natural, puede ser visitado, aunque es necesario previamente pedir una cita (más información en el teléfono: 96-917-83 00).

Los alrededores son zona de caza mayor. Al paso por Tejadillos, en una explanada, se levanta el Monumento a la Madera, de Gustavo Torner. Cerca se encuentra un área recreativa muy bien acondicionada, La Fuente de la Tía Perra. Se van atravesando bosques de pinos. Cerca de Poyatos fluye bajo un puente medieval.

A la entrada del desvío de la carretera que conduce a Fuertescus se remansa en varias zonas de baño que están bien arregladas, un poco más arriba transcurre más tumultuoso, en un estrechamiento que se conoce como la Puerta del Infierno y que obligó a horadar varios túneles en la carretera.

Cerca de Priego el río se vuelve a estrechar formando una hoz conocida como Estrecho de Priego que, en lo alto de una de sus paredes alberga el Convento de San Miguel de la Victoria, que fué mandado construir por Fernando Carrillo de Mendoza tras salir con vida de la batalla de Lepanto, que es observado desde las alturas por las numerosas águilas que pueblan la zona. Tanto en Priego como en otros tramos de su recorrido ofrece a los pescadores unas magníficas truchas. En esta última localidad se encuentra rodeado de rocas y colinas cubiertas de pinos y viñedos. Cerca de Albendea y del embalse de la Ruidera se une con el río Guadiela.


DORMIR. La oferta es amplia y abarca desde hoteles a alojamientos rurales y cámpings.

GASTRONOMIA. Dadas las características de la zona, los platos de caza, son los más representativos, sin que falten las tradicionales especialidades conquenses como el morteruelo.

EN COCHE. Para acceder a la Ciudad Encantada se puede ir por Villalba de la Sierra o por Valdecabras. La CM-2105 que conduce a Huélamo está en buenas condiciones, con algunos tramos de curvas. La CM-2106, hasta el nacimiento del río Cuervo, tiene características similares. El tramo entre Tejadillos, Parque de El Hosquillo y Las Majadas es de gran belleza. Dado que hay gran cantidad de caminos forestales existe la posibilidad de hacer rutas en todoterreno.



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