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sábado, 10 de octubre de 1998
a escena

ANIVERSARIO. Cuando el 7 de octubre de 1948 hizo su debut en el Salón de París provocó las burlas de la prensa del motor. No se parecía a ningún otro coche. Recién cumplido su medio siglo de vida, el 2 CV cuenta con una legión de admiradores

Un jubilado que se ríe de la "prueba del alce"
Conocido como el coche que se inclina pero no vuelca, el mítico "dos caballos" es ya una auténtica leyenda
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ANA RIVAS

Dicen que es el coche más horroroso jamás inventado. El patito feo de la industria del automóvil. Un resistente cincuentón que puso a prueba su amortiguación en un anuncio para una conocida marca de preservativos. El preferido de los hippies y el coche que nadie logró volcar jamás. El dos caballos fue todo eso y mucho más.

La historia del ya mítico modelo se remonta a 1929, fecha en la que André Citroën tiene la idea de construir un coche muy pequeño. Del proyecto se encargará el joven escultor italiano Flaminio Bertoni, que nada tiene que ver con Nuccio Bertone. Tras la muerte de Citroën en 1936, le sucede al frente de la empresa Pierre Michelin, trágicamente desaparecido sólo un año después. Es entonces cuando se convierte en director general de la marca francesa Pierre Boulanger y el 2 CV empieza a tomar forma.

Las indicaciones de Boulanger fueron claras. Bertoni tenía que diseñar un "vehículo económico y seguro, capaz de transportar dos personas y 50 kilos de carga, además de ser confortable". En el proyecto no se incluía un estilo concreto. El coche debía ser una solución práctica y motorizada para los problemas de transporte de la clase trabajadora, por lo que el aspecto carecía de importancia.

Debía ser el vehículo ideal para el granjero que necesitaba transportar una bala de paja o llevar los huevos al mercado, a ser posible sin que se rompieran. En 1937 surgió un extraordinario prototipo del taller de Citroën. No se parecía a ningún otro coche.

Primeros pasos.

Es en 1939 cuando el dos caballos toma su aspecto definitivo. Ese mismo año se preparan 250 prototipos. Todo estaba listo para su comercialización..., cuando estalla la II Guerra Mundial. Todos, excepto uno, fueron destruidos voluntariamente. El único que se salvó se mantuvo desmontado durante la guerra y escondido para que no fuera descubierto y copiado por los alemanes. Por fin, el 7 de octubre de 1948 el dos caballos fue presentado en sociedad. Hizo su debut en el Salón del Automóvil de París, provocando las burlas de la prensa del motor. Cincuenta años después cuenta con una legión de admiradores.

Suspensiones.

El 2CV fue un producto de la posguerra. Una coche sencillo que servía para casi todo. Pero no por ello dejó de aportar ingeniosas soluciones técnicas. Incorporaba una suspensión muy rudimentaria que hizo que del dos caballos se dijera que "es el coche que se inclina pero no vuelca". Incluso hoy, un dos caballos superaría holgadamente la ya famosa prueba del alce, y es que su estabilidad parecía no tener límites. Su motor de nueve caballos de potencia le permitía alcanzar una velocidad máxima de 65 kilómetros por hora.

El pequeño automóvil de Citroën, que en un principio suscitó el sarcasmo de los visitantes al certamen francés, tuvo de inmediato un gran éxito comercial. El número de pedidos era tal, que durante la primera mitad de los años cincuenta, era necesario esperar más de cinco años para conseguir uno.

El dos caballos pasó a ser una parte importante del paisaje francés y no había calle en la ciudad, ni carretera en el campo, donde no apareciera su simpática silueta. El 2 CV era un símbolo de Francia en el extranjero, como lo eran la botella de vino rojo de burdeos o la torre Eiffel.

Pronto dejó de ser el coche de los granjeros para convertirse en el favorito de los jóvenes. Su aspecto insólito, la astucia de su distribución, su carácter ultraeconómico, sus múltiples posibilidades de utilización y la simpatía que despertaba le ganaron miles de adeptos.

Compañero inseparable de Gracita Morales y Rafaela Aparicio en Sor Citroën, en los años sesenta se convirtió en el mejor representante del movimiento hippie. Fue entonces cuando su carrocería se tiñó de vivos colores. A lo largo de los años surgieron numerosas versiones del dos caballos. La furgoneta 2 CV, que se fabricaría en la planta de Citroën en Vigo, el Mehari, el Dyane y un largo etcétera. Ninguno de éstos sería su verdadero sucesor, puesto que todos ellos vieron cesar su producción antes que la del 2 CV.

Desde el comienzo de su comercialización en el año 1949, su producción aumentaría sin cesar hasta 1966, momento en el que se alcanzaría la cifra récord de 168.357 unidades producidas.

A los detractores de este ya mítico modelo basta con cantarles las cifras. El Citroën dos caballos está entre los primeros puestos de la clasificación mundial de ventas en la historia del automóvil. Existen más de 250 clubes repartidos por todo el mundo. Se han fabricado más de cuatro millones de unidades entre Francia, Reino Unido, Bélgica, España y Argentina, e incluso se pensó en su día la posibilidad de instalar cadenas de montaje en China y la India.

El 27 de julio del año 1990 se fabricó el último dos caballos en la factoría de Mangualde en Portugal. Descanse en paz.


Un 2 CV para el próximo siglo

Está siendo una de las estrellas del Salón de París. Su atractivo reside en que es considerado como el dos caballos del año 2000. Sin embargo, Claude Satinet, el director general de Automobiles Citroën, insiste en que la similitud entre este prototipo y el veterano dos caballos reside únicamente en el concepto. "No se trata de recuperar, como han hecho otros fabricantes, la formas de viejos modelos. Además, no creemos que la chapa ondulada tuviera mucho éxito en los comienzos del siglo XXI".

Lo que presenta el C3 -así han denominado a este prototipo en Citroën- es toda una serie de ingeniosas soluciones destinadas a mejorar el aspecto práctico del vehículo.

Para empezar, pese a que utiliza la misma plataforma que el nuevo Peugeot 206, es 16 centímetros más corto. Para ser mostrado en salones, Citroën ha optado por la solución de las dos puertas laterales de apertura simétrica, sin montante central. Es una solución poco realista que no se desarrollará, pero que permite apreciar la amplitud del habitáculo.

En cambio, sí existen grandes posibilidades de que se mantenga la apertura del portón posterior partido como un portafolio. Los asientos pueden disponerse como se desee, utilizando cuatro carriles equidistantes. Se pueden colocar al centro o a los lados y a diferentes distancias.

 

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