Texto íntegro de la carta de Francisco Frutos a Joaquín Almunia

Estimado compañero:

Deseo en primer lugar agradecer tu respuesta a la carta que te remitimos hace ahora una semana. En ella expresábamos nuestra voluntad de avanzar hacia un encuentro programático y político de las izquierdas de nuestro país sobre contenidos y compromisos concretos. Estamos muy convencidos de la ilusión y la esperanza que un acuerdo de este tipo entre nuestras organizaciones tendría entre la ciudadanía. Hoy podemos ya afirmar que hemos iniciado un proceso que confiamos en llevar a buen puerto y deseamos entender que tu carta pretende contribuir a este camino iniciado.

Nuestra dirección ha valorado de manera unánimemente positiva tu propuesta de invitar a Izquierda Unida a un compromiso de gobierno conjunto destinado a mejorar de manera significativa las condiciones de vida de nuestra sociedad. Es un empeño compartido. Nosotros también pensamos que las condiciones y posibilidades para que esta mejora resulte real y efectiva sólo pueden hacerse desde propuestas y medidas progresistas y de izquierda. Este es un convencimiento hoy fundado además en el balance que podemos realizar tras cuatro años de políticas de derecha llevadas a cabo por un gobierno en minoría del Partido Popular con el apoyo constante de CiU, de Coalición Canaria y durante la mayor parte de la legislatura, del PNV.

La presentación de una propuesta que significa un compromiso para un gobierno de las izquierdas plurales y el interés público suscitado ponen de relieve el deseo de una parte significativa de nuestra ciudadanía de animarnos a dar los pasos que hagan factible avances significativos en la unidad de acción de la izquierda. Las expectativas responden al deseo profundo de cambio en el escenario político de nuestro país. No creemos que puedan seguir malgastándose durante otros cuatro años los esfuerzos que nuestra sociedad está realizando por acercarse a los niveles de bienestar conseguidos en Europa. El PP está malbaratando el esfuerzo de todos y todas, también nuestras ilusiones. Nosotros no queremos que esta situación se perpetúe ni un solo día más. El malestar de muchos por el desempleo, la exclusión y la prepotencia hace aumentar el sentimiento de fatalidad y contribuye al desinterés de un número creciente de ciudadanos por los asuntos públicos. Debemos oponer a la resignación nuestra firme voluntad de volver a dar un sentido y vitalidad a la participación democrática.

Las expectativas son también la recuperación de las esperanzas e ilusiones de miles de hombres y mujeres que consideran decisivo para su participación política y su compromiso social que las izquierdas avancen en su unidad de acción y en su capacidad de acuerdo y compromiso. Y que estos avances se construyan sobre programas y acuerdos progresistas y de izquierda.

Diferentes experiencias europeas nos ayudan a pensar que este tipo de acuerdos son posibles y se han transformado en instrumentos útiles de mejora de las condiciones de vida y trabajo para sus sociedades. La unidad de acción de la izquierda ha reportado significativos beneficios para las mayorías sociales cuando han podido traducirse en compromisos de gobierno desde políticas de progreso.

Puesto que se ha mencionado de manera habitual, y puesto que tanto en mi carta como en tu respuesta aparece, el modelo francés nos puede servir como la referencia y ejemplo más cercano. Creemos que lo más significativo y útil para nuestro país de esa experiencia es:
. El reconocimiento de la pluralidad de la izquierda política como un hecho que obedece objetivamente a la pluralidad de la izquierda social y cultural.
. La voluntad de colaboración y de unidad de la izquierda como elemento imprescindible para la constitución de gobiernos de cambio y progreso.
. La fundamentación de esta unidad en elementos de carácter programático.
. La capacidad de distinguir los acuerdos y diferencias y la madurez para gestionar el conflicto y la diversidad sin ocultarlos, todo ello sin menoscabo de la eficacia en las tareas de gobierno.

Hemos creído reconocer claramente algunos de estos elementos en tu carta. En particular, nos alegra la coincidencia en que el reconocimiento de la pluralidad de la izquierda es una condición del éxito de una iniciativa de este calado y trascendencia.

En relación con los elementos programáticos que propones deseamos anticiparte una primera reflexión que desearíamos poder exponerte con más detalle en una próxima reunión. Dada la trascendencia y urgencia de lo que estamos conversando debería ser inminente.

En primer lugar, y pese a que tú manifiestas que las propuestas que figuran en tu carta tienen un carácter irrenunciable, nosotros estamos seguros de que la disposición común debe ser la de discutir y negociar entendiendo que las dificultades y diferencias pueden ser abordadas de modo que no supongan un obstáculo insalvable para los objetivos que nos proponemos. Nos comprometemos en la tarea de hacer todo lo que esté en nuestras manos para que una esperanza de cambio pueda tomar cuerpo a partir de ahora. Tenemos la responsabilidad de hacer todo lo posible para que las fuerzas de izquierda abramos juntos otra perspectiva: la de otra política, de izquierdas, que responda a los intereses, necesidades y anhelos de la mayoría de ciudadanos y ciudadanas de nuestro país. Esta es la voluntad con la que expresamos nuestra opinión.

Nuestras diferencias con respecto a algunas de las formulaciones contenidas en tus propuestas y referidas a los compromisos contenidos en el Pacto de Estabilidad, el mantenimiento de la carga fiscal y de los tipos del IRPF o el mantenimiento de nuestros compromisos en materia de seguridad y defensa son conocidas.

Respecto al terrorismo pensamos que la unidad de las fuerzas democráticas debe tener como eje el compromiso para hacer posibles las condiciones para que pueda darse un final dialogado de la violencia respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular.

Pensamos que sería necesario llegar a mayores concreciones en materias como Empleo, bienestar social, Sanidad, etc. Nuestras propuestas incluyen medidas como:

Una sociedad de pleno empleo. Protección Social Plena:
Ley de reducción de la jornada laboral a 35 horas. Un Plan Alternativo de Empleo que favorezca de modo especial a jóvenes y mujeres. Subida del 12 por ciento del SMI, para recuperar el poder adquisitivo perdido, situándolo en 77.582 ptas/mes, hasta llegar gradualmente al 68 por ciento del salario medio, como propone la Carta Social Europea suscrita por España. Incremento de la Pensión Mínima Contributiva con cónyuge al 100 por cien de ese salario mínimo. Código de Derechos de los Desempleados: que nadie se quede sin una renta que le asegure una existencia digna. Potenciación del Servicio Nacional de Salud. Para ello es preciso un aumento sustancial del gasto público en sanidad que alcance la media del PIB de los países de la UE. Y así asegurar la universalidad y calidad de las prestaciones. Garantizar una gestión democrática pública y directa de los servicios públicos de salud. Reforma de la Ley de Inmigración.

Una economía al servicio de las mayorías: una fiscalidad que la haga posible:
Una política fiscal que aumente la suficiencia y la progresividad actual capaz de generar recursos nuevos con los que incrementar la protección social y atender la mejora de los servicios públicos. Proponemos, por tanto, que en esta legislatura se acorte a la mitad la distancia que nos separa de la media europea en presión fiscal, lo que representa 3 puntos de incremento. Este incremento se conseguiría a través de la lucha contra el fraude fiscal y una mayor carga tributaria sobre las rentas más elevadas y de capital. Por estas razones la reforma del IRPF que proponemos debe anular la realizada por el PP en 1998. Paralización de los procesos privatizadores y de la gestión privada de los servicios públicos. Revisión de todos los procesos de privatización.

Una política decidida hacia los jóvenes:
Supresión de las Empresas de Trabajo Temporal y aplicación estricta del principio de causalidad a la contratación temporal. Revisión y reforma de las leyes que regulan el ámbito educativo, particularmente la Ley de Reforma Universitaria.

Una España más habitable:
Potenciar y favorecer el ahorro energético y el uso de las energías renovables. Plan concreto para el cierre de las centrales nucleares, empezando por las que ya están obsoletas y son un peligro ¿cuántas y cuáles se cerrarán durante esta próxima legislatura? Compromiso del Estado en la seguridad alimentaria. Moratoria sobre los cultivos que incluyen manipulación genética. Evitar todo tipo de incineración de residuos.

Avanzar en la democratización y federalización de nuestro Estado:
Reforma de la Ley Electoral en la dirección de asegurar su proporcionalidad. Ley de Reforma del Senado. Reforma de la Legislación en materia de ILP y Referéndums. Ley Expropiadora de bienes adquiridos mediante prácticas corruptas. Código Etico del cargo público. Reforzamiento de la posición de los ayuntamientos en el marco institucional español e incremento de la financiación municipal.

Estas propuestas tienen la voluntad de aclarar los aspectos esenciales de nuestro programa y ofrecerlos como elementos de una imprescindible negociación que tuviera por finalidad: lograr un Acuerdo programático rubricado por la voluntad de convertirlo en acción de gobierno.

No escondemos que algunos puntos necesitarán de mucha inteligencia y voluntad para respetar las diferencias y lograr acuerdos sobre mínimos que no impidan lo esencial. Esto es, desde la pluralidad y la independencia, nuestra capacidad para llegar a compromisos solventes, viables y claramente progresistas.

El reconocimiento compartido de esta diferencia y autonomía en el seno de la izquierda nos lleva a una consideración claramente negativa de vuestra propuesta de retirar nuestras candidaturas en aquellas circunscripciones en las que no hemos conseguido, hasta ahora, diputados.

Comprederéis que nos opongamos con claridad y sinceridad a esa pretensión. En primer lugar, porque resulta difícil mantener la voluntad de proyecto estatal y su compromiso con un proyecto autónomo y diferenciado para una fuerza que renunciase a presentarse en 34 circunscripciones electorales. Pueden producirse, además, efectos indeseados incluso para la propia fuerza que lo propone. No ayudaremos a producir más clarificación con nuestra renuncia en esos lugares y empobreceremos los referentes plurales de la izquierda que en todos los lugares fundamentan su existencia en poderosas razones sociales, culturales e históricas.

En segundo lugar, es una propuesta escasamente funcional y que parece obviar variables esenciales de nuestro sistema de partidos. Por razones sabidas una parte significativa del electorado que apoya a IU no es trasladable mecánicamente a las candidaturas del PSOE. Creemos imprescindible, por otra parte respetar la libertad de los ciudadanos y ciudadanas de poder votar por aquellas opciones con las que se sienten más identificados.

Por último, las fuerzas de izquierda deben y pueden encontrar frente al autoritarismo y la incapacidad de diálogo del PP y de la derecha en general, otras formas y recursos fundados en el respeto mutuo, en el reconocimiento de lo diverso y cómo no, en la asunción de la fuerza política y social de cada cual.

Creemos, por ello que generaremos más ilusión y compromiso si somos capaces de encontrar fórmulas más audaces de colaboración electoral que no supongan la exclusión del patrimonio político y social atesorado por ninguna de nuestras organizaciones. Desde Izquierda Unida estamos dispuestos a aceptar este desafío e intentar hacerlo factible.

Justamente, las urgencias que demanda el tiempo electoral y la seriedad y honestidad con la que ofrecemos nuestras reflexiones y propuestas nos animan a solicitaros una reunión que debería ser inminente y para la que nosotros mostramos nuestra disposición desde este mismo momento.

Conscientes de las urgencias y los retos creemos, desde Izquierda Unida, en la utilidad, si otras opciones resultaran finalmente fallidas, de discutir, negociar y ofrecer a nuestra ciudadanía una Declaración Común que implicase un compromiso público de convertirla en política de gobierno si las condiciones lo hicieran posible. No dudamos que este hecho mantendría la ilusión y expectativas generadas por este debate público y supondría un paso real para consolidar el encuentro y la unidad de acción de la izquierda. Una fórmula de acuerdo o encuentro entre nuestras fuerzas políticas en el inicio de un proceso electoral puede dar una dimensión nueva a estas elecciones.

Nuestra organización acepta los desafíos que supone un proceso de estas características. Nos anima la convicción de que los más inmediatos beneficiados por nuestra voluntad de acuerdo serán las personas que creen posible una política de izquierdas en este comienzo de siglo. Tenemos la responsabilidad de abrir una perspectiva de cambio que responda a las aspiraciones de millones de ciudadanos y ciudadanas de nuestro país.





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